Crack de los de antes

Maradona, el gol que lo llevó al mundial y su Tucumán natal: las confesiones del Tiburón Serrizuela

José Tiburcio Serrizuela nació en la localidad tucumana de Tala Pozo y jugó un mundial a la par del Diez y bajo la conducción de Bilardo. Su infancia en la provincia, el tobillo de Maradona y la Scaloneta: “Fuimos gloriosos y la gloria es para siempre”.

24 Jul 2022 - 10:10

El Tiburón haciéndole pata ancha a los jugadores alemanes en la final del mundial.

El tucumano José Tiburcio “El Tiburón” Serrizuela hizo historia al ser parte de uno de los equipos más recordados de la historia de la selección nacional, aquel que disputó la final del mundial Italia 1990. El del tobillo hinchado de Maradona, el del gol de Caniggia a Brasil, el de los penales de Goyco y el de las obsesiones de Carlos Salvador Bilardo. El ex futbolista repasó los detalles de aquella gesta futbolística y de su infancia en la provincia en una extensa charla con el periodista Juan José Arrieta en el programa Tiempo Mundial de la radio LV12. 

Serrizuela nació en la localidad de Tala Pozo que era el pueblo natal de su padre. Sin embargo, a los seis años el destino lo llevó a Florencio Varela. En busca de una vida mejor y de mayores oportunidades laborales, fue su padre el que tomó la decisión de trasladar a su familia a otra tierra. La idea de su padre era brindarles a sus diez hijos la posibilidad de poder estudiar. “Yo me vine a los 6 años a Florencio Varela. La decisión fue de mi viejo, pensando en nosotros, las mayores posibilidades que tiene Buenos Aires de hacernos estudiar. Él se vino primero, se acomodó y nos vino a buscar. Nos vinimos en tren. Me acuerdo cuando vinimos acá me bajó él por la ventanilla del tren", rememoró el ex futbolista.  

La historia de amor entre sus padres nace cuando se conocieron en época de zafra. Su padre oriundo de Tala Pozo, y su madre del pueblo vecino, Piedrabuena. "Cosas lindas de la familia, de luchadores, de visionarios como mi viejo que se vino para acá y nos dio estudio a todos. Crió una familia espectacular que gracias a dios hasta el día de hoy estamos todos los hermanos", agradece El Tiburón, apodo con el cual se lo conocía en tiempos de futbolista.

Como futbolista, Serrizuela debutó como profesional vistiendo la camiseta de Los Andes en la segunda división. Después de allí tuvo pasos por Rosario Central (fue campeón de la Primera B) Lanús y Racing de Córdoba (allí tuvo su estreno en primera división). El salto en su carrera lo dio en la temporada 88-89 cuando llegó a River, equipo plagado de figuras y que dirigía César Luis Menotti. Un año más tarde fue campeón con el Millonario pero con Daniel Pasarella como entrenador. Después tuvo experiencias en México defendiendo los colores del Cruz Azul y del Veracruz. También estuvo tres años en Independiente de Avellaneda en donde se fue campeón del Torneo Clausura 94, de la Supercopa 94, Recopa 95 (marcó el gol del triunfo en la final ante Vélez en Japón) y Supercopa 95. También jugó en Huracán, Racing de Avellaneda, Talleres (ascendióa prinera en el 98), y su despedida en el fútbol fue en el primer equipo que integró como profesional: Los Andes.

Luego del retiro tuvo una experiencia como ayudante de campo en el Veracruz de México. Como entrenador dirigió a San Telmo, Berazategui y Colegiales: "El último trabajo que yo hice fue en Colegiales en el 2005, nos fue bárbaro, pero no lo reconocieron. Nunca tuve la posibilidad en primera división donde hay más respeto, más orden". En la actualidad, colabora y brinda apoyo a su hermano Juan José Serrizuela, ex campeón del mundo juvenil, que está a cargo del equipo de reserva de Independiente.

