“Ya no sé qué más hacer: mi hijo es chiquito y me necesita, pero ya no sé qué más hacer”

Mientras Fabián Juárez habla con el tucumano esta tarde fría de martes, de fondo la manito de su hijo Jeremías toca el celular que solo recibe llamadas por whatsapp. También se escucha el balbuceo de las primeras palabras de Jeremías, un hermoso bebé de 1 año y cinco meses, la mayor alegría de un padre tucumano y también la mayor preocupación: “Ya no sé qué más hacer: es chiquito y me necesita, pero ya no sé qué más hacer”.

Fabián Juárez es el muchacho de 26 años que sostiene a Jeremías en sus brazos y que ahora se lo pasa a la mamá para que lo cuide: “Somos los tres nada más. Hace mucho tiempo que estoy buscando laburo, tengo un hijito y desde hace cinco meses sobrevivo como puedo: con changuitas me la rebusco, pero la verdad es que ya no me alcanza. Hago trabajos de todo tipo: conecto antes de DirecTV, llaves de electricidad y albañilería, pero la verdad es que no sé ni cuánto vale lo que hago. Cobro lo que me quieren pagar. Ya no puedo decidir”.

“La poca plata que puedo llegar a ganar me alcanza para comer: es para lo único que me alcanza y hay veces que ya no comemos. Hay veces que no consigo nada y mi hijito es lo que más me preocupa porque es chiquito: no lo puede dejar al cuidado de nadie. Mi señora no puede salir a trabajar todavía y no tenemos a nadie con quien dejarlo. Tenía la tarjeta Alimentar, pero me quitaron porque salió que estaba en blanco por un trabajo en Río Negro cuando fui a cosechar manzana hace tres años”.

“Cobro la asignación de 2800 pesos pero no me alcanza para nada: lo que más se gasta es en la leche y en los pañales del bebé. Yo estoy dispuesto a trabajar de cualquier cosa. No quiero carencia sino trabajar. Tengo 26 años, hago lo que sea por mi hijo, pero de verdad que ya no sé qué más hacer. Me he ofrecido para hacer de todo y una que otra changuita sale, nada más. Y las seguiré aceptando hasta que salga algo seguro, pero está muy difícil. Yo sé que lo estoy viviendo lo pasan muchas personas, pero es muy difícil pasar cada día buscando trabajo y volver a la casa con nada”, se quiebra Fabián.

“Como puse ya en la última publicación: ‘¿Por qué es tan difícil conseguir trabajo?’ Yo estudié en la escuela Blas Parera. No quiero ningún plan. Estoy dispuesto a trabajar de lo que haga falta por mi hijo. Me urge mucho trabajar. También hago arreglos de lavarropa y secarropas. No voy a bajar los brazos por mi familia, pero hay veces que cuesta más días que otros, ¿no? Hay que estar ahí. Hay que pasar esos días donde no sale nada. Ojalá que la nota ayude, ojalá que alguien me llame, ojalá”.