"Cuando le ponés el cuerpo a la astrología, la mente queda en jaque"
Gi Juliano es astróloga y economista. Volvió a Tucumán en 2015 sin saber con qué iba a encontrarse y se sorprendió. "Hay una constante búsqueda de nuevas experiencias".

“Rondan sobre la astrología muchos prejuicios, varios de los cuales están bien ganados". Así lo expresa Gi Juliano, astróloga y economista tucumana, quien propone una manera diferente de vivenciarla.
“La astrología clásica es la que todos conocen, te dice cómo es y qué te va a pasar. Esto empezó a quedar demodé y se hizo discutible. Ahí surge la corriente humanista, que está en una zona de constante intercambio con la psicología alternativa, no psicoanalítica”, explica. Dos corrientes fusionadas que analizan la personalidad en un marco amplio.
Ni creencia, ni ciencia: Gi define a la astrología humanista como “una forma de ser y estar en el mundo, una forma de percibirlo”, tal y como lo estudió en Casa Once, el espacio de investigación y enseñanza de este lenguaje.
¿En qué consiste la consulta?
A través de una serie de datos del nacimiento de una persona se elabora una carta natal, que es el dibujo del cielo en el momento en el que nació. Esa carta, un mandala, sintetiza muchísimos aspectos de la personalidad. A su vez, es un mapa de ruta, una guía para transitar el mundo en el que vivimos.
La persona que está interpretando la carta natal no lo hace simplemente para predecir el futuro, sino que involucra la creatividad tanto del astrologo como del consultante. Cuando se lleva esa información al mundo, a su mundo de relaciones y realidades, esa herramienta se pone en juego y se convierte en otro hecho creativo que nos ayuda a manejarnos en la vida.
¿De qué puede servir?
La primera vez que alguien me hizo una carta natal, me pareció maravilloso. Fue la manera perfecta de sintetizar muchos aspectos de mi personalidad que no podía resolver. Somos cosas muy contradictorias y esta es una herramienta alucinante para conjugarlas, para llevar estas contradicciones con armonía.
¿Qué tenés para decirles a quienes presentan prejuicios?
Citando a (José) Saramago, “He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro". Cada uno vive su vida con sus creencias y prejuicios y eso está bien.
La mente racional recorta este complejo enorme que es la realidad para poder aprehender y controlar lo que vivimos a través de patrones, etiquetas, formas definidas. Solo a través de la experiencia pueden vencerse esos límites.
Cuando uno logra ponerle el cuerpo a la vivencia, se produce un gran jaque mate a la mente: ante lo abrumador de la experiencia, que muchas veces colabora con la resolución de problemas y con la comprensión de ciertas vivencias desde otros lugares que no son el racional, la persona termina entregándose a la vivencia y dejando atrás los prejuicios.
¿Cómo venimos con ese tema en Tucumán?
Estoy aquí desde 2015, después de haber pasado más de la mitad de mi vida en Buenos Aires, y para mí era una incertidumbre enorme saber con qué me iba a encontrar. Soy consciente de las limitaciones de la herramienta, es muy underground, pero Tucumán me sorprendió.
Cuando me instalé, empecé haciendo algunas cartas y hoy hago cada vez más. No tengo marketing, voy salpicando cosas de manera muy artesanal. La gran fuerza de lo astrológico es, siempre, el boca en boca de gente que vino a hacerse la carta, quedó muy satisfecha, le sirvió un montón y se lo recomendó a otra gente.
Considero que en Tucumán hay una constante búsqueda de abrirse a nuevas experiencias. Me han tocado consultantes muy escépticos, vinieron venciendo todos sus prejuicios y se fueron en jaque, pero con una nueva herramienta para enfrentar el mundo.
Para ver las predicciones 2017, hacé click acá.