Historias de acá

“La clave es no morir”: el tucumano que representará al país en el mundial de Tetris

Alejo tiene 17 años y se consagró Campeón de América del popular videojuego hace un mes. Ahora va por la consagración en la máxima competencia del planeta. De qué se trata, el premio en dólares y la dedicatoria al Maradona del Tetris tras su partida. Videos.

01 Sep 2021 - 23:06

Alejo, el crack tucumano del Tetris.

Las piezas se precipitan de forma vertiginosa. Alejo es todo ojo. Todo neurona. Todo pulso. No le saca un segundo la vista a la pequeña pantalla. Tampoco se permite el pestañeo. Sabe que se juega la partida de su vida y cualquier error puede ser fatal y definitivo. Un instante separa la gloria del fracaso. Las pulsaciones se aceleran. Debe girar esa ele geométrica y encontrarle un lugar y al cuadrado que le sigue y así y así y así. Hay que darle una forma definida a lo imprevisible; a ese cúmulo de incertidumbres que se alza de manera amenazante. Lo más prolijo posible, con la precisión con que se edifican los sueños. Pieza a pieza. Segundo a segundo. Punto a punto. Aunque mantiene su porte zen, los nervios de Alejo Baltazar Gacioppo se tensan hasta un límite insospechado. Y no es para menos, del otro lado hay más de veinte mil pares de ojos que siguen la celeridad de sus movimientos. Un estadio del Santo o del Deca repleto de hinchas. No se inmuta. Elije repetir para sus adentros aquella frase que alguna vez pronunció Obdulio Varela en un Maracaná desbordado: Los de afuera son de palo. Y lo que viene es esa figura alargada, todo un palo, ya lo ve. Y ya está, al cubano Yamil no le queda más pantalla donde seguir amontonando piezas de un rompecabezas que se le va de las manos. Cae rendido. El tucumano escucha el anuncio, pero no cae todavía. Acaba de ganar la final del certamen sudamericano y de asegurarse un lugar en la competencia que reúne a los mejores jugadores de Tetris de todo el mundo. 

Alejo no lo puede creer. Se lleva las manos al rostro, se saca los anteojos y se frota los ojos como para confirmar que es real. Agita la remera con la estampa de Diego Maradona y dedica una mirada al cielo. El triunfo también es para él, Pepe, conocido entre los jugadores argentinos como el “Maradona del Tetris” que falleció hace unos meses. Para el joven tucumano de 17 años, Pepe es un referente y un mentor en las competencias de este popular videojuego. El año pasado, el jugador porteño y el tucumano disputaron la final de ese mismo torneo, el equivalente a la Copa América que Lionel Messi levantó este año en Brasil. Pero de Tetris. Esa vez, Alejo salió segundo. Ahora, desde hace un mes, es el jugador de Tetris más picante de todo un continente: “Este año se nos fue. Él era una inspiración para todos nosotros. Después de esa final, me dijo: ‘Dale, que la próxima la ganás vos’. Capaz que, si estaba él, no lo ganaba a este torneo. Me emocioné porque le dediqué el triunfo a él. Con Pepe jugábamos amistosos y, de vez en cuando, yo le ganaba. Era una rivalidad muy amistosa la que teníamos”. 

Todo empezó en la Rusia comunista. Mucho antes de que Alejo llegó al mundo. A otro mundo; un mundo donde la Unión Soviética ya no existía y donde el Tetris era uno de los videojuegos más famosos y populares del mundo. Esa historia comienza en 1984 cuando el matemático ruso Alexei Pajitnov, un aficionado a los rompecabezas que entonces trabajaba en el centro de computación de Dorodnitsyn de la Academia de Ciencias en Moscú, inventó un juego valiéndose de figuras de cuatro cuadrados llamadas Tetrominos. El origen del nombre de Tetris es la combinación de "tetra" (que en griego significa cuatro) y el deporte favorito de su creador: el tenis. Sin bien, en un comienzo, el videojuego no generó mayores expectativas, luego terminó desembarcando en los Estados Unidos. El mundo occidental conoció el Tetris recién en 1986 y el éxito fue tan rápido como desmesurado. A principios de la década del noventa, el juego ya estaba en todas partes. Sólo la versión para Nintendo Game Boy había vendido más de 30 millones de unidades en todo el mundo. 

Para el adolescente tucumano, la incursión en el universo geométrico del Tetris arrancó en 2017 como una forma de llenar las horas muertas. Cada vez que salía de clases en el Gymnasium, se iba hasta la oficina del centro terapéutico donde trabaja su madre y copaba la computadora. Al videojuego lo había conocido a través de un video de YouTube donde se veían las competencias internacionales. Fue cuestión de jugar una vez y de enganchase de manera irreversible, como les pasó a muchos desde la década del ochenta a esta parte. Lo sorprendente del caso es que, en tiempos de videogames con gráficos en 3D y realidad virtual, un juego en apariencia tan anacrónico siga generando fieles adeptos en todos los rincones del globo terráqueo. Y Tucumán no fue la excepción: “Por ahí es raro lo que lo motiva a uno a jugar un juego tan viejo. Es una locura pensar que gente tan joven se ponga a jugar a esto de forma competitiva”. 

