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"1200 metros es una cifra que regresa a mis sueños": Jorge Vivanco y los diseñadores de la Ciudad Universitaria

ESTAFA A LA UNT

Junto a Sacriste y Caminos diseñaron el megaproyecto durante el rectorado de Horacio Descole en las sierras de San Javier. A ese proyecto nunca lo pudieron ejecutar por los culpables del robo del siglo en Tucumán. "Es una cifra que me persigue”. La última entrevista a Vivanco, uno de los hombres más importantes de esta historia.

El Arq. Jorge Vivanco sentado junto a Le Corbusier (primera fila, segundo desde la izquierda), durante una reunión en Bridgwater, Inglaterra (1947). Fuente: www.ciam6.co.uk





Es octubre de 1986 y hace calor por la noche en Tucumán. En piyama, rodeado de colillas de cigarrillo, un hombre de 74 años fuma. En una habitación de 3x2 del hotel Iguazú, bajo una nube de humo, sin ventanas, echado sobre la cama, ese hombre pasará los últimos días de su vida entre sueños y pesadillas, sueños y pesadillas acompañados por una cifra: “1.200 es una cifra que regresa a mis sueños; es una cifra que me persigue y es una cota, es la altura del cerro, es el nivel donde se desarrollaba la Ciudad Universitaria. De todo ese gran proyecto, lo único que persiste es ese número que una y otra vez regresa cuando duermo, ahora que estoy aquí, al pedo”.

Ese hombre fue Jorge Vicanco, el enorme arquitecto del Grupo Austral integrado también por Eduardo Sacriste y Horacio Caminos, los tres arquitectos y diseñadores que llevaron adelante uno de los proyectos más importantes de nuestra provincia, la Ciudad Universitaria que nunca se realizó en las 18.000 hectáreas adquiridas a la familia Frías Silva por el gobierno de Juan Domingo Perón para su creación e impulsada por el rector Horacio Descole, designado interventor de la UNT por el propio Perón en el 46 y electo en el 47.

Mientras Vivanco posaba junto a Le Corbusier en Inglaterra luego de dictar una conferencia en un encuentro de arquitectos, Descole ya había viajado a visitar las universidades de Princeton y Columbia para encontrar similitudes en este megaproyecto de dimensiones extraordinarias en una superficie similar a la que tenía por entonces la Ciudad de Buenos Aires.

El proyecto original estaba pensado para una población de entre 20.000 y 30.000 universitarios, el 17% del total de los habitantes de San Miguel de Tucumán, y fue incluido en el primer Plan Quinquenal peronista al igual que la Ciudad Universitaria de Córdoba, que hoy recibe a diario a 100.000 personas.

La Ciudad Universitaria se dividiría en dos grandes núcleos: un casco principal se construiría en San Javier en una superficie sobre 1200 metros a nivel del mar de 100 hectáreas a  donde se concentraría toda la vida universitaria con facultades, institutos, un Centro Cívico, el Rectorado, biblioteca central, museo, teatro a cielo abierto, viviendas para alumnos y docentes, jardín botánico, instalaciones deportivas y hasta un estadio para 30.000 espectadores, "conforme a los planos ya aprobados", planos encontrados en una investigación de eltucumano.

Ninguna de estas cifras pueden compararse con otra: la habitación de 3x2 metros sin ventanas donde terminó sus días Jorge Vivanco, quien cuando dice “Aquí, al pedo” es el lugar donde transcurrió la última charla: la habitación 34 del hotel Iguazú que todavía hoy resiste sobre la calle Catamarca al frente de la Plaza Alberdi, calles por las que en noviembre del 48 Tucumán se veía desbordada con la llegada de Evita en el tren del ferrocarril Mitre. Estas son las mismas calles por las que pasó sus últimos días Vivanco, quien ahí mismo recibió la visita de Luis Caporossi, a quien le dio la última entrevista, meses antes de la muerte de Vivanco en 1987.

