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Una pareja de tucumanos exporta su magia a todo el mundo

Están casados, son magos y uno de sus trucos llegó a la mayor distribuidora mundial de magia. Conocé la historia de Nicolás y Constanza y mirá el video de los ilusionistas en acción.

29 Mar 2019 - 20:47

El destino, la casualidad o una especial forma de alquimia los unió el 31 de diciembre de 2004 en una fiesta de fin año con mar de fondo. Se podrían haber cruzado antes en alguna parada del 101, en la panchería de la 25 de mayo, en la heladería Piombino, en alguna confitería del Parque 9 de Julio. Pero fue ese verano en Mar del Plata. Desde esa primera vez que sus miradas se encontraron hasta ahora todo fue magia. Y no se trata de un lugar común del romanticismo edulcorado, ni una frase de esas que vienen en los chocolates de los dos corazones, ni una escena de esas novelas que pasan en la tele por las siestas. Es que Nicolás Germanó y Constanza Magni son magos y desde que se conocieron son pareja y la dupla mágica del Dúo Germanó.  De esa relación de ellos con la magia y de la magia entre ellos surgió la “Burbuja de amor”;  burbuja que no es, precisamente,  la que inmortalizó Juan Luis Guerra en su canción, sino un truco de magia que crearon los dos tucumanos y que llamó la atención de Murphy's Magic, la distribuidora estadounidense que es una de las más prestigiosas casas de trucos y artículos de magia del mundo.

“Hace unas semanas nos confirmaron y hace unos días despachamos las primeras cajas. Es una distribuidora, la más grande de occidente. A ellos les compran las tiendas y los magos más importantes del mundo”, cuenta Nicolás sin ocultar la emoción que le genera que el truco haya salido desde Tucumán  a la meca mundial de la magia. “Burbuja de amor” es un truco que vienen haciendo desde hace más de diez años junto con Constanza y consiste en una pompa de jabón que al explotar se convierte en una flor. Claro está que no puede develar cuál es el secreto de la transformación porque sería romper los códigos  tácitos que existen entre magos, tampoco puede revelar cifras: “La mayoría de la gente no sabe que la magia se vende. Los magos tratamos de no romper la ilusión. Sería como revelar dónde compra Papá Noel sus regalos”.



Lo que Nicolás y Constanza exportan no es el secreto del truco, sino una caja que contiene todos los elementos para que, quien lo adquiera, pueda realizarlo. Una de las claves de la ilusión está en el líquido especial para generar las burbujas. Ese líquido hace que la burbuja rebote muchas veces sin que se rompa. “Es una fórmula que desarrollamos nosotros probando con diferentes detergentes y glicerinas. Fue todo prueba y error”, explica Nicolás. Esas pruebas de las que habla fueron más de cien hasta lograr la resistencia deseada en la burbuja. Ahora los magos profesionales, aficionados y coleccionistas de todo el mundo podrán replicar este truco 100% made in Tucumán.

A Nicolás le gusta la magia desde que tiene memoria. A los siete años, Ezequiel, un vecino de Barrio Sur, le enseñó su primer truco que consistía en hacer pasar una gomilla de un dedo a otro. Cuando creció, creció en él su curiosidad por la magia. Se iba a la librería de usados “Los Primos”, en la peatonal Muñecas, y revolvía hasta encontrar algún libro antiguo de magia. Por esos años, su formación como mago fue autodidacta, hasta que a los 17 años se sumó al Círculo Mágico Tucumán de la mano del mago Matías Mendiondo. “Ahí aprendí mucho más y comencé a participar de los congresos de magia”, recuerda Germanó que ahora tiene 36 años, la mayoría de ellos como mago.



Su relación con la magia cambió cuando conoció a Constanza ese verano de 2004. A partir de entonces, todo lo que aprendería en materia de magia lo aprenderían juntos. Ahí surgió el Dúo Germanó, dupla mágica que ha venido cosechando reconocimientos nacionales e internacionales. En 2008 participaron del certamen televisivo “Talento argentino” y en 2009 compitieron en el Campeonato Latinoamericano de Magia que se realizó en Perú, donde ganaron en la categoría de “Magia argumentada”, que consiste en presentar un acto que cuente una historia. Ese mismo año, los contrataron para ser parte del Congreso Mágico italiano, uno de los encuentros de magia más importantes de Europa.

Por su parte, para Constanza, de 32 años, su acercamiento al mundo de la magia empezó cuando conoció a Nicolás: “Yo no hacía magia, empecé cuando nos hemos puesto de novios. De entrada me entusiasmó mucho. Entonces hemos empezado a armar juntos las rutinas que nos han llevado muchas horas de ensayo. Nos llevamos muy bien y hacemos un gran equipo juntos. No es común ver a una pareja de magos arriba del escenario, generalmente, son hombres solos”. 

En 2017 la pareja de magos cumplió el sueño de conocer al mayor de sus ídolos, nada menos que el mago David Copperfield. Fue una noche en el majestuoso hotel MGM de Las Vegas durante uno de sus espectáculos de magia. Nicolás y Constanza preguntaron si podían conocerlo. La primera respuesta fue negativa, pero insistieron.  Cuando dijeron que eran magos no sólo les ofrecieron asientos en primera fila, sino que después del show los hicieron pasar hasta el camarín de la leyenda estadounidense de la magia. Nicolás recuerda hoy ese episodio como uno de los mejores momentos de su vida. Copperfield los saludó con mucha amabilidad y después les preguntó cuál de los actos era el que más les había gustado. “Para mí es el más grande, lo que ha hecho él no lo ha hecho nadie. Si bien acá se lo conoció después, en 1982 ya había hecho desaparecer la estatua de la libertad”, dice Nicolás.


Para Constanza, la clave del show del dúo está en la combinación de frescura, dinamismo, humor y música. “No es sólo magia, es un espectáculo muy descontracturado”, define. Para Nicolás, su esposo desde hace seis años, el secreto de la magia y de la vida está en la pasión: “Como todo en la vida, hay que ser apasionado. Esto es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración. Si no hay trabajo, el talento no prospera”.

Que la burbuja no reviente, ese parece ser el secreto. Tanto de la magia como del amor. 

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