Con más penas que gloria

Mala Leche: La Paglia, de titular de Riquelme a la intrascendencia en San Martín

Inauguramos serie de notas que recuerdan a esos jugadores que pasaron por el fútbol tucumano con más penas que glorias. Tenían pergaminos y despertaban espectativas, pero al final fueron más imborrables que inolvidables. Hoy, Cesar El Leche La Paglia ¿De cuál te acordás vos?

27 Ene 2023 - 23:32

Inauguramos serie de notas que recuerdan a esos jugadores que llegaron al fútbol tuucmano, pasando con más penas que glorias. Tenían pergaminos y despertaban espectativas, pero al final fueron más imborrables que inolvidables. Hoy, Cesar El Leche La Paglia.  

“Era mejor que Riquelme”, dicen las malas lenguas que alimentan los mitos urbanos y periurbanos del fútbol  Mundial. Jugaban de lo mismo y en el mismo club: los dos eran enganches de las inferiores de Argentinos Juniors y los dos se fueron juntos a Boca, para debutar en Primera. Estilos similares: la pisaban lindo, le pegaban bien y tenían buena visión de juego. 

Lo cierto es que Cesar La Paglia haya sido mejor o no, en el año 95 se calzó la 10 de la Selección Sub 17 que fue tercera en el Mundial de Ecuador y Riquelme y ni pintaba todavía. En ese plantel que ya tenía a Cambiasso y Aimar entres sus principales figuras, también estaba Leandro Ávila, volante central formado en Independiente que fue protagonista del ascenso de San Martín del Argentino A la B en el 2006. 

Volviendo a La Paglia, su carrera en Boca empezó bien, pero se fue pinchando, al mismo tiempo que Maradona dejaba el fútbol y Riquelme se iba convirtiendo en el heredero de la 10. Un préstamo a Talleres de Córdoba para que sume minutos, parecía devolverle el brillo cuando apenas superaba los 20 años. Sus buenas actuaciones en la Libertadores propiciaron su regreso a Boca, para luego ser vendido al Tenerife y empezar su por el exterior. 

Volvió a la Argentina en el 2009 para reforzar al Santo en el Clausura de Primera División. Su experiencia en extranjero, sus años en Boca y sus prometedores comienzos le daban revancha en el fútbol Argentino, integrando un equipo bien armado que había realizado un aceptable apertura. 

Pelado de par en par y con aspecto de veterano de Campo Norte, generaba desconfianza desde el primer momento. “Este vino a robar”, lanzaba uno en la Pellegrini cuando lo vio entrar por primera vez. 

Solo jugo siete partidos y no marcó ningún. Se lo recuerda por haber tenido un muy buen primer tiempo contra el Vélez puntero (después fue campeón) en la Ciudadela: un tiro en el palo y varias pisaditas al estilo de su mellizo futbolístico bueno (Riquelme) y no mucho más para el Leche. 

Años después, el entrenador Carlos Roldán admitió haberse equivocado en con él: “Yo pensé que acá lo íbamos a recuperar y que iba a poder desplegar todo su talento, pero estuvo lejos de eso”. San Martín fue el último equipo en el que La Paglia se desempeñó como profesional. Tenía solo 30 años y una carrera con más penas que gloria. 

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