Existen héroes sin capa que, aunque también sufran la crisis económica y el dinero no les sobre, salen a la calle a garantizar que nadie en Tucumán se duerma con el estomago vacío. Cómo ayudar a las personas en situación de calle. Video.
En un contexto de crisis económica hay dos franjas etarias que son las más desprotegidas y las que más sufren: los niños y los ancianos. El techo y la comida no están garantizados para decenas de personas en Tucumán.
Existen, sin embargo, héroes sin capa que se ponen la situación al hombro y, aunque también sufran la crisis y el dinero no les sobre, salen a las calles tucumanas a garantizar que nadie se duerma con el estomago vacío.
Roxana Elizabeth es una de ellas. Actualmente es coordinadora de Alas Solidarias, una de las ONG que forman parte de gran red de grupos solidarios que se encargan de brindar viandas de comida a las personas en situación de calle. Pero alimentar al prójimo no es lo único que hacen, también brindan contención, una palabra, un abrazo, un techo y el corazón a todo aquel que lo necesite. Además de elaborar y distribuir viandas para las personas en situación de calle, Alas Solidarias cuenta con un merendero propio y también brindan asistencia a comunidades Wichi.
Roxana es amable y humilde cuando habla de su labor dentro de la fundación. Se nota en sus palabras que está convencida de lo que hace y del grano de arena que aporta. Responde con tranquilidad las preguntas que le hace la periodista Chechu Córdoba y le cuenta a la audiencia y a los lectores de eltucumano.com todo sobre la organización.
A cuántas personas asiste Alas Solidarias. “En el merendero se asiste a 72 familias, estamos hablando entre 140 y 160 niños distribuidos en las distintas familias que se asiste. En situación de calle se asiste entre 180 y 200 personas, que si bien tenemos casos puntuales de abuelos que se les ayuda con un aporte para la pensión, casos de abuelos a los que se les paga una pensión hace un determinado tiempo para que no regresen a la calle, también se los asiste con una vianda, un postre, y con una ayuda personal como charlas, acompañamiento para el médico o trámites. Tenemos distintas funciones”, asegura Roxana.
Cómo se sustentan. Con donaciones de la gente que nos conoce o sigue por las redes sociales. También con aportes propios de los voluntarios. Y aclaró que “no tienen la ayuda que le gustaría del gobierno”.
La donación de dinero es importante, pero hay algo mucho más humano y necesario para brindar: el tiempo y la calidad de ese tiempo. “Lo que tratamos de hacer las distintas ONGs es darle un poco de cariño, de empatía, de demostrarles que hay posibilidades de cambiar, creo que eso es lo que tratamos de hacer todos, brindar ese cariño, esa contención emocional que necesitan y demostrarles que se puede cambiar. Se logró sacar gente de situación de calle, se logró sacar chicos de problemas de adicciones, cuesta, pero tenés que tener el apoyo de todos, de la familia, de su entorno, o tienen que tener ellos nuestro apoyo, el apoyo de la sociedad”, sostiene la coordinadora. Y agrega: “No son alguien más, llevan nombre y apellido. Nosotros los conocemos, charlamos. El tiempo es el mayor regalo que se puede hacer”.
El trabajo dentro de Alas Solidarias es colaborativo, lograron tener una estructura que les permite trabajar en equipo y cumplir los objetivos. De esta manera, dentro del voluntariado existen las cocineras, cada una “a pecho y pulmón” se encarga de elaborar los alimentos en sus hogares. Luego, las personas encargadas de la movilidad las retiran y las distribuyen entre quienes las necesitan, “se dividen en cuatro zonas y reparten las viandas para los lugares en donde ellos duermen”.
Hacia afuera de Alas, el trabajo sigue siendo cooperativo con otras organizaciones. Así, esta organización realiza el reparto de viandas los lunes y miércoles, los otros días salen otras ONGs y así garantizan que las personas en situación de calle coman todos los días. “Nos comunicamos, tenemos nuestro grupo de WhatsApp y ahí nos informamos si alguno de nuestros amigos ha cambiado de lugar o si está en un hospital o si no lo encontramos”, cuenta Roxana.
Dentro de esta noble tarea hay un costado muy duro y muy humano: perder a las personas asistidas. “Perdimos a varios, sobre todo abuelos”, afirma Roxana con una mirada entre reflexiva y resignada.
Y cuenta: “Nos pasó de perder a Alejandro, un chico joven con problemas de adicción”. La realidad más dura: ver morir a los abuelos de la calle por el frío.
A veces, el cariño lleva a acciones que sobrepasan los limites del voluntariado y se llevan algunos abuelos a dormir a sus casas. “Es algo que no se tiene que hacer, pero lo hacemos”, sostiene Roxana.
Si bien la situación económica pone trabas en la actividad solidaria, Roxana sostiene que “la gente en Tucumán es muy solidaria, siempre sale el sol, siempre sale la virgencita. Si bien todas las ONGs somos apolíticos y arreligiosos, pero siempre que pensamos que no vamos a llegar, aparecen las viandas”.
Qué necesitan y cómo ayudar. La organización Alas Solidarias se comunica con los tucumanos principalmente por sus redes sociales, si querés colaborar hace clic acá, agrégalos a Instagram o Facebook y está atento a las colectas y pedidos de ayuda.
Lo que más necesitan son: descartables y alimentos no perecederos y frescos. Pero también necesitan movilidad, gente que se sume para hacer los traslados de la comida y las donaciones.
No hay que hacer la vista gorda, hay que mirar al otro como nos gustaría que nos miren a nosotros.
Mirá la entrevista completa: