La psicopedagoga Cecilia María Lozano nos invita a reflexionar sobre como los niños sienten el divorcio de los padres.
Joaquín: “Yo festejó dos veces mi cumpleaños, una con mi mama y otro con mi papá.”
Lucía: “En la casa de mi papá tengo un perro. Nos divertimos mucho. En la casa de mi mamá me divierto también, en la pileta y con mis primos.”
Así tan natural y espontáneamente los niños se expresan con su realidad y si ustedes se preguntan e intentan saber sus sentires y sus pensares sobre sus padres divorciados, sus respuestas son tan simples.
Hoy quisiera reflexionar y dejarles más preguntas que respuestas. En el divorcio existe la separación y el corte de la pareja donde dos adultos decidieron tomar nuevos rumbos. Esto es lo ideal, lo que se espera, aunque muchas veces los papás en ese proceso de ruptura perdemos la cordura.
Ahora el después del divorcio, ¿pusimos empeño y dedicación a nuestros hijos para que puedan sentir que los seguimos amando? Lamentablemente nuestros niños ante una separación sufren la sensación de abandono, que su vida no será la misma. Es ahí donde los adultos debemos sostenerlos y hacerles saber en hechos que nuestra presencia y nuestro amor, será incondicional. Por supuesto que para su alivio, esos pensamientos de los niños, desaparecen y aceptan su nueva vida, sus dos casas.
Es un tiempo de duelo también para ellos. Permitamos y demos su espacio pero no quitemos la mirada. El diálogo, siempre la palabra. Tranquilos papás, ellos lo aceptan.
Quisiera proponerles algunas cuestiones para nosotros, los adultos. Me surge la pregunta ¿Si los niños lo viven con tanta naturalidad, tener dos casas, porque a nosotros, los adultos, nos incomoda esto? ¿Si nuestros hijos están contentos con el nuevo hermano por parte del papá o de la mamá? ¿Por qué los padres pensamos que es un sufrimiento?
Considero que los “grandes”, como así nos llaman ellos (si supieran los pequeños que la grandeza lo tienen ellos), debemos desapegarnos de los prejuicios que giran en torno al divorcio ¿Acaso una separación es un fracaso? Ojala que así no lo piensen, sino donde estaría su crecimiento emocional.
Los niños en ocasiones son mensajeros o trofeo de batallas. Cuánto de equivocados están, y cuánto daño les provoca a los hijos estas situaciones tan penosas e imborrables. Los niños son moldeables. No les modeles a tu imagen y semejanza si no has superado tu dolor y sientes rabia hacia tu pareja / ex pareja.
Mi aporte para esta nota es decirles que los hijos de padres divorciados viven naturalmente y sin etiquetas estas familias ensambladas. Entonces, ¿por qué no sentirlo así? Sin peros y sin preconceptos.
Hay una posición que muchas veces los padres adoptan luego de su divorcio. No poder disociar el hombre o la mujer, de la maternidad o la paternidad, quizás por el sentimiento tan pesado (y como pesa) de la culpa. Los hijos necesitan padres plenos, que no dejen de ser papas, pero recuerden y vivan su historia personal, diseñar y concretar proyectos, vivir su soledad, o formar una nueva familia. Quiero decir, un adulto pleno, es un papa que puede cumplir su función parental exitosamente.
¿Niño feliz, mamá o papá feliz? No. la ecuación es al revés: mamá o papá feliz, hijo feliz.