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Buscan evitar (por tercera vez) que derrumben la casa Sucar

PATRIMONIO

Los dueños de la vivienda pidieron la demolición de la casona, parte del patrimonio arquitectónico de la provincia. Quienes se oponen solicitan la expropiación y la instalación de un Centro Cultural.

Casa Sucar, año 2012: primer intento de demolición. Fotografía del portal de La Gaceta.





Buscan evitar (por tercera vez) que derrumben la casa Sucar
Los dueños de la vivienda pidieron la demolición de la casona. Quienes se oponen piden por la conservación del patrimonio arquitectónico tucumano.
La casa Sucar quedó, una vez más, a la espera de la decisión: demoler o no demoler. Un pedido de derrumbe (el tercero en cuatro años) llegó a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por parte de los propietarios del inmueble. Un grupo de gente, sin embargo, aboga por la conservación del patrimonio arquitectónico tucumano.
La casona de principios del siglo XX, ubicada en avenida Salta al 500, fue diseñada por Luis Lucena y los arquitectos italianos Perinotti y Colotti, y construida en 1923 por la familia Barbieri. Se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. 
El pedido para evitar la demolición expresa que el inmueble es “un ejemplo valioso del patrimonio doméstico del Centenario. Esta vivienda posee, además de los valores arquitectónicos propios, valores urbanos excepcionales”.
“Conforma, con las tres propiedades vecinas de similares características, uno de los únicos conjuntos de viviendas de perímetro libre que perduran como testimonio de la ciudad liberal que se consolidó a principios del siglo XX. Por otra parte, en una ciudad donde se han perdido en forma sistemática sus espacios ajardinados, esta cuadra es una reserva ambiental que debe ser protegida”, agrega. 
El primer intento de demolición fue en 2012: en ese entonces, un grupo de ciudadanos se movilizó, conformando una “guardia ciudadana”, armando marchas y acciones artísticas. Para el segundo intento, en 2015, los legisladores José María Canelada, Adela Estofán de Terraf y Eudoro Aráoz presentaron un proyecto de ley de expropiación de la casona para crear un Centro Cultural para artistas emergentes. 
Esta es la ley que, desde el grupo de defensa patrimonial, exigen que se apruebe. “Para que se pueda evitar que la ciudad histórica de San Miguel de Tucumán pierda el último conjunto de gran valor arquitectónico y urbano de la arquitectura residencial”.
En junio de este año, la Sala 3 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, integrada por Ebe López Piossek, Sergio Gandur y José Ernesto Soraire, solicitó al municipio que se expida sobre el pedido de demolición.

La casa Sucar quedó, una vez más, a la espera de la decisión: demoler o no demoler. Un pedido de derrumbe efectuado por los propietarios (el tercero en cuatro años) llegó a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Un grupo de ciudadanos, sin embargo, aboga por la conservación del patrimonio arquitectónico tucumano.

La casona de principios del siglo XX, ubicada en avenida Salta al 500, fue diseñada por Luis Lucena y los italianos Perinotti y Colotti, y construida en 1923 por la familia Barbieri. Se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. 

El pedido para evitar la demolición expresa que el inmueble es “un ejemplo valioso del patrimonio doméstico del Centenario. Esta vivienda posee, además de los valores arquitectónicos propios, valores urbanos excepcionales. Conforma, con las tres propiedades vecinas de similares características, uno de los únicos conjuntos de viviendas de perímetro libre que perduran como testimonio de la ciudad liberal que se consolidó a principios del siglo XX. Por otra parte, en una ciudad donde se han perdido en forma sistemática sus espacios ajardinados, esta cuadra es una reserva ambiental que debe ser protegida”, agrega. 

El primer intento de demolición fue en 2012: en ese entonces, un grupo de ciudadanos se movilizó, conformando una “guardia ciudadana”, armando marchas y acciones artísticas. Para el segundo intento, en 2015, los legisladores José María Canelada, Adela Estofán de Terraf y Eudoro Aráoz presentaron un proyecto de ley de expropiación de la casona para crear un Centro Cultural para artistas emergentes. Esta es la ley que, desde el grupo de defensa patrimonial, exigen que se apruebe.