Conferencias, debates, show y fiesta, hoy arranca una nueva edición del Festival Internacional de Literatura de Tucumán: "Queremos que sea un espacio para debatir la escritura en serio". Todas las actividades con entrada libre y gratuita.
La literatura puede ser un bastión sacrosanto; un templo inmaculado plagado de egos más o menos encumbrados haciendo sus consabidas gracias con las palabras. O puede ser un patio abierto repleto de lectores, de escritores y de libros; apenas una excelente excusa para ese y otros encuentros. Con alma de patio abierto y cándido sol de invierno, esta tarde arranca la séptima edición del Festival Internacional de Literatura de Tucumán (FILT). El evento que empezó en la ensoñación utópica de tres jóvenes estudiantes universitarios, hoy es un suceso cultural que trasciende lo estrictamente literario para ampliarse de forma tentacular hacia otras disciplinas como el cine, el teatro y la música. Alejado de las tediosas liturgias académicas, se propone como un espacio de confluencia divergente y amena que no reniega del show ni del histrionismo performático. Ezequiel Nacusse, uno de los organizadores, resume la impronta de lo que se vivirá durante este viernes, sábado y domingo: “Lo que de verdad importa son las comunidades, los lazos amistosos y las experiencias. El FILT es eso: comunidad, amistad, diversión, debate y toma de posición”. Las actvidades se desarrollarán en el MUNT (San Martín 1545) y en la Facultad de Derecho (25 de Mayo 474) con entrada libre y gratuita.
“Tucumán fue históricamente un centro de debate de ideas, por eso el objetivo del FILT es generar un intercambio real y dinámico entre los invitados de afuera y los tucumanos. En los tres días del festival habrá diferentes mesas, charlas y debates: una mesa sobre transposiciones de cine y literatura en la que participarán Martín Rejtman, Inés Bortagaray, Guillermo del Pino y Juan José Becerra, quien además dará una conferencia el domingo sobre el oficio de escribir; habrá mesas sobre literatura infantil con Laura Wittner, Laura García, Ana Coviello y Ana García Guerrero; una mesa de literatura y psicoanálisis con Alexandra Kohan, Gabriel Artaza Saade y Valentín Monroy; una mesa de memoria y literatura con Carlos Alsina, Rossana Nofal y Martín Kohan, quien vuelve al FILT después de ocho años. Martín también dará el viernes una charla sobre literatura política y vanguardia; el sábado a la noche habrá una mesa sobre amor, deseo y romance en la literatura actual con Tamara Tenenbaum, Osvaldo Baigorria, Alexandra Kohan, Florencia Méttola y Hernán Lucero, entre otras actividades más”, adelanta Sofía de la Vega apenas un poco del amplio menú que ofrece el festival y plantea la ambición que los moviliza a organizar el festival: “Queremos que Tucumán, que fue cuna de la Independencia, sea un espacio para debatir la escritura en serio, dar a conocer nuevas voces e impulsar la literatura tucumana”.
Por las ediciones anteriores del festival han pasado autores como Mario Bellatin, Diana Bellesi, Carlos Busqued, Mariana Enríquez, Arturo Carrera, Hebe Uhart y la cineasta Lucrecia Martel, entre muchos otros. La trascendencia del FILT no se mide sólo por la marquesina de nombres rutilantes en la escena artística nacional e internacional, sino por las repercusiones y las transformaciones que se han propiciado hacia adentro del campo literario tucumano desde su llegada. Así lo explica Sofía de la Vega: “Desde su primera edición en 2015, el FILT buscó ser parte del campo literario tucumano fogoneando la profesionalización de los escritores y la producción editorial a través del intercambio de experiencias foráneas. En este sentido el crecimiento fue exponencial año a año. De esta octava edición participarán alrededor de quince sellos locales como La Papa, Monoambiente, Gerania, Libros Tucumán, Humanitas, Edunt, que publican autores tucumanos actuales, hacen rescates literarios y además editan literatura contemporánea de otros lados. En esta edición se hará un homenaje a Eduardo Rosenzvaig, se presentarán libros de Victoria Daona, Manuel Martínez Novillo, Gustavo Daniel, Javier Foguet, Luciana García Barraza y Priscilla Hill”. Una muestra de esa expansión también es que este año el festival, además del apoyo de la Universidad Nacional de Tucumán, que ha incluido al evento en el marco del Julio Cultural Universitario, sumó la colaboración del Gobierno de la Provincia y el Ministerio de Cultura de la Nación.
“La escena literaria tucumana se caracteriza por su crecimiento y su diversidad. A pesar de problemas importantes como el precio del papel, se sigue publicando, se siguen haciendo eventos y, sobre todo, se sigue escribiendo. En cuanto a lo que falta, son muchas cosas, una ley del libro para impulsar al sector que tenga en cuenta diversas dimensiones – editoriales, autores, promoción de la lectura, formación- sería un gran paso adelante, siguiendo un poco el camino de lo que trazó el sector audiovisual con su ley. En este sentido, también creo que el intercambio con los que hacen cine, teatro y demás ramas artísticas debe crecer y por eso es uno de ejes del festival”, destaca Blas Rivadeneira, otro de los organizadores.
Conferencias, debates, charlas, presentaciones de libros y shows en vivo animarán los tres días del festival que incluye en su grilla una fiesta y un espacio para la gesta mundialista de Qatar. “El mundial fue un evento cultural de primer orden, de esos que realmente merecen el adjetivo ‘histórico’ y por tanto es una gran cantera para la escritura. Por supuesto, los tiempos de la escritura no son los del marketing por lo que creo que lo mejor aún no fue publicado, necesita tiempo para coagular. ¿Podrá la literatura reproducir la sutiliza del pase imposible de Messi contra Holanda en un poema? ¿Podrá algún relato imitar su épica danza contra el enmascarado Gvardiol? ¿Se puede replicar la tensión dramática de la final con Francia? La respuesta es no. Porque cualquier intento de recrear la experiencia terminará necesariamente en fracaso, pero la literatura puede crear bajo efecto de contaminación: ¿Qué nuevos artefactos creará la literatura contaminado por los artefactos que creó Messi en la cancha? esa es una pregunta difícil de responder pero en FILT proponemos una lectura llamada Campeones del mundo donde diversos escritores harán una aproximación, un intento de arrimar la pelota”, comenta Blas.
