La psicopedagoga Cecilia María Lozano escribe sobre cómo afrontar la crianza. "Un niño es un mundo de posibilidades y somos nosotros los que podemos educarlos y convertirlos en adultos de bien", asegura la autora.
Criar a un niño no es tarea fácil. No les estoy diciendo (escribiendo) que vayan a pasarla bien o a ser todo colorido, porque esa no es la vida misma. Criar es dejar huellas en la vida de nuestros hijos, es dejar una parte nuestra en ellos.
Y es aquí cuando voy con artillería pesada, porque pretendo movilizarlos y que la pregunta quede al pendiente: Ustedes adultos, madre, padre, ¿tienen en claro quiénes son, que buscan, hacia donde se dirigen? Porque ahí me posiciono como piedra basal. Si no existe un adulto completo, pleno, difícilmente pueda crecer un hijo en armonía, con confianza en ellos mismos sintiéndose capaces, amados incondicionalmente. Quizás resuene trillada pero tan real es la frase popular a la que hago tributo hoy: “Abrígales la infancia y no sentirán frio de adultos”.
Ponerles el cinturón de seguridad cuando suben al auto, abrigarlos cuando refresca, prepararles una rica comida es cuidarlos pero lo que aquí pretendo mostrarles es que criar desde un lugar armonioso, es construir un vínculo afectivo y emocional. Desde esa conexión del afecto y lo emotivo es que nuestros hijos podrán sentirse seguros, confiados y queridos.
En mi vida profesional y personal, apelo a la practicidad. Lo que hace que resulte comprensible y accesible de realizar. Por esto, a modo de tips les dejo aquello que no favorece en la crianza armoniosa. Ahí vamos:
- No escucharlos: No es lo mismo oír que escuchar. En el primero sólo existe el proceso fisiológico (le ponemos el oído) en el segundo escuchamos con la mirada, con el cuerpo, con asentir con la cabeza y los más relevante, sin prejuicios, sólo escuchar para comprender. Una manera interesante y productiva de mostrar nuestro interés por lo que nos dicen, es re preguntar. ¿Lo que me estás diciendo es…?
- Castigarlos o poner límites sin diálogo: El famoso y autoritario lo digo porque sí, porque aquí mando yo. Estas frases, tan desafortunadas, carentes de argumentación solo enseñan que la palabra no tiene sentido. Papis y mamis, escuchen y hablen con sus hijos, con la mirada y con los gestos, explicándoles el porqué de los límites.
- Callar su emociones: “No llores”, “Los bebes lloran”, “No te enojes”, y frases como estas. ¡No!, así no es papás. Las emociones son parte de la vida, el punto no es eliminarlas sino enseñarles a gestionarlas. ¿Cómo? En primer lugar, en testimonio. Vos adulto, ellos verán e imitarán tus formas de sobrellevarlas. Por otro lugar y sumamente importante, es ayudarles y sostener que su hijo pueda poner en palabras esa emoción para luego buscar sus maneras de encauzarlas.
Hoy mi intención es dejarles un “sí se puede criar niños armoniosamente”. Volver la mirada en vos, primero como persona con plenitud, con proyectos, con amor propio, solo para luego aprender o desaprender cómo educar a nuestros hijos solo desde lugar elevado. Serás mamá o papá desde el amor pleno, con aciertos y desaciertos, pero en plenitud con vos mismo.