"Los chicos necesitan pasar tiempo real, sin pantallas, con los adultos"

“La verdad es que estoy sorprendida por la cantidad de consultas que están llegando, no esperábamos tanto interés”, se sincera Paula Fernández al recibir la llamada telefónica de eltucumano.com para consultarle acerca del Taller sobre Método Montessori que dictará el próximo mes de julio en Tucumán.

El interés que despertó el evento en redes sociales está vinculado a la creciente necesidad de buscar alternativas a la educación tradicional frente a los nuevos desafíos que encuentran padres y maestros en la tarea de educar. En este sentido, el método ideado por la educadora y médica italiana María Montessori a principios de siglo XX aparece como una opción.

“La idea es brindar un taller introductorio porque tanto en Tucumán como en otras provincias todavía no hay capacitación sobre este método de enseñanza. La propuesta surgió de una institución y de una familia tucumana para brindar herramientas a la comunidad”, contó Fernández, quien es oriunda de Tandil pero actualmente reside en La Plata, donde se desempeña en el único jardín de infantes donde se imparte este método. 

Nuevas formas de aprender

La importancia de la independencia en el desarrollo de los niños, la libertad con límites, el respeto por la psicología natural y el desarrollo físico y social del niño son algunos de los pilares de esta pedagogía (también "filosofía de vida", dirá Fernández) que precisa de la cooperación mutua entre la escuela y el hogar. 

“El contacto entre familia y escuela, sea Montessori o no, es fundamental”, reflexiona la profesora al ser consultada sobre las dificultades que se plantean cada vez con mayor frecuencia entre padres y educadores. De hecho, en este propuesta, se trabaja mucho sobre la puesta en palabras de las emociones por parte de los niños y de los adultos que comparten el camino de una educación para la paz.  

“Creo que una de las fallas más frecuentes es que los adultos estamos un poco abrumados con tantas exigencias y perdemos de vista lo que los chicos realmente necesitan”, completó y ejemplificó que, en el caso de los docentes, es necesario plantearse con frecuencia “¿por qué elegí educar?” y “¿qué quiero transmitir?” para llevar adelante la tarea de preparar a las generaciones futuras para un mundo cada vez más complejo que exige, ante todo, el respeto por el otro y la tolerencia en la diversidad.

La tecnología al acecho

Sobre la creciente injerencia de la tecnología en las aulas y también en la casa, Fernández se aleja de una posición apocalíptica. “Siempre hay que encontrar las herramientas, las buenas herramientas, para educar. Las nuevas tecnologías pueden aportar siempre que sean utilizadas con un justo equilibrio”, apuntó.  Sin embargo recordó que los chicos, de 0 a 6 años, necesitan especial atención y cuidado por parte de sus padres y maestros.

“Los niños necesitan tiempo real, sin pantallas, con el adulto. Van a tener mucho tiempo luego en la adultez para tener contacto con la tecnología.  En esa edad se sientan las bases para su vida adulta. Por eso es importante el contacto con la naturaleza y el mundo real. No es necesario erradicar las pantallas, pero sí encontrar un equilibrio", propuso.

Las comunidades Montessori

La especialista sostiene que el método exige el compromiso de las familias con la educación de sus hijos. “Siempre digo que el método Montessori es para todos los chicos, pero no para todas la familias, porque requiere de mucho trabajo personal y hasta incluso de una transformación. No se trata sólo de las herramientas o de los materiales, sino también de estar presente”.

“¿Hay diferencias entre un niño educado con este método y otro que fue educado en la escuela tradicional?”, fue la pregunta de cierre de la entrevista. Fernández, con entusiasmo y la certeza obtenida en sus años como educadora, respondió  “las hay y es algo maravilloso. Uno encuentra que esos niños, en los que se trabaja mucho la autonomía y la independencia, tienen más herramientas para desenvolverse en la vida”. 

Más información

El taller a cargo de Paula Fernández se dictará los días 18 y 19 de julio en Lamadrid 752, con un cupo máximo de 25 personas.

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