En el marco del Día Mundial de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), se realizó una jornada de trabajo con profesionales de la salud mental y la nutrición, para compartir experiencias y sensibilizar sobre esta problemática que afecta a muchas personas en nuestra provincia. ¿Qué son los TCA, y cuáles son las claves para la recuperación?
Imagen ilustrativa.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades mentales que afectan la relación con la comida, el cuerpo y la imagen. Su origen es multifactorial, ya que intervienen aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Quienes los sufren, suelen esconder su problema y experimentar mucha vergüenza y culpa. Por eso, es fundamental sensibilizar a la población y detectar los casos lo antes posible, para ofrecer un tratamiento adecuado y especializado.
Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra los TCA, celebrado este 30 de noviembre, se llevó a cabo una jornada de trabajo con los profesionales que abordan esta problemática que impacta en la salud de los ciudadanos de nuestra provincia.
La coordinadora del Programa Provincial de Prevención y Abordaje de TCA de la Dirección General de Salud Mental, Mabel Alonso, expresó: “En esta jornada convocamos a los profesionales de los equipos interdisciplinarios para que compartan sus experiencias clínicas y para trabajar sobre algunos ejes de sensibilización. Los TCA son enfermedades que se padecen en silencio y que necesitan de una atención integral y multidisciplinaria. Estas patologías se pueden manifestar con una pérdida severa de peso, una obsesión por el cuerpo o el peso, o una alteración en la ingesta de alimentos”.
Por su parte, la médica nutricionista Mariela Córdoba, especialista en TCA, destacó la importancia de informar sobre los mitos y realidades de estas enfermedades, basándose en la evidencia científica de expertos internacionales. “En Argentina somos el segundo país con más casos de TCA después de Japón. Debemos trabajar en la prevención, disminuyendo los factores de riesgo y fomentando los factores protectores. Los factores de riesgo son la internalización del ideal de belleza y delgadez, y la presión social por una imagen inalcanzable. Los factores protectores son la autoestima, la regulación emocional, el apoyo familiar, una alimentación saludable y una relación positiva con el cuerpo e imagen”.
Córdoba explicó que la familia puede colaborar en la detección de estos trastornos observando cambios en la conducta alimentaria, el uso excesivo del espejo o la preocupación por la imagen. También aclaró que los TCA no discriminan por edad, sexo o raza. La anorexia suele aparecer en edades tempranas (12-17 años) y la bulimia en edades más tardías (20-30 años), aunque pueden darse en cualquier momento. La recuperación es posible con una detección temprana y un tratamiento especializado e interdisciplinario.
Finalmente, hizo un llamado a la reflexión sobre la importancia de no opinar sobre los cuerpos ajenos: “Tenemos que entender que debemos dejar de opinar sobre los cuerpos de una vez por todas, ya que desgraciadamente los TCA pueden ser detonados por un comentario. Aunque sea difícil de comprender, son enfermedades mentales que tienen una vulnerabilidad biológica. Es decir, la paciente no puede resistir los comentarios y empieza a desarrollar el trastorno”, concluyó.