Historias de acá

El arduo camino a la gloria: Tucumán acaricia el sueño de tener un campeón mundial de boxeo

El boxeo revivió en la provincia después de muchos años en el ostracismo y los pugilistas locales escalan posiciones en los rankings internacionales. Luchadores y soñadores tucumanos que transitan el camino a la máxima gloria deportiva. Por Exequiel Svetliza.

11 Ago 2024 - 11:45

La Turquita Manzur en acción. Fotos: gentileza de Sebastián Villagra

El camino a la gloria deportiva no es una autopista asfaltada, menos por estas latitudes donde predominan las calles de ripio, los baches y las vías abnegadas; senderos sinuosos y laberínticos donde las ilusiones tienden a estancarse o perderse sin más remedio. En Tucumán y contra todo pronóstico, hay boxeadores y boxeadoras que todos los días se levantan con las primeras luces para transitar el arduo camino que trazan sus sueños. Puede sonar a desvelo, a locura, a quimera y a megalomanía, pero de un tiempo a esta parte brilla en el horizonte la posibilidad de una consagración suprema y hasta ahora inédita. ¿Puede nuestra provincia parir campeones mundiales? Presente y porvenir de un deporte que crece en un contexto hostil y que alimenta más que nunca sueños de gloria y progreso. 

El mítico boxeador estadounidense Jack Dempsey dijo alguna vez que un campeón es alguien que se levanta cuando no puede. De pie y a contramano de la realidad actual del pugilismo a nivel nacional, el boxeo tucumano vive un presente promisorio. Después de más de un siglo (con excepción de Moscú 1980, al que no fue ningún atleta argentino por decisión política), el boxeo -la disciplina que históricamente más medallas le aportó al país- no tuvo representantes argentinos en los Juegos Olímpicos. Lejos de ese panorama preocupante que atraviesa la actividad, en los últimos años Tucumán sumó campeones nacionales y continentales. Pugilistas como Lucrecia “La Turquita” Manzur, Rodrigo “C4” Ruíz y Ezequiel “Danger” Casalicchio ascienden en los rankings internacionales y están cada vez más cerca de tener una chance mundialista. El sueño del cinturón mundial parece al alcance de la mano ¿qué falta para que se dé? 

Nueve años atrás, Lucrecia Manzur se enfrentó a una encrucijada vital y tuvo que decidirse. Fanática de Boca, uno de sus grandes anhelos era convertirse en futbolista y jugar algún día en La Bombonera. Pero también la tironeaba la pasión por el boxeo que heredó de su padre, el reconocido entrenador Gabino “El Turco” Manzur. “Me decían que tenía que elegir y, aunque me gusta mucho el fútbol, me quedé con el boxeo. Mal no me fue, hoy en día veo los frutos de haber tomado esa decisión”, reflexiona la pugilista de 25 años. 

Después de mucho tiempo, el pasado 28 de junio el club Villa Luján volvió a ser el escenario de una pelea por un título argentino y la tucumana fue la gran protagonista de ese hito histórico al vencer a la chaqueña Paola Benavidez y levantar el cinturón de la categoría pluma; título que se suma a su condición de campeona sudamericana de la categoría. “Estoy muy contenta de tener estos cinturones. Para mí es un orgullo inmenso representar así a Tucumán porque una entrena para eso. Por suerte, pudimos traer el título a la provincia y poner a Tucumán en lo más alto. Hoy me reconocen a nivel nacional y también en otros países”, comenta. 

Lucrecia Manzur, campeona argentina y sudamericana categoría pluma.

“Quiero ir por los otros cinturones… quiero ser campeona del mundo”, deja en claro Lucrecia y tiene con qué ilusionarse: semanas atrás se conoció el ranking mundial de la Organización Mundial del Boxeo (OMB) que la ubica en el octavo puesto. Tiene bien en claro que la corona no es tarea sencilla, la monarca absoluta en su categoría es nada menos que la portorriqueña Amanda Serrano quien ingresó al récord Guiness por obtener nueve títulos mundiales en siete categorías diferentes de peso. Antes de la chance mundialista, la tucumana se ilusiona con el título OMB Latino: “Es difícil conseguir rivales porque no quieren venir a pelear conmigo. Tenemos la esperanza que se pueda dar una pelea por el título acá en Tucumán y, sino, estoy lista para salir a pelear afuera… Estoy lista para pelear con cualquiera”. 