- ¿Qué creen que cambió en el campo literario tucumano desde la primera edición del festival a esta última?
- Ezequiel Nacusse: En el 2014, cuando el FILT era todavía era un sueño o una idea, nos propusimos hacer de Tucumán un centro literario del país. Siempre miramos otros festivales, sus curadurías y lo que generaban en la gente. Queríamos emular alguno de los eventos en los que habíamos participado en otros lugares y llenar ese espacio que sentíamos vacío acá. No había festivales que nos representaran como no había editoriales con las que nos identificáramos. Creo que hoy eso cambió para mucho de nosotros, incluso lamentando los dos años de parate por la pandemia. Hay muchos y muy buenos escritores que, cuando comenzamos, estaban escribiendo y publicando sus primeros textos. Hoy tienen libros publicados, dirigen sellos editoriales, organizan lecturas y ferias, revistas, es decir, el campo se dinamizó muchísimo, en cantidad y en calidad. En ese proceso, el FILT contribuyó de manera directa e indirecta.
Nos pensamos como un espacio de intercambio y diálogo para las y los tucumanos. En los tres días que dura el festival se puede dar un debate a muerte por cuestiones estéticas y una charla en la que se pergeña el catálogo de un nuevo sello editorial. Ambas cosas están buenísimas y apuntan a lo mismo: desarrollar el campo literario. Además, esas charlas que se dan en el marco del FILT están contenidas en una programación más formal que fogonea este tipo de intercambios a través de conocer experiencias de otras partes, muchas veces mal entendidas como el centro literario -cuando, en realidad, es solo un centro más-, y de otros escritores que llevan tiempo pensando y discutiendo la estética y la política literarias.
Los tres días del FILT cada año sirven como muestreo y trampolín para los escritores y editores tucumanos y dan cuenta de un público lector cada vez más interesado en lo que hacemos acá.
- ¿Qué es lo que aún falta contarse en Tucumán y cómo les gustaría que se cuente?
- Sofía de la Vega: Pensar que falta “aún” contarse es imposible porque en Tucumán las puertas se abren como casa pasillo en verano. Siempre hay temas nuevos, siempre hay un leguaje novedoso, una violencia que hace que lo tucumano tenga su sello tan particular. En lo personal soy una fanática de Tucumán y aunque vivo hace un tiempo en Buenos Aires todo lo que hago y pienso está relacionado a este montón de tierra. Es inagotable y eso es lo mejor, es incómodo hablar de una “literatura tucumana” porque no hay un tipo de tucumano, como no hay un Tucumán.
Me gustaría que la literatura argentina no se piense como literatura rioplatense y que tanto en los anaqueles de las librerías como en los programas de las universidades haya un federalismo más predominante. Igual creo que eso ya se está dando y proyecto que cada vez estamos más cerca de una pluralidad de voces real en la literatura argentina.
- El festival propone un intercambio y una especie de comunidad entre escritores del centro (principalmente, Buenos Aires, pero también otras provincias y otros países) y los de la provincia ¿Cómo se da en los hechos esa comunidad? ¿Cómo conciben ustedes esa relación entre el centro y Tucumán?
- Ezequiel Nacusse: Nos interesa correr el eje de esa discusión que ya se ha vuelto tan improductiva como la del sexo de los ángeles. Si queremos salir de ese debate, hay que pensar las especificidades del lugar que habitamos y preguntarnos por sus necesidades, que es lo que estuvo en el origen de este Festival. Creemos que ese es el camino para concebir algo distinto al eje centro-Tucumán y de verdad apoyar el crecimiento que ya en los hechos se está dando.
Por otra parte, las comunidades se forman naturalmente por los afinidades e intereses compartidos; el FILT se propone como un espacio para dar lugar a estos intercambios y para visibilizar los debates que creemos están flotando en las mesas de café, las reuniones de escritores, las lecturas y demás. Por ejemplo, hay un debate que nos parece central ahora y es el lugar que ocupa la escritura en otras artes como el cine, el teatro, las artes visuales y la música. Este año tenemos invitados de otros lugares que vienen a debatir específicamente eso con productores y autores que están trabajando acá. Lo hemos hecho años anteriores con, por ejemplo, Lucrecia Martel, y lo seguiremos haciendo en un futuro porque nos parece que esas son las discusiones importantes que hay que dar.
- ¿Cómo se imaginan el FILT dentro de diez años?
- Blas Rivadeneira: En alguna entrevista de los primeros festivales dije que con diez ediciones uno podría hacer un balance más acabado. Lamentablemente, por la pandemia, este será el séptimo festival cuando debería ser el noveno. Nos alejamos un poco de ese número redondo de los diez. Yo creo que el festival tiene que avanzar en la profesionalización, pero no aisladamente, si no en el marco de una creciente profesionalización del sector. Ese, más que un deseo, es un objetivo. Tucumán es un territorio con mucha población y, por ende, con un enorme potencial; la clave es pensar Tucumán desde ahí y sacarse ciertos lastres que lo siguen pensando como algo “chiquito”. La máxima con la que lanzamos el primer FILT de “por qué no podemos hacer un festival internacional y que venga Paul Auster” sigue vigente.
El cronograma completo de actvidades: