Los Gissi son cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres, todos futbolistas. Esta es la historia de la familia del defensor de Atlético que se convirtió en héroe ante Lanús con un gol en el último minuto.
Puede sonar a lugar común, pero los Gissi llevan el fútbol en la sangre. Es que, siguiendo legado de su padre
Oscar Gissi, lo que los cuatro hermanos tienen en común no es sólo la misma sangre, sino también la misma pasión por la pelota.
Dylan, Kevin, Shadya y Maylis juegan en la Primera y en la Segunda División del fútbol masculino y femenino de la Argentina. Esta es la historia familiar del
héroe de Atlético en la última fecha cuando logró el empate ante Lanús en la última jugada del partido.
Todo empezó con Oscar Gissi, el hombre que hoy tiene 58 años y un pasado en el fútbol que lo llevó a vestir las camisetas de Quilmes, Estudiantes, Vélez, Morelia de México y Chenois de Suiza. Incluso, entre 1987 y 1988, fue convocado por Carlos Salvador Bilardo para integrar la Selección. Los cuatro hijos del matrimonio de Oscar con Marcela Waszczuk nacieron en Suiza. En 2006, después de que Oscar dirigiera distintos clubes europeos, la familia retornó al país donde actualmente Dylan, Kevin, Shadya y Maylis desarrollan sus carreras profesionales.
En la edición de hoy del diario Clarín, el periodista Ignacio Lucero publicó una extensa entrevista con los integrantes de la familia. “Son muy profesionales y soy feliz siguiéndolos. Mientras estuvimos en Europa, la familia éramos nosotros seis, porque el resto estaba en Argentina”, contó Oscar sin ocultar su orgullo. “Desde muy chicos que vamos a la cancha. Primero para verlo jugar y después dirigir”, dicen, por su parte, los integrantes del cuarteto suizo. Entre risas, revelan que “los domingos en familia no existen” porque durante el año siempre alguno (o alguna) está jugando para su club.
Dylan (28), Kevin (27), Shadya (25) y Maylis (23) eligieron la misma pasión que su padre, pero al haberse criado fuera del país viven ese amor por el futbol sin la efervescencia propia de los hinchas argentinos. “Le agarramos más pasión a jugar que a hinchar por un club”, comenta Dylan en la entrevista. Eso sí, los cuatro aseguran que se sienten más argentinos que Suizos.
El defensor de Atlético fue el primero en seguir el legado paterno. Hizo las divisiones inferiores en equipos europeos, incluyendo al FC Basel. Mientras jugaba en el filial del Atlético Madrid, pidió permiso para entrenarse en Estudiantes durante unas vacaciones en Argentina en 2009. Su rendimiento llamó la atención de Alejandro Sabella, quien le hizo firmar su primer contrato como profesional. Pero solo jugó un partido oficial y se fue a Olimpo en 2013.
Luego de lograr la permanencia, el central emigró al Montpellier de la Primera División de Francia. En la mesa de los Gissi se ríen recordando el abismo de diferencias entre los dos equipos. “Allá es increíble todo, solo tenés que preocuparte por entrenar”, resalta Dylan. “Cuando llegué, los dirigentes me pidieron perdón por no poder darme un auto cero kilómetro con caja automática, y me ofrecieron uno manual”, recuerda.
“Es la primera vez que jugamos todos en el mismo país”, resalta Kevin, el segundo hijo de la familia que se desempeña como delantero de Deportivo Morón. Al igual que Dylan, hizo sus primeras armas en el fútbol europeo, pasó por Arsenal de Sarandí y volvió a cruzar el Atlántico para debutar la primera del Servette de Suiza. Tuvo un periplo por España, Italia, Letonia y Uruguay antes de volver al fútbol argentino. “Uruguay fue el término medio, pero la B es la categoría más dura que me tocó jugar”, revela el ex jugador de Independiente Rivadavia.
Cuentan los cuatro que, cada fin de semana, se intercambian emojis y palabras de aliento de cara al partido que cada uno tiene por delante. Cuando Atlético juega en Buenos Aires, no faltan los mates entre hermanos en la concentración aprovechando la fugaz estadía del Gissi mayor.
Las mujeres, Shadya y Maylis, tampoco se quedaron atrás a la hora de continuar con el legado futbolístico de Oscar. Maylis es la menor y juega como delantera en Independiente. Asegura que volvió al país en el momento justo: “Cuando pasó todo el boom del fútbol femenino yo estaba jugando en España. En el último tiempo, después del Mundial de Francia, aparecieron muchos más medios cubriendo el fútbol femenino". Maylis empezó su carrera en el rojo de Avellaneda, donde compartió plantel con su hermana Shadya. En 2016 pasó a San Lorenzo. Al año siguiente, hubo duelo de hermanas en el torneo: "Nuestros viejos no sabían qué hacer", revela Shadya.
Según recuerda, esa tarde, el Ciclón ganó 2-0 gracias a un doblete de Maylis. "No me pudo parar", dice entre risas la actual delantera de Independiente. Meses después de ese partido, juntas se mudaron a España para jugar en L'Estartit y después en el Oceja, ambos de la Segunda División. "No es lo mismo que primera: es una actividad más que un trabajo", esboza la delantera.
Por su parte, Shadya, que como Dylan es zaguera central, juega ahora para Defensa y Justicia en la B del Femenino. El Halcón pelea por jugar la zona campeonato que da dos ascensos a la primera semi-profesional.
Los Gissi son los cuatro fantásticos del fútbol argentino. A pesar de haberse criado en Ginebra, a más de 11 000 kilómetros del país, a la hora de sentir el deporte son más argentinos que el mate y el asado.