MÚSICA, MAESTRA

Entre Tchaicovsky y El Pepo: la violinista que toca las canciones de San Martín

Josefina Salvatierra es fanática del Santo y ya a los 6 años aprendió a interpretar a Bach y a los grandes compositores de la música clásica. Además, saca las versiones de cumbia de la hinchada: "Tengo mucha pasión por la música, pero San Martín es mi vida". Mirá los videos.

10 May 2018 - 17:53

Josefina Salvatierra y sus dos pasiones que riman: San Martín y el violín.

De Tchaikovsky a El Pepo sin escalas, de Johann Sebastian Bach a Los del Fuego sin filtros, de escuchar a los grandes compositores de la música clásica a darle gas con Los Pibes del Ritmo de Ciudadela, Josefina Salvatierra toca el violín en la orquesta del Divino Niño Jesús y se queda sin voz después de alentar al Santo desde la Rondeau. Tiene 16 años y su historia entre los dos mundos, entre el más solemne y el más popular, empieza a través de su abuelo José: "Tenía 6 años cuando él me dijo: 'En la capilla enseñan a tocar instrumentos, ¿te gustaría aprender?' Le dije que sí, me llevó, sólo había violines, elegí uno y no lo solté más".

Cuenta Josefina que hace diez años, cuando empezó a tocar, eran apenas cinco alumnos: hoy son 170. Niña prodigio, recuerda todo como si fuera ayer: "El primer violín que tuve me lo compré juntando plata. Mi abuelo me decía: 'Juntá, juntá, ahorrá así lo comprás'. Ese violín era muy básico y me duró cuatro años. Luego lo cambié por uno para grandes y hace poco el director de la orquesta, el profesor Marcelo Ruiz, me dio un violín fabricado por un luthier con el que ahora toco las canciones de San Martín", cuenta la joven que apareció con en la página Esto es San Martín con la camiseta alternativa negra del Santo interpretando una versión hermosa de Ji Ji Ji, el himno ricotero.
    
Todos los sábados ensaya Josefina en la capilla que queda cerca del Portal. Bueno, todos, todos, todos los sábados, no. "Antes San Martín jugaba los sábados y vamos a aclarar una cosa: tengo mucha pasión por la música, pero San Martín es mi vida. Hermosas puteadas me comía cuando faltaba a la orquesta, por suerte ahora jugamos los domingos", se ríe Josefina, con la misma picardía que tiene un día cualquiera que vuelve de pasear en Cruz Alta con la familia, acompaña a su mamá a cobrarle a una clienta en el pasaje frente a la cancha de Atlético y se le ocurre una idea: "Estaba con la camiseta puesta y me bajé a sacar una foto con la cancha de ellos de fondo. Hacía frío, entonces puse en Facebook: 'Traigan Fernet y Coca que hielo sobra'".

El domingo contra Dálmine, Josefina se quedó sin voz después del gol de Galeano. También recuerda que se abrazó con un changuito que no conocía y lloraron juntos. Pero para ir a la cancha, para vivir lo que es San Martín, con la misma insistencia para la música tuvo que hacerse oír y pegar un par de gritos para que su papá Juan la empiece a llevar: "Tenía 11 años y lo único que quería era ir a ver a San Martín. Los convencí a todos más adelante, en una final de ida para volver al Nacional B. Ese domingo coincidía con el Día del Padre, y a mi abuelo José le dí de regalo la entrada para el partido. Lo obligué a volver a la cancha después de 15 años".

Entre el mundo de sensaciones e ilusiones que atraviesan el mundo San Martín en la recta final por el ascenso a Primera, Josefina jura que después del partido en Adrogué la tristeza tiene, en términos de música clásica, la música de La lista de Schindler, y cuando el Santo resucitó el domingo se le vinieron a la mente "las csardas de Monti, buscalas en youtube, es un baile tradicional húngaro".

Eso sí: cuando tiene que sacar una melodía de La Gloriosa Brava de San Martín en el violín, coloca la almohadilla, se acomoda el instrumento sobre el hombro izquierdo y realiza una pinza entre la cabeza y el hombro. Con el violín ya agarrado, tensa las cerdas del arco, cierra los ojos y toca de oído "Vamos Ciudadela, vamos a Primera... (El Pepo)", "La del 44 es de verdad" (Los del Fuego), "Vengo del barrio Ciudadela" (Creedence) o "Todo aquel que piense que la banda no está más" (Celia Cruz), un repertorio, un cancionero que Josefina sueña con tocar en este camino a Primera: "La brava me invitó un par de veces a tocar el violín en la popular, pero siempre pasó algo. Me encantaría estar ahí, con la hinchada, sacando las canciones, y que venga el ascenso. Eso sí: pase lo que pase, ya quedó claro lo dementes que estamos y que la fiesta y la música sólo se vive en Ciudadela".





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