El recuerdo de Italia 90

El 19 de febrero de 1990, en el estadio José María Minella de la ciudad de Mar del Plata, se enfrentaron en los tradicionales torneos de verano Boca y River. El triunfo fue del Millonario gracias a la potente pegada de José Tiburcio Serrizuela que ejecutó un tiro libre a la perfección y venció la resistencia del entonces arquero del Xeneize, Fernando Navarro Montoya. No fue un gol más. Fue un golazo desde casi 40 metros. Le pegó con la parte externa de su botín derecho y la pelota se clavó en un ángulo. Fue la llave que le abrió la posibilidad que sueña cualquier futbolista profesional: jugar un Mundial. "Un poco la pegada fue lo que lo hizo inclinar a Bilardo para que yo participar de ese Mundial. No estaba convencido. Con el gol que le hago a Boca en Mar del Plata desde 40 metros ahí es donde se convence y terminó yendo al Mundial", confiesa Serrizuela.

El ex futbolista tuvo privilegio de ser dirigido tanto por Carlos Salvador Bilardo como por César Luis Menotti y tiene su veredicto respecto a la grieta futbolística que dividió al país décadas atrás.  Al primero lo tuvo en la selección, y al segundo cuando le tocó vestir la casaca de River. "De todos los técnicos se sacan cosas buenas. Uno aprende de todos los entrenadores. Un entrenador deja algo. Tuve la suerte de ser dirigido por buenos entrenadores", asegura.

 Serrizuela describe con precisión cómo era Bilardo como entrenador: "Era como tiene que ser el técnico de selección. Muy obsesivo, vive por y para el fútbol. No se le escapan detalles. Estaba en la estrategia, es un estudioso. Pensaba constantemente como hacerle daño al rival y que el rival no te haga daño". Para el ex futbolista, Bilardo tenía el perfil adecuado que debe tener un DT de selección.

Uno de los momentos inolvidables para el pueblo futbolero es el épico partido ante Brasil en el Mundial de Italia 1990. Ese 24 de junio en el Estadio Delle Alpi de la ciudad de Turín, Argentina la pasaba mal y tenía todas las de perder. Pero esa selección tenía algo que ninguna otra tenía: el 10 se llamaba Diego Armando Maradona. Y los más de 60 mil espectadores presente ese día, fueron testigos de uno de los momentos más emotivos en la historia de los mundiales.

Hay una frase que le atribuyen a Bilardo en la charla del entretiempo de ese partido ante el cásico rival y después de ver un primer tiempo con salvadas de Goycoechea y tiros en los palos que aún le daban vida a la Argentina: "si le seguimos dando la pelota a los de amarillos vamos a perder". Serrizuela no duda en dar fe que esas palabras del DT fueron reales. El ex defensor no jugó ese partido por acumular doble amarilla. "Me pierdo esa parte, pero después me lo dijeron. Si, fue real. En la charla previa él llegó con todo anotado y muy nervioso por lo que no podía solucionar que le imponía Brasil que eran los laterales. Mandaba a los dos laterales a la vez y nosotros estábamos acostumbrados a controlar a los rivales y no había manera", recuerda. Los dos marcadores laterales de la Verdeamarelha eran Branco y Jorginho: “A mitad del primer tiempo ya se había calmado ya se lo había controlado bastante y después vino la genialidad de Diego que eso nos sirvió para todo lo que vino después en el Mundial”.

El tucumano fue designado para ejecutar el primer penal en la histórica noche donde Argentina eliminó en el Estadio San Paolo de Napolés a la poderosa selección local de Italia y enmudeció a los tifosi de la Azzurra. Tamaña responsabilidad tuvo el de Tala Pozo y no falló, y eso permitió a la Selección, en aquella definición por penales ante los italianos, comenzar ganando la serie: "Es importante, pero en realidad son todos importantes. El primero es importante porque vos ves cómo se para el arquero, a ver si llegó cerca. En el primer penal con Italia si bien hice el gol yo me fui mal porque la tocó… y el arquero se levantó y se agrandó. Son importantes porque lo tenés que hacer para que el que sigue pateé tranquilo".