¿Cuál es su secreto para ubicarse entre las mejores boxeadoras del país en la actualidad? El presente de Lucrecia está edificado en la experiencia y la sabiduría que adquirió en el camino recorrido: “Creo que lo principal es la disciplina, sin disciplina no llegas a ningún lado. Yo aprendí que, si no entrenás, no rendís después en la pelea. Hace cinco años atrás, antes de debutar como profesional, me senté un día y dije ‘¿por qué salgo? ¿por qué tomo?’ Ahí decidí nunca más tomar una gota de alcohol y hace dos años no salgo a bailar ni nada. Es muy sacrificado, te toca, por ejemplo, ir a un cumpleaños o a una fiesta y no poder comer nada, pero después de tanto sacrificio uno ve los frutos”. 

La pelea no es sólo contra la rival que se le ponga en frente en el ring, sino contra un contexto de crisis económica que atenta contra su meta: “Creo que hoy ningún boxeador en Argentina vive sólo del boxeo. Los boxeadores o trabajan o tienen sponsors, pero no viven del boxeo. Tenés que tener mucha suerte para tener a alguien que te acompañe y te ayude. Hay muchos que no llegan porque no tienen esa suerte. Personalmente, me gustaría ganar más plata para el día de mañana devolverles a mis padres todo lo que hacen por mí; lo que ellos invirtieron en mi para que yo pueda salir adelante y cumplir mi sueño”. 

Otro pugilista local que ha experimentado un gran ascenso en su carrera desde que regresó a la actividad hace dos años es Ezequiel Casalicchio. El boxeador de 35 años nacido en Rosario y radicado hace muchos años en Tucumán se ubica actualmente en el tercer lugar del ranking OMB Latino: “Esto nos abre una puerta para pelear directamente por un título. Desde hace dos años que vengo al pie del cañón, no he tenido ni un día de vacaciones. La verdad que estoy ilusionado, pero sé que a las peleas se las gana arriba del ring y hay que trabajar para eso”. 

Danger Casalicchio en acción

Con el objetivo de seguir ascendiendo en el ranking entre ceja y ceja, “Danger” buscará antes de fin de año el cinturón crucero de la Feconsur, una de las federaciones oficiales del Consejo Mundial de Boxeo en América del Sur: “De 1300 boxeadores del ranking mundial, ahora estoy en el puesto 77, ganando ese título, ya me pondría dentro de los 30 mejores del mundo. Pelear por un título del mundo es una gran ilusión, es algo para lo que sé que tengo las condiciones y día a día me entreno para lograrlo”. 

Para poder seguir adelante con su sueño deportivo y mantener a sus tres hijos, después de los dos turnos de entrenamiento diario Ezequiel se sube a un auto para trabajar como Uber: “La verdad que es mi equipo el que me da una mano, hoy no se puede vivir del boxeo, sin apoyo es realmente muy difícil. Es muy demandante porque, para andar en el auto de noche, me tengo que desvelar y después al otro día tengo que ir a entrenar, pero no me queda otra porque la situación no da. Tenés que mantener una dieta, ir al gimnasio, tener tu preparador físico y todo se paga porque todos necesitan vivir. Yo represento a Tucumán y la provincia no me apoya en nada, he presentado cartas en la Secretaria de Deportes y nada. Estamos en la puerta de todo, tengo un buen nivel y hoy puedo pelear por cualquier cinturón, pero acá no lo ven así. Si puedo seguir peleando es gracias al apoyo que tengo de mi equipo”. 

“Yo peleo por mi familia, no me llama un cinturón ni que me digan campeón. Mi sueño es poder crecer con el boxeo. No me interesa que me digan que soy el campeón, me interesa que mis hijos el día de mañana estén bien”, revela Ezequiel. 

Hoy una de las mayores promesas del box tucumano es Rodrigo “C4” Ruíz. El pugilista de 23 años nacido en Las Talitas es el actual campeón Latino Supergallo de la FIB (Federación Internacional de Boxeo) y mantiene un invicto de 19 peleas con 14 nocauts. De acuerdo con el sitio especializado BoxRec, actualmente lidera el ranking nacional y se ubica en el puesto 17 a nivel mundial dentro de su categoría. 

Criado en el seno de una familia de boxeadores, desde su debut como profesional en 2021 su carrera ha crecido a saltos agigantados. Con varias defensas del título y peleas en el mítico Luna Park, su futuro parece cada vez más alejado de la provincia y más cerca de los grandes escenarios internacionales donde, si continúa como hasta ahora, de seguro pronto tendrá alguna chance mundialista. 

