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Recuerdan la primera entrevista al Che Guevara, hecha por un diario tucumano

HISTORIA VIVA

“Guevara, un joven raidista, cumplirá una extensa gira”, se titulaba el artículo publicado por el extinto periódico Trópico.

El joven Ernesto Che Guevara a bordo de su bicimoto.





"Guevara, un Joven Raidista, Cumplirá una Extensa Gira", así reportó el extinto periódico Trópico, de Tucumán, sobre la primera expedición de aquel joven idealista a través de las tierras santiagueñas. Un camino fundacional que marcó el inicio de muchas incursiones en el corazón de América Latina en la década de 1950.

El primer día del año, el joven estudiante de medicina, partió solitario desde Buenos Aires en su bicimoto para recorrer diversas regiones de Argentina. La travesía en su humilde vehículo era un gran desafío, como él mismo lo describió en sus diarios: "Iba lleno de dudas sobre la potencialidad de la máquina que llevaba".

Estas notas, que testimoniaron su viaje iniciático, fueron publicadas por su padre en los años 80, basadas en los registros encontrados en la casa familiar. Estas escrituras tomaron forma de un libro y fueron tituladas "Mi hijo el Che".

La travesía tiene como meta principal la visita a su amigo Alberto Granado en San Francisco del Chañar, Córdoba, con escalas intermedias en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe debido a la autonomía limitada de su vehículo, una bicimoto Micrón.

Después de alcanzar su primer destino en tierras cordobesas, Guevara pasará algunos días visitando amigos y luego continuará hacia el norte de Argentina, entrelazando su aventura con la realidad social de las regiones más profundas del norte, que comenzaba a conocer a fondo.

Llegando a Santiago del Estero las anotaciones del joven Guevara dirán: “A las 4 de la tarde, con un sol un poco bajo, salimos con rumbo a Ojo de Agua (...) el viaje, lleno de peripecias, fue cubierto en 4 horas debido a las continuas pinchaduras que sufrí. En Ojo de Agua me recomendaron al director de un hospital menor y allí conocí al administrador, un señor Mazza, hermano del senador cordobés en cuya mesa comí. Muy cordial la familia me recibieron magníficamente a pesar de no tener la más mínima idea de mi procedencia y simpatizó mucho con la idea del raid”.

La entrevista

“Temprano emprendí el viaje (...) llegué a Santiago donde fui muy bien recibido por una familia amiga (…) Allí se me hizo el primer reportaje de mi vida, para un diario de Tucumán, y el autor fue un señor Santillán, que me conoció en la primera parada que hice en la ciudad”, comenta con orgullo y sorpresa el joven estudiante de medicina.

Aquel reportero, quien se vio impactado por la tenacidad de Guevara en su modesta bicimoto, difícilmente podría haber adivinado la importancia histórica que su entrevistado tendría en la política del siglo XX, después de que nueve años más tarde liderara la Revolución triunfante en La Habana.

El medio donde se publicó la nota era el periódico Trópico, un diario con una historia única que surgió de una innovadora experiencia en la Universidad Nacional de Tucumán en 1947. Aunque la existencia del diario solo duró cuatro años, dejó una huella en el periodismo de Tucumán y de gran parte del norte del país.

La nota decía en su título, “Guevara, un Joven Raidista, Cumplirá una Extensa Gira”, y continuaría relatando, “SANTIAGO DEL ESTERO, Hoy llegó a esta ciudad, el joven ciclista Ernesto Guevara de 21 años, estudiante, que se propone cumplir un extenso raid de ciclismo. Inició su gira en Buenos Aires, pasando por Santa Fe y Córdoba. Ahora se dirige a Tucumán, de donde seguirá a Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis, donde emprenderá el regreso a Buenos Aires”.

Aquella simple pero certera entrevista, dejará una huella hoy histórica a la luz de lo que sería luego la figura de Guevara, al tiempo que servirá para marcar lo osado que resultaba, para propios y extraños, el raid en bicimoto que llevaba adelante atravesando gran parte del país.

El recorrido prosigue hacia Salta y Jujuy, donde el joven Ernesto Guevara será testigo de una intensa lección de vida, un primer encuentro con la cruda realidad de la América interior. Un aprendizaje que continuará con posterioridad en sus conocidos viajes en moto junto a su amigo cercano, Alberto Granado.

Es indudable que desde aquella primera aventura en 1950, Guevara fue acumulando una rica experiencia que iría formando su personalidad. Estos cambios fueron el resultado de la impactante realidad del norte de Argentina, que cautiva con su esplendor natural y a la vez golpea con su cruda realidad social.

Inmerso en este torrente de emociones y en una bicimoto cuestionable, Guevara moldeará sus metas y prioridades, realizando un giro ideológico que lo impulsará a renunciar a las comodidades de clase para ponerse al servicio del pueblo. El norte argentino fue el forjador de su compromiso.