TALENTO

Mercedes Sosa vive en Aisha, dueña de una historia y una voz que alumbra: "Es tremendo cuando canta"

Aisha Yoma, es una artista de tan solo 13 años que estremece a todo aquel que la escucha cantar: "A Mercedes la admiro mucho, como persona y cantante, no trato de imitarla. No me voy a dejar de subir a un escenario por estar pelada".

23 Mar 2022 - 17:10

A pesar de que la mayoría de las personas encontramos nuestra pasión en la vida cuando somos unos adultos, nadie puede negar que, durante la adolescencia, inmensos amores y fanatismos se despiertan dentro de estas personitas, que están realizando esa transición de niños a adultos. Es así que, entre los ideales y la energía propia de la edad, nos encontramos con algunas muestras claras del empuje que tienen los adolescentes.

Así es como aparece en escena Aisha Yoma, casi sin quererlo y casi sin pensarlo, con toda tu energía, su inmensa pasión y su gran amor por la joya tucumana más grande de todas: Mercedes Sosa.

El 6 de noviembre del 2021, se estrenó en Monteros un espectáculo planificado y comandado por Coqui Sosa, artista del folclore y sobrino de “la Negra”, junto a otros artistas locales y tucumanos. El show, promocionado por el IPACyM, Anses Monteros y la Municipalidad de Monteros, llegó hasta los oídos de la familia Yoma, en San Fernando del Valle de Catamarca. Así fue como el Dr. Osman Yoma llamó al Municipio de Monteros, y luego a Coqui, para lograr una sola cosa: que su hija Aisha participe de este encuentro de artistas. “El padre quería mandarme material de cómo cantaba su hija, yo le dije que no iba a evaluar nada, que venga igual, pero como el show estaba armado solamente podría intervenir en un tema. Ahí me di cuenta que era el mismo número que ya me había hablado hacía algunos meses”.

En medio de la noche, entre artista y artista, la niña de 13 años fue llamada a cantar en un teatro (el Marconi), que guardaba respetuoso silencio y la escuchaba con atención: “Romperá la tarde mi voz hasta el eco de ayer, quedándome solo al final, muerto de sed, harto de andar, pero sigo creciendo en el sol… Vivo”.

Con las primeras estrofas de “Zamba para no morir”, las lágrimas comenzaron a correr entre los presentes. Una voz potente, profunda y sentida inundó los oídos de todos, quienes anonadados, se miraban los unos a los otros después de escuchar una pasión similar a la de Mercedes Sosa, 12 años después de su muerte.

Junto a la impresionante voz de la joven catamarqueña, acompaña su imagen: piel blanca, expresión calma, sonriente y, además, totalmente despreocupada del hecho de que en su cabeza no ha quedado ni un atisbo de cabello. Ya para el final que reza: “Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy, con el cuero asombrado me iré, ronca al gritar que volveré, repartida en el aire a cantar, siempre”, los rostros de muchos de los presentes van acompañados de gordas lágrimas que deslizan por las mejillas ahogadas, junto a esa pulsión de vida que engalana la sensación de sabernos mortales y finitos.

Los meses han pasado, pero el lazo entre Coqui Sosa y la pequeña Aisha no se han cortado: “Ella tiene un ángel muy especial, tiene una voz hermosa y técnicamente tiene una afinidad perfecta. Cuando ella se enfermó, me cuenta que encontró su refugio en escucharla a la tía Mercedes” nos cuenta Coqui. Y es que el artista percibió desde atrás del escenario, lo mismo que se puede sentir desde las butacas: “La gente queda como en estado de gracia cuando ella está sobre el escenario, es tremendo cuando empieza a cantar, realmente es tremendo. Hay gente que tiene una espiritualidad y un don que va más allá de otras cuestiones que quiere idealizar. Conozco mucha gente que se enganchó muchísimo con la voz de mi tía, a veces su voz te llega muy adentro y en especial a quienes tienen una sensibilidad distendida, y Aisha es una, y lo reproduce”, detalla.

Osman Yose, papá de la joven artista, revela a eltucumano que desde que era una niña “pegó mucha onda con Mercedes Sosa, desde chiquita le gusta mucho la música, agarró mucha afinidad por ella, empezó a investigar y leer sobre ella y le gustó más, eso llevó a que se dedique a sus canciones”.

"Me quedo así"

Hace un tiempo, el cabello de la niña comenzó a caerse, sin poder encontrar algo que frene este proceso: “Yo soy médico, mi esposa médica veterinaria, el hecho de que sea nuestra hija la que sufra algo así fue un cimbronazo importante, el núcleo familiar y los más cercanos lo han tomado peor que ella misma en ese momento cuando pidió ser rapada, el hermanito por ejemplo lloraba, pero ella lo tomó muy bien, no nos resignábamos a que se le caiga el pelo pero no por nosotros, sino que por ella misma, al ser una nenita agotamos todas las instancias”, nos comenta el papá de la cantora. “Inclusive, estuvimos con el titular de la cátedra de piel de la UNT, y le daban corticoides... y si, crecía su pelo, pero el cuerpole cambiaba mucho y no le gustó, entonces me dice ‘listo, no tomo más esto, me quedo así’”

Aisha tiene una condición dermatológica llamada Alopecía Areata, una enfermedad dermatológica, que afecta solo estéticamente: “Todos se lo toman de distinta manera, y ella lo tomó con mucha madurez y calma”, dice el papá. Y sobre la personalidad de esta chica, quien coincide en ese ángel es Coqui Sosa: “No sé si alguna vez me encontré con una historia tan linda y hermosa, es una joven con una gran claridad de conceptos. Es un reflejo de lo que mucha gente cree, pero al revés, de que los chicos jóvenes no piensan, que andan atontados, y no es así”.

“Me encanta este mundo, no tengo mucha experiencia, pero para ser una de las primeras veces que me subo a un escenario, me gustó mucho. Si, me dicen que canto parecido a Mercedes Sosa, pero yo no intento imitarla, ya que ella me gusta mucho pero no solo por su voz, sino a lo que era como persona”,  explica Aisha a este medio. “Yo por mi edad solo la conocí a través de libros, de internet, de escucharla, pude conocerla más como persona gracias a la información y me parece un gran ser humano, muy compañera con sus colegas, generosa, por esa parte me gusta mucho Mercedes, todas sus canciones y en especial la ‘Samba para no morir’”, se confiesa.

La gran lección de esta inmensa artista, tiene que ver con no abandonar un sueño por algo banal, como el pelo: “Para mí, el tema del pelo está resuelto, no le doy importancia, y si le doy importancia es para verme más linda, siento que me beneficia en la cara porque se me notan más los ojos y cosas así, cuando me quedé sin pelo me dije ‘no me voy a dejar de subir a un escenario por ser pelada’” enseña.

Me ganan más las ganas de cantar que el ser pelada. Nunca me planteé si me siento fea o linda, sucedió que se me cayó el pelo y así fue. A los seis años cantaba solita, sin profes, sin técnica, a los once años comencé con una profe de canto de Catamarca, y ahora tengo profe de interpretación para aprender a moverme sobre el escenario”.

A pesar de que tiene solamente 13 años, Yoma nos dice que se imagina como una artista cuando sea adulta, no se ve en otro lugar: “Me gustaría ir a festivales, que a la gente le llegue lo que canto, ser buena interpretando, viajar por el mundo haciendo lo que hago. No me imagino en otro panorama, creo que siempre seguiré cantando”, cerró.

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