Vivanco había nacido en 1912 y se destacó como docente en el Instituto de Arquitectura y Urbanismo (IAU) de la UNT, escuela que hizo historia en la enseñanza de arquitectura en la Argentina, entre fines de la década del 40 y principios de la del 50, con la Ciudad Universitaria como el objetivo más ambicioso a realizar. 

Junto a Caminos y Sacriste, los objetivos de Vivanco y de la Escuela de Tucumán incluían “la necesidad imperiosa de planificar el país. Crear conciencia urbanística capaz de dar forma al caos con que éste se enfrentará a corto plazo”. Y agrega Caporossi sobre la Escuela de Tucumán: “Entre sus discípulos más reconocidos se encuentran Cesar Pelli y Diana Balmori. La obra inconclusa de la Ciudad Universitaria en el Cerro San Javier es mencionada por Reyner Banham como una de las primeras megaestructuras construidas en el mundo”.

Sin dinero para pagar la pieza, Vivanco pasaba sus últimos días de pensión en pensión: cuando lo corrían de una, volvía a la otra. “Última charla con Vivanco: Salvaje, y a mucha honra”, se titula la entrevista con el arquitecto, ya acostado en piyama en la cama, solo acompañado por una mesita de luz, un velador, un perchero con una campera gris, dos lápices, uno rojo y otro negro, sin vista a la calle, sin nada más que ver, que soñar, que diseñar, que planificar: “No recuerdo ventana alguna. Vivanco estaba en la cama en piyama, la piel tirante en torno a los ojos, una mirada de pájaro, un decir irónico y preciso”, recuerda Caporossi sobre el arquitecto que le habló por última vez de la siguiente manera:

Aquí tengo todas mis pertenencias, fíjese mis documentos, estos dos marcadores, uno negro, otro rojo, siempre me gustó el color rojo. Cuando dibujábamos las láminas de teoría en la Universidad usábamos blanco y negro y de color solamente el rojo. Este reloj de oro era de mi padre. Se llamaba Horacio mi padre y me sirve actualmente de garantía aunque nunca lo voy a vender. Es decir, acabo de rescatarlo con ayuda de unos amigos del empeño. Ahora, a esta habitación necesito mejorarla con un cenicero. Si no todos los puchos van bajo la cama”.

Esa imagen de un hombre de 74 años en pijama bajo la nube de tabaco en una pieza de hotel dista a más no poder con la de un Vivanco sonriente, con el bigote atusado bien de época, impecable de traje como en la imagen que posa junto al gran Le Corbusier durante una reunión en Bridgwater, Inglaterra, en 1947, una imagen  que ilustra otro texto sobre la vida del arquitecto titulado “Vivanco, memoria y recuerdo”, escrito por el arquitecto Jesús Bermejo Goday en el libro “Hacia una memoria institucional” (FAU)

En esa semblanza ilustrada por fotos cedidas por la arquitecta Susana Villavicencio, Goday relata cuando conoció a Vivanco: “Como casi adolescente (..) tímido y reprimido, quedé agradable y emocionadamente tocado por la cálida acogida del círculo de Vivanco: Chula Saad y Miñi Lezcano, como diosas o sacerdotisas del culto de la arquitectura. Desde el puesto de ayudante de uno de los profesores italianos, Cino Calcaprina, descubrí la visión americanista y apasionada de Jorge Vivanco”.