Pero en esa selección, además de las estrategias de Bilardo, el talento de Maradona, y el sacrificio de todo el plantel, se lució la figura de Sergio Goycochea. El Vasco, que llegó como suplente a la copa del mundo y que tuvo la posibilidad de jugar luego de la desgraciada lesión que sufrió Nery Pumpido en el segundo partido de la fase de grupos en la victoria argentina por 2 a 0 ante la Unión Soviética, fue uno de los héroes en Italia 90: “Inspiraba mucha seguridad. Nosotros le veíamos mucha fuerza de piernas, grandote. Al arco lo achicaba muchísimo, era un atajador de penales”.

La foto con la imagen del tobillo hinchado de Maradona que se conoció después del partido ganado ante Brasil fue otra de las historias que engrandecen el vínculo eterno entre Diego y la selección. "Muchos no sabíamos que tenía tan lesionado ese tobillo. Nunca nos dijo, un fenómeno. Él lo trataba de ocultar y no era que iba a renguear. Estaba con hielo pero nunca habló de que no iba a jugar, que estaba en duda. Yo creo que nunca más va a haber un jugador como Diego. Y si es que aparece, ojalá que aparezca acá en Argentina", dice el Tiburón. "Nosotros la ilusión que teníamos era prepararnos bien para hacer el Mundial 86 en ese 90, para repetir, y lo veíamos a Diego entrenar y era una fiera. Cuando llegó la confirmación de que yo iba, ahí era la ilusión de repetir lo del Mundial 86. Éramos los campeones del mundo, estaba Diego en su plenitud porque la verdad que estaba brillante físicamente. Él predisponía de muy buena manera a todos. Teníamos una ilusión muy grande, pero después con las lesiones que tuvo, las dificultades que tuvimos nosotros que arrancamos perdiendo, no se hizo el Mundial del 86, pero se sacó lo otro que tiene el futbolista argentino que es el orgullo, ese plus que hay que dar para no irse derrotado de una competencia tan importante que les interesa a todos porque somos un pueblo futbolero", cuenta Serrizuela.

"Tuvimos partidos buenos, regulares y malos, pero llegamos al objetivo que fue la final y estuvimos ahí de que sea nuestra", se lamenta. Volviendo a la figura de Maradona, Serrizuela recuerda que antes del partido con Italia jugado en Nápoles, en el recorrido de la delegación hacia el estadio San Paolo, en los balcones de las casas había colgadas dos banderas. "Tenían algo celeste y blanco con la foto o el nombre de Diego, y al lado la bandera italiana. Lo que inspiraba Diego era tremendo, tanto para la gente como para nosotros", destaca.

El ex futbolista señaló que a la final del Mundial 90, Alemania llega más entero físicamente, a diferencia de Argentina que acumulaba más minutos de juego por los alargues ante Yugoslavia en cuartos de final y con Italia en las semifinales. "Previo al Mundial no habíamos arrancado bien físicamente la mayoría de los integrantes de esa selección", sostuvo. El propio Serrizuela había sufrido un desgarro, y Ricardo Giusti, Jorge Olarticoechea y Jorge Burruchaga llegaban con rehabilitación. "Eso es dar muchas ventajas", confiesa.

Y también subraya que el partido que Argentina le gana a Brasil, y sobre todo el gol de Maradona, marcó un antes y un después dentro de la competencia. "Los rivales le empezaron a poner tres jugadores a Diego. Eso equilibraba la parte física que nosotros dábamos ventaja y entonces podíamos hacer nuestro partido cómodamente", explica. El Tiburón recuerda del partido decisivo ante los Teutones, que antes de la jugada en donde el árbitro mexicano Edgardo Codesal marcó penal al entender que Roberto Sensini le cometió una falta a Rudi Völler dentro del área, hubo una infracción que no fue sancionada. "Si cobraban ese penal podríamos haber sido campeones", se lamenta.

"Nosotros no fuimos campeones, la gente nos da como campeones. Como que fuimos gloriosos y la gloria es para siempre. Yo donde voy me lo hace sentir la gente. Eso son cosas muy lindas que le suceden al jugador de fútbol", finaliza el hombre de Tala Pozo, el de la pegada fuerte a la pelota y el que se muestra agradecido por haber tenido el privilegio de haber hecho una carrera prestigiosa en del fútbol argentino.


