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Pedrito, el rey de la pizza

MICRODOCUMENTAL

Dos porciones de común o especial con un vasito de gaseosa o una grande para compartir es la pausa que corona la visita al centro desde hace casi 70 años. Dijo Mercedes Sosa: “El que no conoce Pedrito, no conoce Tucumán”. Con ustedes, el Rey de la Pizza.




Es la pausa al mediodía. Es la trampita previa al almuerzo. A veces el desayuno de los que faltaron al colegio. O el remedio si nos baja la presión cuando pica el sol. Es el gustito después de renegar en el centro. Es el manjar que corona las compras.

Anclado en el corazón de la callecita de las pizzerías del Mercado del Norte, Pedrito late en el eterno cartel de Pepsi, ruge cuando se encienden los hornos y mientras esperamos sentados en una banqueta o de pie, es posible ver cómo una nube de harina se hace masa, cómo esa masa entra en un molde. 

Cuando la masa se cocina, llega el primer cucharón de salsa, y otro más, el queso, el jamón, las aceitunas y uno de los secretos más grande de la humanidad: qué le ponen al chimichurri que corona la pizza que mientras llega en su platito redondo nos hace agua la boca.

Atendido por los nietos de Pedrito, este puesto ha visto pasar a presidentes de la Nación, gobernadores, cantantes y leyendas de Atlético y San Martín. A veces con un tango, a veces solo con el aleteo del ventilador, el pueblo tucumano ha probado este clásico de nuestra gastronomía inmortal.

Dos porciones de común o especial con un vasito de gaseosa o una grande para compartir es la pausa que corona la visita al centro desde hace casi 70 años. Dijo Mercedes Sosa: “El que no conoce Pedrito, no conoce Tucumán”. Con ustedes, el Rey de la Pizza.