Una kermesse al pie del cerro para sostener la escuela de sus hijos
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El jardín Los Farolitos y de la primaria El Laurel, que utilizan la pedagogía Waldorf, son una propuesta educativa autogestionada por los padres. Para recaudar fondos para sostener el espacio que funciona en un "paraíso" en El Corte, el sábado habrá un evento libre y gratuito para grandes y chicos.

Una de las actividades en la que padres e hijos comparten espacios. Foto: Los Farolitos
El próximo sábado, los padres de los alumnos del jardín Los Farolitos y de la escuela primaria El Laurel abrirán las puertas del lugar, ubicado en El Corte, para recibir a quienes quieran participar de la kermesse, que tendrá actividades para grandes y chicos. La entrada será libre y gratuita y, además, habrá comidas, juguetes y artesanías a la venta.
Dentro del proyecto de educación en pedagogía Waldorf, uno de los objetivos es el de auto sustentar la escuela. Para ello, los padres -aproximadamente 32 familias- organizan actividades mensuales pensadas para adultos y niños. En esta oportunidad y en coincidencia con la primavera, abrirán las puertas del espacio desde las 17. La cita es en avenida Aconquija, kilómetro 14, subiendo por la calle de la Comisaría. Además de las clases -de biodanza, por ejemplo-, habrá una feria de comidas, sorteos, juguetes, buffet y artesanías en general.

"Es un espacio hermoso, gigante", detalla Tarcic. "Es muy difícil de sustentar, pero los padres intentamos sustentar porque vemos que nuestros hijos son muy felices", destaca esta mamá, que además señala que como las actividades se desarrollarán al aire libre, si hay mal tiempo seguramente se posponga. "La fecha sería a confirmar", comenta, aunque recuerda que los pronósticos climáticos indican que el fin de semana habrá buen tiempo.
Sobre la dinámica de funcionamiento en la escuela, Tarcic destaca que no hay chicos sentados y aburridos, sino en movimiento. "Hacen caminatas, tienen talleres de huerta, hay un maestro especializado en huertas, que es francés", ejemplifica. "Los chicos trabajan en la huerta, tenemos la fiesta de las estaciones", detalla.
Además, los niños aprenden a tocar instrumentos musicales. Por ejemplo, en primer grado están aprendiendo a tocar la flauta. En las jornadas de aprendizaje, los pequeños pintan con acuarelas, pero también trabajan con operaciones matemáticas. "Son los mismos contenidos, pero la manera de enseñarlos es otra. Están practicando la lectoestructura, es impresionante cómo aprenden de otra manera", comenta entusiasmada Tarcic. "Los cuadernos, que son con hojas lisas, son como pequeñas obras artísticas", celebra esta mamá, que junto a todos los padres que forman parte de la escuela, buscan alternativas a la crisis para sostener el lugar en el que los alumnos aprenden de otra manera.
