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“Me he cagado de miedo”: los que escucharon al diablo en los discos de Xuxa

Fue uno de los grandes mitos de la década del noventa: las canciones de la diva brasilera ocultaban mensajes satánicos. ¿Fue real? ¿Qué decían? Los tucumanos que oyeron al diablo rompen el silencio por primera vez. Videos.

17 Ago 2021 - 22:03

- ¿Quieren escuchar el lado diabólico de Xuxa? – invitó Leo Molina desde su puesto de DJ detrás de la bandeja. Se trataba acaso de un simple juego infantil, pero quizás nunca lleguemos a comprender la naturaleza de ese juego.

A comienzos del noventa, las jodas que se armaban en la Don Bosco al 4600 gozaban de cierta celebridad. Arrancaron como pequeñas celebraciones barriales que se fueron popularizando conforme avanzaba la década. Cada fin de año, se cortaban las calles de la cuadra y la fiesta se estiraba hasta el sol del nuevo día. Uno de los grandes protagonistas de esos festejos era Leo Molina, el joven DJ del barrio que se daba maña con la bandeja. Aquella tarde en que las chicas escucharon al diablo en el vinilo de la reina de los bajitos, él fue el encargado de realizar la musical invocación. Eran los noventa y eran muchos los mitos que circulaban: las figuritas Basurita contenían droga, si se escuchaban al revés las canciones de Xuxa se oían mensajes satánicos, un peso valía un dólar. Era cuestión de creer o reventar. Algunos creyeron, otros reventaron. Pero ese día todos lo escucharon.

Sonaba “Gomazo” de Ritmo de la Noche. Sonaba “Tirá la goma” de La Sonora de Bruno Alberto. Sonaban también los lentos a la hora de chapar. Y sonaba mucho también Xuxa. Así lo recuerda Leo, por entonces un adolescente que hacía sus primeras armas como DJ: “Tengo hermosos recuerdos de esa época, todo era muy a pulmón: armar los parlantes, comprar una bandejita, que tu viejo te traslade o te preste el auto para llevar los equipos. En ese momento nos iniciábamos con los vinilos porque era la única forma que teníamos de pasar música. Eran unas bandejas antiguas aggiornadas porque no nos daba el cuero para comprar una nueva. Le cambiábamos las cápsulas de cerámica por las magnéticas. Me acuerdo que era difícil conseguir música y los discos de vinilo eran caros, por eso organizábamos fiestas con la gente del barrio y poníamos un peso cada uno para comprar más discos… Había un feedback entre el DJ y el público. Los de Xuxa eran discos infantiles, pero también sonaban en boliches como Gasoil o La Fábrica. Se la escuchaba mucho en esa época”.

“A la bandeja del tocadiscos vos le sacabas la tracción y lo hacías girar al disco a 33 revoluciones por minuto en sentido contrario, traccionando a mano, y había dos o tres temas en los que se escuchaba una voz, una frase que, puede haber habido alguna sugestión, pero parecía el diablo… La jodita era hacerlo escuchar para que los demás se asusten. Nos poníamos a escucharlos al revés hasta que percibíamos esa frase. Fue una búsqueda porque siempre había alguien que te decía o alguien que contaba que lo había escuchado… Era un dicho entre amigos, imagináte, en esa época no había ni internet ni redes sociales. Nosotros pudimos hacer la prueba, pero no somos los únicos testigos”, relata Leo cómo era el mecanismo para escuchar los mensajes diabólicos en las canciones de la diva brasilera.


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