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El conmovedor mensaje de fin de año de Álvaro Pérez Acosta

Esperanzas que se renuevan

El tucumano que fue brutalmente golpeado por los hermanos Cristian y Fabián Jensen a la salida de un boliche en el año 1996, fue premiado en la Fundación "Sí a la Vida" por su ejemplo de superación personal. En el discurso de agradecimiento expresó un deseo que sorprendió y emocionó a todos.





Álvaro Pérez Acosta (44) recibió esta mañana un premio en el marco de las celebraciones de fin de año de la Fundación "Si a la Vida". La encargada de recibir la distinción fue Cecilia Pérez Acosta, quien leyó el discurso de agradecimiento que escribió su hermano en los días previos a la ceremonia con la ayuda de una pizarra y un felpón. Con sentidas palabras, el tucumano que sufrió una brutal paliza a la salida de un boliche en el año 1996, cuando apenas tenía 23 años, expresó un deseo que emocionó a muchos de los presentes: tomar un café con sus agresores para decirles que los ha perdonado.    

Cecilia se paró frente al público con una hoja en donde estaban escritas las palabras que preparó su hermano para la ocasión. “Todo esto nos motiva a no bajar los brazos. El premio será bienvenido cuando ustedes tres, Cristian y Fabián Jensen, algún día dejen el camino del mal. Sería bueno poder sentarlos en algún café y compartir ideas para solucionar este mundo”, leyó frente a los miembros de la Fundación. “¿Ustedes se fijaron que dije tres? Se preguntarán porqué dije tres; porque ese tercero es el ‘bichito’ que nos hace cometer errores”, completó.


En otro pasaje del discurso envió un mensaje a la juventud “sean fuertes y no se dejen vencer por ese ‘bichito’ que nos hace cometer errores. Yo pienso que fuimos creados por Dios, el Dios de la vida. Él dio su vida por nosotros y creó un templo que es nuestro cuerpo físico, ¿por qué destruirlo?”, reflexionó Álvaro, quien estuvo sentado en primera fila, escuchando atentamente a su hermana.   

“A ustedes les digo cuenten conmigo, yo los voy a ayudar. Cuidemos la vida, no la destruyamos, a la vida en general, construyan vidas felices y, por sobre todo, cuenten conmigo, conmigo y con Dios, que siempre nos espera con los brazos abiertos”, concluyó Cecilia, la última persona que habló con Álvaro antes de entrar en coma aquella mañana del 27 de julio de 1996 y que 21 años después se mantiene firme a su lado para interpretar todas sus emociones con sólo mirarlo.

La entrega del premio hizo rodar lágrimas por las mejillas de Álvaro y también arrancó risas a raíz de las bromas que se esmeró en hacer con su sombrero panameño a los directivos de la Fundación, la mayoría de ellos jubilados nucleados en la Mutual Cuna de la Independencia, que realizan diversas tareas sociales vinculadas a la inclusión de personas con discapacidad.  


El fulgor de un rayo

Álvaro recibió el premio de manos de Ivonne Meiners y de Miguel Ángel Noguera, quienes le brindaron todo el afecto de los miembros de “Sí a la Vida” y su admiración por una lucha de más de 20 años sobrellevando las secuelas de la tetraparesia piramido extrapiramidal que le ocasionó la paliza que le propinaron los hermanos Jensen. Sin embargo, las dificultades de sus limitaciones físicas no lo derrotaron: entre sus proyectos están escribir sus memorias, ganar cada día más independencia y crear una Fundación. 

“Conocí el calvario que pasaron los padres de Álvaro cuando ocurrió todo esto: de diez puertas que golpeaban, sólo una se abría. Fue así que vendían tamales, empanadas, rifas, mucha gente ayudó”, recordó Miguel Ángel, quien se desempeña como secretario de la Fundación que premió en ediciones anteriores al atleta Juan Pablo Juarez, a la ambientalista Aída Ponce, a Lucrecia Jordanoff  y a ‘Cacho’ Maldonado, entre otros tucumanos . 


“Lo que pasó con Álvaro fue una conmoción muy grande que luego se fue diluyendo como el fulgor del rayo. Pero ésta es una tarea lleva años. Ahora afortunadamente los amigos del Colegio Sagrado Corazón están volviendo para ayudarlo a adaptar su casa”, relató Miguel Ángel visiblemente emocionado. “La sociedad debería tomar conciencia que la culpa no fue de los dos pibes que lo agredieron a Álvaro sino de todos nosotros que hicimos posible llegar a estos niveles violencia. Nuestra intención desde la Fundación es mostrar un ejemplo para las nuevas generaciones”, reflexionó. 

Sobre el final, el secretario de “Sí a la Vida” destacó que en los escritos de Álvaro siempre aparece el amor como eje. “Él resalta mucho la palabra amor; si el amor fuera el denominador común de las acciones del hombre, qué mundo mejor tendríamos”.