Las peatonales iluminadas de sol pueden ser la superficie lunar para los pies ágiles de nuestro propio Rey del Pop que se desliza hacia atrás con sus mocasines gastados de pasos histriónicos. El joven Ramiro Frías sale de su casa con un parlante, un sombrero, los guantes de lentejuelas y una máscara de lobo para replicar las danzas de su ídolo Michael Jackson. Acá, bajo el sol del mediodía, entre los vendedores ambulantes y la gente que va de un lado a otro, el rey sigue vivo, es tucumano y lo llaman Maicol.