DONACIÓN DE ÓRGANOS

"Siempre sentí orgullo de mi hija y más ahora": Micaela no murió, vive a través de otros

En 2023 una adolescente tucumana apagaba su vida tras un ACV fulminante, totalmente inesperado. Sin embargo, esta semana sus padres recibieron el abrazo más fuerte de todos: seis personas viven gracias a Micaela Rivas Jordan.

09 Mar 2025 - 20:08

¿Se imaginan que, una noche cualquiera, entre cuatro paredes de un hospital te toque decidir si quieres donar los órganos de tu hija, la misma que un día antes estaba en su habitación riendo con sus streamers favoritos a todo volumen? Hay pesadillas que se vuelven realidad en el planeta tierra. Y a los papás de Micaela Rivas Jordán les tocó vivirla. Pero, la historia de este domingo deja con un pequeño dejo de esperanza.

El 16 de junio del 2023 Matías Rivas Jordán recibió el desesperado llamado de Vanina, su expareja y madre de sus dos hijos, Micaela y Santiago. “Era una llamada desesperada diciéndome que Mica se le había desvanecido, que estaba yendo al sanatorio Mayo (Concepción). Me fui volando, y en el camino leí que me había enviado mensajes antes diciéndome que a mi hija le dolía la cabeza. Vanina era preceptora del colegio a donde iba mi hija, así que estuvo con ella en todo momento”.

Al llegar al sanatorio Mayo, Matías recuerda haber sacado fuerzas inexplicables para alzar a su hija de 13 años que, para ese entonces, era bastante grande de tamaño: “Nos atendieron muy bien pero no se pudo hacer nada, para las doce de esa noche ella ya había tenido tres paros cardiorrespiratorios y un ACV”.

El problema de Micaela tenía raíz congénita. Una malformación a nivel cerebral prácticamente indetectable y que además no había dado síntomas. Entre su desvanecimiento en el colegio de la Consolación hasta su traslado al Hospital del Niño Jesús en la capital tucumana, la familia de la adolescente lo intentó todo para buscar otras respuestas: llamar a médicos, solicitar estudios, buscar segundas, terceras y cuartas opiniones. Pero la respuesta era la misma: no había nada por hacer, la muerte cerebral se había apoderado del cuerpo de Mica. “Yo desde que la bajé del auto de su mamá en el sanatorio sentí que no era ella”, recuerda su papá en conversación con Eltucumano.com.

“Esa segunda noche, no resignados, me quedo a dormir en un primo cerca del hospital. A las horas nos hacen llamar de urgencia de que le habían hecho otro encefalograma, y que la respuesta seguía igual: no había ninguna salución. Fue entonces que nos llamaron a una sala y estaba la gente del INCUCAI. Fue la decisión más terrible de mi vida, yo siempre estuve a favor de la donación de órganos. Con su mamá nos imaginábamos para qué era esa reunión, por eso nos preguntaron si queríamos que Mica salve vidas. El corazón no se podía donar porque había tenido tres paros, pero todo lo demás sí. Charlamos como una hora con la gente del INCUCAI, yo estaba entre que no quería y sí. Sentados en la escalera del hospital tomamos la decisión de hacerlo” recapitula Matías en esta charla.

“Del INCUCAI llegaron a las 3 de la mañana, la desconectamos a esa hora. Yo no me quedé, no sé porqué, uno no razona bien en esas situaciones, me fui. Me arrepiento hasta ahora, pero creo que tampoco podría haber estado. A las 6:30 mi hija ya estaba en la morgue, y a 7 de la mañana, ya viajaron los órganos a Buenos Aires”.

De este momento pasaron casi dos años, ya que el 17 de junio próximo se cumple un nuevo aniversario en que Mica fue desconectada por algunas horas, pero vuelta a conectar un total de seis veces y en nuevas vidas. Esto se supo esta semana, cuando Vanina, su mamá, recibió un mensaje del INCUCAI con detalles de cómo la vida de su hija se había ramificado en seis historias: “Estimada Vanina, al día de hoy sabemos que tu querida hija Micaela le dio la posibilidad de vida a seis personas. Las válvulas fueron implantadas en una niña de dos años y un niño de un año. Las corneas en una mujer de 75 años y un niño de 5 años, uno de los riñones en un hombre de 35 años y el hígado en una joven de 21 años. A pesar del dolor inimaginable que habrá significado perder a Micaela, pudieron pensar en otros y otras y eso es inmenso. Cada uno tuvo una oportunidad y pudo continuar con su vida. ¡Gracias eternas!”.

“La última vez que hablé con mi hija fue el jueves 15 de junio del 2023. Ella y su hermano habían dormido conmigo el día miércoles, habíamos estado charlando sobre su cumple 14 en septiembre y cómo quería celebrar. De paso charlamos sobre su fiesta de 15 que iba a ser el año pasado. A las cinco de la tarde me fui a trabajar sabiendo que en breve iba a pasar su mamá a retirarlos por casa. La noche anterior ella estuvo viendo sus streamers favoritos, escuchando música. Su habitación sigue igual, las paredes tienen sus marcas, sus frases, sus cosas marcadas. Mi hija tenía un vínculo hermoso conmigo, era chiquita pero yo hablaba de todo con ella. Me daba tanto orgullo lo buena compañera, buena hija y buena hermana que era, y hoy en día siento todavía más orgullo de la hija que tengo, porque sigue viva a través de seis personas a las que ayudó a seguir viviendo. Ayudó a seis personas a seguir viviendo, es tan reconfortante… pienso que quizás un día de estos me encuentre con esos ojos que ahora caminan en otra persona, pero son los ojos de mi hija que siguen viendo. Sé que no va a pasar pero es una fantasía” expresó con emoción Matías Rivas Jordán.

La donación de órganos en nuestro país es posible a partir de los 18 años de edad, tras expresar la voluntad de hacerlo en portales como Mi Argentina, o al tramitar el DNI. También es posible manifestar la voluntad de no hacerlo. Sin embargo, cuando se trata de menores de edad, como el caso de Micaela, son sus tutores los que tienen la decisión final. “Nunca me arrepentí de esa decisión pero en el momento era muy difícil de tomar, a pesar de que siempre estuve a favor de la donación. Yo recuerdo que le dije a su mamá que esto nos iba a reconfortar en algún momento y así fue. Haber recibido esta información es una emoción muy gratificante. No le deseo ni a mi peor enemigo tener que tomar esta decisión, pero, si alguna vez se encontraran en esta situación, aconsejo hacerlo” manifestó.

Micaela tenía 13 años al momento de extender su vida en otros. Tenía una mirada dulce, un cabello negro, largo y ondulado. Tenía un hermoso vínculo con sus padres y con su hermanito, Santiago. Su vida se perpetúa a través de seis corazones que llevan un poquito de ella en distintos puntos de nuestro país.

Si deseas registrar tu voluntad de donar órganos y tejidos, podés visitar el siguiente sitio: https://www.argentina.gob.ar/salud/donarorganos


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