Era una noche primaveral de principios de siglo. En una vieja casona de calle
Rivadavia (hoy Virgen de la Merced) al 100, en pleno centro de la capital tucumana, un grupo de hombres ilustres le puso la firma al acta fundacional del
Club Atlético Tucumán, y aquel
27 de septiembre de 1902 resonó un grito que se hizo símbolo para todas las generaciones decanas:
"Arriba los Corazones".
En aquella histórica jornada,
Agenor Albornoz fue nombrado primer presidente. Lo acompañaron
José Fierro,
Tomás Barber,
Manuel Perez y
Federico Rossi, entre otros, según detalla en su
blog personal
Silvio Nava, historiador y
estadígrafo de la institución, además de actual jefe de prensa.
“Los primeros años fueron muy difíciles, lo que hizo que Atlético estuviera al borde de desaparecer, pero la perseverancia y el esfuerzo de ese grupo de luchadores hicieron que el club saliera adelante”, recuerda Nava.
¿Quiénes eran aquellos hombres?
Fierro (izquierda), fue un educador que forjó generaciones de tucumanos. Es recordado como un entusiasta propulsor de la educación física desde fines del siglo XIX. Junto a Albornoz (derecha) notaban la importancia y la adhesión que generaban las actividades físicas entre los jóvenes, lo que los llevó a motorizar la fundación de Atlético, la primera entidad netamente deportiva de la provincia.
Según consigna el diario
“La Gaceta”, la mayoría de los dirigentes
nucleados en los orígenes "decanos" provenían de las reuniones que se realizaban desde 1900 en el internado educacional que Fierro dirigía en la calle Córdoba entre
Rivadavia y
Laprida.
Albornoz -un gran jugador de cricket- se empeñó en organizar las disciplinas y el 12 de marzo de 1903 comenzaron a practicar los flamantes socios de Atlético en el Gimnasio Escolar 24 de Septiembre, cedido por el Gobierno al club. Las instalaciones se emplazaban en la manzana que hoy ocupa el Hospital Centro de Salud. Los primeros deportes elegidos fueron fútbol, tenis y cricket, a los que pronto se sumó el ciclismo.
Fierro, enamorado del fútbol, se emocionó cuando el 9 de julio de ese año Atlético -capitaneado por
Arturo Robinson- disputó el primer partido
interprovincial, contra el Club Salteño. El resultado de aquel cotejo fue 3 a 1 a favor del Deca.