El explosivo C4 Ruíz, la gran promesa. Foto: Diego Valenzuela. 

“Pude comprarme mi casa y mi primer auto. Saber que a tan temprana edad esté logrando esto, me pone muy contento. Es hermoso poder comprarte sus cosas sin tener que molestar a tus papás ni a nadie. Ellos están muy orgullosos de que haya logrado todo esto. Hago boxeo porque me gusta y porque todavía tengo hambre de gloria. Pero el día que no lo vea viable, lo voy a dejar; por más que hoy sea un ingreso de dinero fácil”, le confesaba el joven boxeador al diario La Gaceta en enero de este año. 

Talento, ganas y sacrificio son condiciones necesarias, aunque no suficientes para afianzar una carrera boxística y soñar con llegar a lo más alto. ¿Cómo se explica el crecimiento de la actividad en la provincia y qué falta todavía para generar un campeón mundial?

 

Tucumán y el difícil camino a la gloria

A la hora de explicar el buen momento que vive el boxeo tucumano en la actualidad, muchos apuntan a la persistente tarea que viene realizando Sebastián Villagra, el mentor de Villagra Box Promotion, en la organización de veladas boxísticas. Tras la paralización obligada de la actividad por la pandemia de Covid, proliferaron los festivales de box y volvieron a abrir sus puertas lugares míticos para el boxeo en la provincia, como es el caso del Club Villa Luján. Además de organizar eventos boxísticos, Villagra es dueño de un gimnasio y se desempeña como manager de Casalicchio, Manzur y muchos otros jóvenes baluartes del pugilismo profesional como los invictos Nahuel Maldonado y Fernando Altamiranda. 

“Desde chico he sido apasionado por el boxeo, yo quería boxear, pero mis padres nunca me dejaron. Empecé de grande, fui boxeador amateur, hice un par de peleas, pero me recibí, me casé y me alejé del boxeo. Después, puse un gimnasio y retomé la actividad desde este lugar de promotor”, cuenta el contador tucumano que comparte la misma ilusión de los pugilistas y está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para ayudarlos: “Sueño con tener un campeón del mundo en Tucumán. Yo no vivo del boxeo, acá invierto plata porque es una pasión”. 

Según explica, su prioridad es que los boxeadores locales puedan desarrollar sus carreras en la provincia porque en las peleas televisadas que se organizan en otras partes del país los tucumanos suelen competir en clara desventaja: “Por lo general, te ofrecen peleas con pocas equivalencias y, cada vez que salís de visitante, sabés que, si no es por nocaut, es casi imposible ganar. De esa necesidad surgió lo de organizar los eventos acá y ahí empecé como promotor nacional”. 

Cuenta que, gracias al ascenso que han tenido los boxeadores tucumanos en los rankings internacionales en los últimos años, suele recibir ofertas de peleas en el exterior con suculentas bolsas cotizadas en dólares. Se trata de combates que exigen saltos de categoría para sus pupilos y donde corren con notables desventajas deportivas. Para el promotor, aunque seductoras, esas propuestas son pan para hoy y hambre para mañana: “Es muy difícil a veces no tentarse y decir que no porque uno entiende la situación del país y las necesidades de los chicos, pero los boxeadores que están trabajando conmigo la verdad que son muy conscientes y todos estamos con el mismo sueño. Para nosotros está la gloria deportiva por delante, antes que lo económico”. 

La Turquita Manzur da fe de que hoy ese es el camino elige transitar en busca de un logro superior: “El que se encarga de mi carrera es Sebastián y respeto sus decisiones. Nuestro vínculo no es solo de boxeadora y promotor, es como que ya somos una familia y él me cuida un montón, lo considero mi segundo padre. Ahora la plata no me importa mucho, creo que ya a llegar. Quiero que el día de mañana la gente me reconozca porque dejé huella en el boxeo. Estoy enfocada en grandes cosas, cinturones y títulos importantes”. 

¿Se puede soñar entonces con la posibilidad de un campeón del mundo tucumano? Para Villagra ese es un horizonte posible: “Creo que los sueños no tienen límites y que eso se va a dar. Lucrecia Manzur, por ejemplo, está a la altura para pelear con cualquiera del ranking. Estamos en condiciones de aceptar una pelea importante para ella, pero sin apuro, lo importante es seguir creciendo acá. La idea es seguir trayendo títulos a Tucumán. Hace unos años atrás era casi imposible pensar en traer una pelea por un título argentino o sudamericano a la provincia y, sin embargo, lo hicimos”. 

