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"Tucumán está destinada a ser como Niza, joya del Mediterráneo": la fascinante historia del Teatro San Martín

El portugués Faustino da Rosa fue un exitoso empresario teatral y el impulsor de esta obra de arte que se estrenó con "La princesa de los dólares" y sigue brillando a sala llena. Mirá el video. | Por Gabriela Neme

11 Oct 2023 - 17:46

Teatro San Martín, un sueño hecho realidad.

Entre fines del siglo XIX y principios del XX, se produjo en la Argentina un fenómeno cultural como consecuencia del auge masivo de las representaciones de diversos géneros dramáticos y operísticos, lo que genera tanto la necesidad de nuevas salas, que hasta el momento eran espacios improvisados y modestos, así como su adecuación a los tipos internacionales. Consecuentemente surge en 1908 el primer desarrollo teatral a gran escala nacional que sigue la tipología “a la italiana” plasmada en el Teatro Colón. 

Luego de la inauguración de este edificio modélico se construyeron en Buenos Aires y en el interior del país, numerosos teatros de capital privado que seguían la tipología mencionada, la cual fue evolucionando por una fuerte influencia francesa a partir de la apertura de la Opera de París que aporta la ubicación aislada con perímetro libre destacándose en San Miguel de Tucumán el Teatro Odeón, hoy San Martín, inaugurado el 18 de mayo de 1912. Simultáneamente, el 15 de Mayo se inauguró el Teatro Alberdi. Hasta entonces se contaba con solo una sala en la provincia, la del Teatro Belgrano. 

Tucumán, empapado por ese espíritu del Centenario de la Independencia, se constituyó en un polo de propagación cultural con un espacio destinado a veladas de gala que logró transformar intensamente los hábitos de la sociedad. Por otra parte, la iniciativa del gobernador Luis F. Nougués marcó esta evolución, este mandatario realizador y progresista lamentaba la falta de horizontes y atractivos de la vida provinciana. Fue así que aceptó la solicitud que llegó en 1908 de parte del ex cantante lírico, el portugués Faustino da Rosa, un empresario teatral que administró exitosamente a los teatros Colón y Odéon de Buenos Aires. Da Rosa manifestaba que “la ciudad de Tucumán, está destinada a ser, por su situación y clima, uno de los sitios de invierno de fama mundial a la manera de Niza, joya del Mediterráneo”, por lo cual es necesario dotarla de los “refinamientos de las grandes ciudades”. La propuesta consistía en un conjunto compuesto por un Casino, un Hotel y un Teatro.

La elección de una manzana próxima a la Plaza Urquiza, al norte del casco fundacional, en el cruce del nuevo Boulevard Sarmiento con la calle Muñecas resultó muy adecuada ya que movilizó el crecimiento del Barrio Norte, el más activo en el desarrollo urbano de la ciudad, y logró la valoración de la configuración del paisaje urbano. Los tres edificios se estructuraron según una composición simétrica, según los principios del academicismo e irrumpen como hitos arquitectónicos exentos, implantados en una continua superficie verde. 

El proyecto del Teatro Odeón estuvo a cargo de los arquitectos Emilio Hugé y Vicente Colmegna, la construcción fue de la Empresa Lambertini y los jardines, diseño de un ingeniero paisajista de Buenos Aires. Se posicionó al edificio sobre la ochava sur-este con el acceso principal dispuesto sobre el boulevard, logrando así dominar el entorno y despegar a la manzana.

El volumen se compone por un eje de simetría que va hilando una secuencia lineal de espacios de ancho similar: el foyer, la sala y escenario. El teatro resultó una tipología a la italiana, con forma de herradura compuesta por una faja central limitada por el acceso a la sala y la abertura de la boca de escena en donde la visión de la misma y la acústica son óptimos. La fachada principal es escalonada y revela los principios de composición estilísticos del academicísimo italiano. Interiormente la sala se conforma con la platea, tres hileras de palcos y el paraíso.

En 1929 el complejo entró en declinación con la clausura del casino y cerró. En 1946 lo compró el Estado manteniendo al teatro con actividades espaciadas; hasta entonces había sido administrado por la S.A. Savoy Hotel y Anexos. En 1956 fue rebautizado como San Martín. En 1959, gracias a la creación del Consejo Provincial de Difusión Cultural, entró definitivamente en la vida cultural por medio del teatro, la danza y la música. En 1966 fue refaccionado, y en 1979 el foyer brotó por la fachada principal mediante la adición de un cuerpo para brindar una mejor solución a la función. En 2001 se transformó la platea y se amplió el foso. En 2012, por su centenario se incorporó una imponente araña bañada en oro y apliques de 35.000 cristales Swarovksy.

La tipología a la italiana le permitió desarrollar variedad de espectáculos: ópera, música, ballet, teatro. El estreno estuvo a cargo de la compañía Sagi-Barba y la obra “La princesa de los dólares”. El Diario “El Orden” comentaba que esta inauguración significó un “verdadero acontecimiento artístico que dejará, seguramente, imborrables recuerdos en el ánimo del numeroso y escogido auditorio”. 

El Teatro San Martin es uno de los Monumentos Históricos Nacionales con los que contamos por tener un valor inconmensurable en cuanto a lo patrimonial por tratarse de un elemento clave del equipamiento cultural de la ciudad que embellece el paisaje urbano en conjunto con los edificios del ex casino y el ex hotel; y posee valor social puesto que llegó a formar parte de la identidad social y cultural de los tucumanos. “Parece que la temporada de este teatro estará de moda en nuestra ciudad”, pronosticaba El Orden. Más de cien años después se cumplió el pronóstico y mantiene su vigencia como ícono cultural.



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