“Empecé a jugarlo ahí en la computadora de la oficina de mi mamá y después me enteré que había una comunidad de jugadores. Me metí ahí y empecé con mis primeros torneos en 2018. Cuando uno arranca, lo que quiere es alcanzar el millón de puntos, esa es la meta que te ponés. Yo estuve durante un año y medio practicando… He hecho malabares para llegar al millón. Recién pude lograrlo en enero de 2019”, comenta Alejo cómo fue que se inició en las competencias de Tetris. Según explica y en contra de los muchos puedan llegar a imaginar, este tipo de certámenes convocan a personas de todas las edades y de todas partes del mundo: “Muchos de los que juegan son changuitos, incluso más jóvenes que yo. Hay uno que tiene doce y que juega un montón. Creo que en esto podés ser bueno a cualquier edad… Si te ponés a practicar, uno puede llegar a jugar más o menos bien”. 

En las competencias se utiliza la versión clásica del juego y no las distintas reversiones que se crearon después de su aparición en la década del ochenta. Los jugadores disputan partidas simultaneas con eliminación mano a mano que son filmadas y transmitidas en vivo a través de la red social Twitch. Las transmisiones de los torneos más prestigiosos son seguidas por miles de espectadores de todas partes. Y hasta el famoso streamer español Ibai Llanos se animó a realizar la locución de la apasionante final del mundial de Tetris de 2018. Alejo es el primer tucumano que llega a las grandes ligas de los torneos del videogame y aspira a seguir perfeccionándose como jugador: “Lo que más me gusta del juego es la comunidad que se genera porque hay mucha gente que me incita a mejorar y me hace el aguante. Esa sensación de llegar a una meta y de mejorar se siente muy bien”. 

“Al competir, empezás a jugar en el nivel más rápido y, después de unas cuantas líneas, se pone todavía más rápido. Ahí es cuando te juegan en contra los nervios, la presión y todo eso.  Tenés que pensar en un segundo y tenés que hacer muchos puntos… Es muy complicado. Para mí la clave es no morir, es decir, quedar afuera del juego. Yo lo que suelo hacer es intentar durar lo más que pueda. Cuando los dos que juegan son muy buenos no te queda otra que darle y darle para ver quién hace más puntos. Es muy importante saber dónde tenés que poner las piezas. Si sos creativo, vas a hacer un montón de puntos”, explica el último campeón continental de Tetris que, a la hora de competir, sigue determinados rituales. Uno de ellos es vestir la remera con la imagen de Maradona que lució a la hora de la consagración: “Todo el torneo llevé esa remera de Maradona. Cuando salí campeón, dije: fuaaaaa el Diego ha sido, me ha hecho ganar. Cuando me va un poco mal pongo la foto de San Diego y entonces pasa que, a veces, logro dar vuelta esos partidos”. 

Por estos días, Alejo entrena de manera religiosa todos los días en su casa del barrio Guillermina 2 con la consola Nintendo que le ayudó a comprar su mamá y el televisor que le regaló Pía, su hermana. Su habitación es ese bunker retro que, lejos de la parafernalia tecnológica de la que se valen los actuales gamers, vuelve a los instrumentos rudimentarios con que se iniciaron los viciosos pioneros. Con 17 años, el campeón sudamericano recurre a la vieja escuela del vicio para enfrentar el gran desafío de su carrera: el Classic Tetris World Championship, el mundial del juego para el que se encuentra clasificado tras consagrarse campeón en el certamen sudamericano. A partir del 27 de septiembre disputará las rondas clasificatorias. De esta instancia surgen los 64 competidores de todo el mundo que competirán luego en las rondas eliminatorias mano a mano al mejor de cinco partidas a partir del ocho de octubre. El tucumano ya tiene su estrategia para afrontar el certamen que tiene un premio de 5000 dólares para el ganador: “Para mí es fundamental la tranquilidad. Lo que yo hago es no armar a lo loco, lo hago tranquilo porque, si me la juego mucho, le erro a una pieza… Pasa que, si te ponés ansioso, puede ser que pongas mal la pieza mal y chau. Cuando jugás con los que son muy buenos no podés esperar que ellos cometan un error. Obvio que vos tampoco tenés que cometer ninguno”. 

“Este es mi primer mundial. Yo creo que soy capaz de clasificar a la fase eliminatoria. Para mí estar ahí ya es todo un logro. No tengo ninguna presión para llegar a la final, lo que quiero es representar a la Argentina y hacer un buen papel”, adelanta Alejo cuáles son sus expectativas cuando le toque ser parte de la meca de la competencia de Tetris dentro de semanas. Lo que ya tiene bien en claro es a quien irá dedicado su logro si es que llega: “Si clasifico va para Pepe y todo lo que venga después va a ser un plus. Él fue una gran influencia para nosotros los que jugamos al Tetris, nos hizo ser mejores. Yo quiero lograr lo que él, seguir su legado, clasificar y dar la cara por el país”. 

Mirá el video de Alejo ganando la competencia sudamericana haciendo click acá: Copa América Tetris

Ibai relatando la final de 2018:




 

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