Uno que conoce bien el paño del desafío mundialista es Cristian “El Zorrito” Coria quien en 2020 y a sus 38 años tuvo la chance de pelear por el cinturón superligero de la AMB frente al dominicano Alberto Puello. Aunque no se dio el gusto de quedarse con el título mundial en aquella oportunidad, el boxeador nacido en la localidad santiagueña de Loreto y afincado en Famaillá tuvo una carrera con mucho rodaje internacional que lo llevó a combatir en Estados Unidos, Namibia, Dubai y Canadá. “Lo veo muy bien al boxeo tucumano. Hay un resurgimiento del boxeo en la provincia, hace mucho que no pasaba esto. Hoy hay muchos boxeadores y muchos chicos que se están sumando a los gimnasios. Antes, hace cuatro años atrás, no había boxeo, pasaban años sin festivales y medio que estaba desapareciendo, había que ir a boxear a otras provincias. Ahora, vienen incluso muchos chicos de otras provincias a entrenar acá y eso habla muy bien del presente del boxeo en la provincia”, comenta el experimentado pugilista. 

“Todos los boxeadores tenemos el sueño de ser campeones mundiales. Acá en la Argentina hoy es muy difícil, es muy diferente a otros países donde los boxeadores son deportistas de elite. Ahora que los tucumanos tienen la oportunidad, hay que aprovechar y seguir adelante. Hay que soñar en grande que siempre llegan las oportunidades y estar listo cuando aparezcan”, remarcó. 

¿Qué le falta al boxeo tucumano para dar el salto consagratorio? Para Ezequiel Casalicchio es fundamental más y mejores formadores para las nuevas camadas de pugilistas: “Al boxeo tucumano hoy le faltan técnicos, que haya entrenadores que se actualicen y abran la cabeza, que sepan escuchar y que aprendan. Personalmente, no me parece que venga alguien que no ha sido boxeador a darte indicaciones”. 

En ese punto coincidió Miguel Nasul, entrenador tucumano de extensa trayectoria: “Hacen falta técnicos que sepan, ex boxeadores con experiencia porque hay muchos que son metiches nomás. Falta enseñanza y formación, ese es un problema que ha tenido Tucumán y hoy lo sigue teniendo. Acá hacen falta técnicos que sepan formar a los chicos para que salgan a ganar y no a perder, pero la federación ahora le da carnet de técnico a cualquiera, ese es el problema”. 

“En Tucumán hoy hay más boxeadores profesionales y más ganas de los promotores… se está poniendo lindo. Acá al gimnasio se acercan muchos chicos, pero se está haciendo muy caro por la situación que estamos viviendo y a la gente le cuesta mucho comprarse un par de guantes. Por eso, tiene que haber un buen apoyo del gobierno. He andado por todo el país y los boxeadores tienen apoyo de las provincias y de los municipios, pero acá en Tucumán no hay ningún apoyo para el boxeador. Allá viven para entrenar, acá tenés que sacarlos de la obra para que vayan a pelear”, reflexionó. 

“Acá hacen falta más festivales, hay muchos chicos con talento y condiciones, pero faltan más peleas. Todas las semanas debería haber eventos y torneos para que haya un semillero en la provincia. En otros países para ser profesional un boxeador llega con 200 peleas como amateur, pero eso acá es imposible. Creo que falta una política de fomento y de inversión en el deporte. El boxeo es un deporte fundamental para sacar a los chicos de la calle y para la contención social”, aporta, por su parte, Sebastián Villagra. 

Para el promotor, otro punto clave para afianzar el crecimiento del boxeo tucumano es el acompañamiento del público: “El boxeo en la provincia venía muy venido a menos y para mí resulta muy difícil hacer eventos porque hoy cuesta poner un plato en la mesa y todavía nos falta generar popularidad en el público. Eso todavía nos está costando porque la gente quiere ver campeones. La gente va a ir a los estadios cuando haya ídolos y acá hay que generar ídolos. Hay que despertar el entusiasmo de la gente porque, si tenemos éxito deportivo, vamos a tener éxito económico. Cuando nosotros tengamos un Villa Luján lleno vamos a poder traer un título del mundo”. 

 

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