Por la mala inclusión de Carlos Cáceres en dos partidos, el conjunto "Benjamín" podría perder puntos. Hoy se define en la Unión.
Foto: Diario La Gaceta
Es como que si los planetas se alineasen en las etapas finales del Torneo Regional del NOA, todos los años, y hacen que aparezca un conflicto siempre, pero siempre. Si no son inconvenientes por el extenso calendario, es algún jugador mal incluido o un reglamento poco claro, pero el inconveniente está al caer. Y en esta edición no hubo excepción.
A tan sólo tres fines de semana de la finalización del Torneo Ángel "Papuchi" Guastella, un nuevo problema se apoderó de la Unión de Rugby de Tucumán, en el que están involucrados el Tucumán Lawn Tennis y Carlos Cáceres, segunda línea del equipo "Benjamín".
La historia es así: el jugador recibió tres tarjetas amarillas a lo largo de todo el campeonato, ante Los Tarcos (el 28 de mayo), Santiago Lawn Tennis (16 de julio) y Natación y Gimnasia (30 de julio). Según el reglamento, cuando un jugador recibe esa suma de cartones, automáticamente queda suspendido por un encuentro. Es decir que Cáceres no tendría que haber jugado contra Universitario de Salta, por la fecha 7 del Top 10, pero jugó. En el peor de los casos, tampoco tendría que haber participado frente a Universitario de Tucumán, por la fecha 8, pero también jugó. "Carloncho" recién paró la última jornada, contra Los Tarcos, cuando Tucumán Lawn Tennis ya estaba clasificado.
Otro error que hubo en el medio fue el que se hizo en la URT, que mantiene un sistema poco claro y bastante precario a la hora de archivar los amonestados. En el cuaderno donde se van anotando una a una las tarjetas que hay los fines de semana, la que recibió Cáceres ante Santiago Lawn Tennis fue escrita bastantes renglones más abajo del lugar que tendría que haber ido. Por eso, cuando lo amonestaron ante Natación fue anotado unos renglones más arriba y generó todo el conflicto.
En los archivos de la Unión aparecen las tres amonestaciones que recibió Cáceres, por lo que el jugador tendría que haber pagado con una fecha de suspensión ante Universitario de Salta. El conflicto se genera porque la sanción no salió en el boletín y en Tucumán Lawn Tennis acusan eso. "Nos dimos cuenta antes de la última fecha y por eso no la jugó, antes que nos digan algo", señalan desde la institución del parque 9 de Julio.
A diferencia de una expulsión, la cual se tiene que esperar una sanción correspondiente, cuando un jugador llega al límite de amonestaciones no tiene que esperar que aparezca en el boletín para cumplir con la fecha de suspensión. Mucha casualidad es que en Tucumán Lawn Tennis justo la última fecha preguntaran por los jugadores con tarjeta y hagan parar a Cáceres, sin que haya salido en el boletín. ¿Los clubes no tienen un propio control?, ¿por qué recién paró cuando el "Benjamín" clasificó?, ¿no tendría que haber parado antes voluntariamente?, ¿dónde quedaron los valores del rugby?
Lo cierto es que Tucumán Lawn Tennis ganó los dos encuentros con Cáceres en cancha, sacó 9 puntos de 10 posibles y clasificó a semifinales como el segundo mejor equipo del torneo. Ante este conflicto, en la Unión de Rugby de Tucumán se decidirá este miércoles por la noche sobre tres escenarios posibles, según el reglamento: sanción a Carlos Cáceres y Nicolás Proto (capitán del equipo), la quita de los 9 puntos al club y darles por ganados los puntos a sus dos rivales (Universitario de Salta y de Tucumán), o ambas cosas.
En caso de haber sanciones a los jugadores, todo continuará como hasta ahora, con Tucumán Rugby y Lawn Tennis en semifinales, y los playoffs con Los Tarcos frente a Universitario (T) y Natación ante Jockey de Salta. Pero si hay quita de puntos, la historia cambia. El "Verdinegro" y los "Blancos" serían los que pasarían a semis directamente, Lawn Tennis se quedaría afuera y el último cupo lo ocuparía Huirapuca, que terminaría con un punto más que el "Benjamín".
Hay mucho en juego y todo se definirá esta noche. "El presidente no quiere conflictos porque su hijo juega en LawnTennis", señaló una fuente a eltucumano.com. Esperemos que, a la hora de definir, los valores del rugby estén por sobre las amistades o los intereses personales.