¿Cuáles eran los aspectos de la personalidad de Vivanco que asombraban a quienes aprendían trabajaban con él? “Una era su referencia a su formación académica de arquitecto en la Facultad de Buenos Aires y la búsqueda de la identidad de un proyecto, desde su primer planteamiento hasta llegar al último detalle constructivo, intentando una unidad en todo el proceso y en sus resultados. Otro aspecto sorprendente de Jorge Vivanco era algo que podría denominarse explosiones de genialidad. Un curso de 1951, tenía como tema el proyecto de una vivienda colectiva. Vivanco de repente estaba como desaparecido en su casa de El Corte en Yerba Buena y en el momento en el que debían recogerse los trabajos de los alumnos, reapareció e hizo empapelar el aula con un papel tipo borrador donde desarrolló y dibujó toda una exposición teórica y práctica que partía con la creación de una estructura de base, que ofrecía una cantidad de suelo artificial a bajo costo que más tarde plasmaría en su propuesta para Jujuy-Palpalá”, relata Goday.

Antes de terminar sus días en una pensión, que Vivanco viviera en las bondades climáticas de El Corte, en Yerba Buena, no era casualidad. Justamente, el sueño de una noche de verano le dio el impulso a Vivanco junto a Sacriste y Caminos para comenzar a hacer realidad la Ciudad Universitaria. Fue el impulso para tomar su lápiz rojo, su lápiz negro, ajustar el segundero del reloj de oro que le dejó su padre Horacio, y comenzar a dedicarle días y noches, tardes y madrugadas, al megaproyecto cuyos primeros cimientos aún reposan rodeado de pastizales a 1200 metros de altura, más cerca de una luna tucumana observando a Vivanco, Sacriste y Caminos, tres maestros de la arquitectura pensando en lo que relataba el propio Vivanco.

Estábamos tomando cerveza a la noche y hacía demasiado calor aquí en el centro de Tucumán, cuando se me ocurrió: Tucumán está mal fundada. Debería haberse fundado en el cerro. El hombre es su proyecto. El lema del Grupo Austral era experimentar, proyectar, construir. Nosotros queríamos construir y no pudimos”, le contó Vivanco a Caporossi en la última charla. Y un deseo más, una cifra más: “Yo quiero llegar a los 100. Me gustan los números redondos”.

Jorge Vivanco (1912-1987), arquitecto y promotor de la Ciudad Universitaria que trabajó con Sacriste y Caminos en el megaproyecto "conforme a los planos ya aprobados". Foto: Susana Villavicencio.

Eduardo Sacriste (Buenos Aires 1905 - 1999), arquitecto y promotor de la Ciudad Universitaria que trabajó con Vivanco y Caminos en el megaproyecto "conforme a los planos ya aprobados". Foto: Susana Villavicencio. Su perfil completo en nuestra edición del próximo martes.

Horacio Caminos (1914-1990), arquitecto y promotor de la Ciudad Universitaria que trabajó con Vivanco y Sacriste en el megaproyecto "conforme a los planos ya aprobados". Foto: Susana Villavicencio. Su perfil completo en nuestra edición del próximo jueves.

El rector Horacio Descole. Recorte del diario El Trópico.

Funcionarios, arquitectos y docentes en los comienzos de la Ciudad Universitaria. Foto: Archivo Histórico de Tucumán.

El sueño, hoy. Foto: La Ciudad Universitaria del IAU de Tucumán (1948-1956)


Agradecemos las notas referenciales a los autores del libro Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad Nacional de Tucumán Hacia una Memoria Institucional : 80 años de Enseñanza de la Arquitectura en Tucumán : 1939-2019 / compilado por Claudia Alejandra Abdelnur ; Ana Laura Castañeda Nordmann ; Adrián Gabriel Rojas Vitry ; coordinación general de Soledad Juliá ; dirigido por Juan Bautista Ramazzotti ; Soledad Juliá ; Claudia Alejandra Abdelnur ; prólogo de Juan Bautista Ramazzotti. - 1a ed compendiada. - San Miguel de Tucumán : Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 2021. Libro digital, PDF - (Hacia una Memoria Institucional / 2) Archivo Digital: online ISBN 978-987-754-261-5

Agradecemos a Luis Caporossi, el autor de la última entrevista a Vivanco es arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo de Estudios en Planeamiento Urbano (UTN).