La muerte del Diez 

El impacto de la muerte de Maradona fue muy grande en el mundo entero. Y aquellos que compartieron momentos con Diego, quizás lo sintieron mucho más. "Muy joven se fue. Y se fue de la manera que no queríamos que se fuera, porque él tenía que estar en una cancha hasta los 60 años tranquilamente", comenta Serrizuela. Serrizuela relató una historia relacionada con el Diez, días antes de su fallecimiento. Si bien no tenía contacto en el último tiempo con Maradona, el ex defensor contó que su hija más chica tenía el deseo de conocerlo y sacarse una foto con el ex capitán de la Selección Argentina. "Aproveché y llamé a la gente amiga para que fuera, pero se enfermó, fue a la semana previa a la que falleció. Muy triste todo porque no quería que sucediera de esa manera", sostiene.

 

La selección y las chances en el Mundial de Qatar

En la profunda charla con LV12, el tucumano también reflexionó sobre la actualidad del seleccionado argentino y sus posibilidades en la copa del mundo que se disputará desde noviembre en Qatar: "Están las cosas dadas para que haga un buen papel. No está fácil porque hay selecciones muy buenas. Yo creo que como siempre damos ventaja en la parte física como dimos en el 90. Los otros volaban y nosotros en la parte física estábamos un poco atrasados. Hoy no es que estén atrasados, pero hay jugadores muy bajos con buen control de pelota y no tan potentes y de gran contextura como las selecciones que están como candidatas".

Hoy se escucha hablar de la Scaloneta y existe una especie de devoción hacia el actual DT de la Selección es habitual. Sin embargo, no todo fue tan feliz en la relación entre Scaloni y el combinado nacional, sobre todo en el inicio de su ciclo en donde llegaba como un desconocido y el rendimiento y los resultados no eran los mejores. "Esperemos que le salgan las cosas en el Mundial. No tiene ningún antecedente él para decir que va a pasar esto o lo otro, ni bueno ni malo. Él va haciendo el camino al andar. No se puede opinar de Scaloni hoy qué va a suceder, que nos puede llegar a dar. Viene bien, armó un buen grupo, se llevan bien. Esperemos. Hasta ahora vamos bárbaro, ojalá sigamos así y terminemos todos contentos", pidió Serrizuela.

Hablar del presente exitoso de la Selección, que realizó una buena eliminatoria y que llegó a su punto más alto en los últimos tiempos consiguiendo el título en la Copa América en el mítico Maracaná de Río de Janeiro en la recordada final ante Brasil con el gol de Ángel Di María, es hablar de Lionel Messi que atraviesa el mejor momento en su vínculo con la albiceleste. "Me puse muy contento en la copa que se ganó. Si bien no se jugó bien, se jugó muy bien el partido final contra Brasil. Me puse muy contento porque lo logró Messi, porque es un jugador extraordinario también. Ojalá que se alineen los planetas y que sea la estrella que fue en el Barcelona y que brille en la selección. Sería una alegría para él, su familia y para todos nosotros", dijo.

 

El presente de Atlético y San Martín

El protagonismo que tiene el fútbol tucumano en el plano nacional es uno de los temas de consulta a Serrizuela, quien destaca que la plaza provincial, con el Decano y el Santo, está posicionada y es importante que no se pierda. Con los de 25 de Mayo y Chile en la Liga Profesional, el deseo del ex defensor es que "se agregue San Martin y que haga las cosas bien como las hizo Atlético como para ya instalarse en el futbol grande de Argentina". A pesar de los años y la distancia, como para no perder el ADN tucumano, Serrizuela dice: "los sigo a San Martín y a Atlético".

“Es una plaza muy buena, muy futbolera. Que busquen crecer que apunten a cosas importantes como ser una copa, eso los va hacer crecer más rápido y les va a dar mucho prestigio y van a poder contar con jugadores importantes del fútbol argentino para que vayan para ahí, como sucede ahora con Talleres y Colón. Eso es lo que tendría que hacer el fútbol tucumano y ojalá lo logre”, destacó.

 

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