"Tucumán merecía ser de nuevo una plaza importante para el rock"

El profesor de matemáticas se vale de los dedos para hacer el cálculo y confirmar la cifra: han pasado 23 años. Dos décadas y monedas desde aquella noche en que un grupo de músicos se conoció zapando en La Viena, un bar que se encontraba en la calle 25 de Mayo entre Santiago y Corrientes, la misma manzana donde se erigían entonces dos de los más grandes templos de la bohemia de aquellos años: Tarquino y El Amanecer. Miles de historias, hectolitros de cerveza y mucho rock para la manzana que vio nacer a los Karma Sudaca, una de las bandas más emblemáticas de la movida local que, desde entonces, no ha dejado de rockear y ahora ensaya para lo que será su show del sábado en el Atahualpa Rock, el festival donde compartirán el escenario del club Central Córdoba con bandas consagradas de la escena rockera como Divididos, Karamelo Santo y Cielo Razzo.  Desde el 96 hasta ahora, cinco discos en el medio y ¿cientos? ¿miles? de shows recorridos. “Karma es una banda tracción a sangre, una sesión de terapia donde cada uno vuelca su furia”, define Tony Molteni, el profesor de matemáticas de 51 años, cantante y una autentica leyenda del rock autóctono.

Karma es una banda singular en el rock tucumano, no sólo por esos 23 años en el ruedo con la misma formación, sino porque surgió como una autentica unión musical. Tony hace memoria y vuelve a esa noche de 1996 donde empezó todo y destaca eso: a diferencia de la mayoría de las bandas que se conforman por amigos que se juntan a tocar, ellos se conocieron tocando y después vino esa fraternidad que hoy no es sólo una simbiosis rockera, sino también humana: “Somos un grupo de rockeros que se hicieron amigos tocando. Nos conocimos zapando en un bar y con el correr de los años nos fuimos hermanando y se ha conformado un grupo humano increíble. Creo que el secreto está en que disfrutamos mucho lo que hacemos, disfrutamos mucho tocando. Tenemos muy presente el hecho de por qué hacemos música, por qué nos juntamos la primera vez y eso se mantiene.  Uno siempre tiene una meta, se trata de crecer y mejorar en el día a día en lo que hacemos”. La banda sigue como en aquel entonces con Tony Molteni en voz, Fabián "Colo" Vernieri en guitarra, José "Calavera" Maidana en bajo y Adolfo "Cacho" Palomino en batería.

Lo de aquella noche de 1996 en el bar La Viena fue único, el desafío de la banda ahora es repetirlo en cada nuevo show “Hoy, 23 años después, seguimos intentando que esa magia se produzca”. Aunque no han dejado de experimentar con la música, los Karma han encontrado una coherencia entre lo que cuentan sus canciones y cómo lo cuentan: “Hay una cosa que no vamos a renunciar nunca: somos una banda que vomita su verdad y que, a través de su furia, refleja lo que dice una canción. Los sonidos han ido cambiando, pero sin renunciar a lo que es nuestra propuesta que es tratar de llevar ese sentimiento a la canción. El rock, la música y el cantar es todo muy físico. Creo que arriba de un escenario, a través del cuerpo, podes lograr una composición. Esa es la columna vertebral de la banda, somos una banda que va al hueso”. Esa es la misma furia y energía con la cual su público se encontrará  en la presentación de mañana. 

“Estamos ensayando a full, preparando todo hasta en el último detalle. Estamos contentos de que haya un festival de esta magnitud en la provincia, ya pasó con el Limón Rock y ahora con este. Tucumán mercería ser de nuevo una plaza importante para el rock. Se había perdido un poco la impronta festivalera de los grandes festivales como el Quilmes rock, el Tucumán Rock, el Rock en la montaña…Se perdió esa capacidad festivalera en todo el país y Tucumán no fue la excepción”, explica Tony Molteni mientras los Karma Sudaca se preparan para volver a despuntar el vicio del rock en un gran festival con epicentro en la provincia; algo que siempre se espera con ganas por estas latitudes: “Creo que hay un público muy rockero en Tucumán y que este tipo de festivales los arenga y entusiasma. Siempre es productivo este tipo de festivales porque va más allá de las bandas que están en el escenario, sino con lo que pasa abajo; esa convivencia que se genera con gente que transpira lo mismo que vos”. 

El de mañana va a ser uno de los últimos shows del año, un año que los tuvo ocupados entre recitales, ensayos y nuevas canciones: “Con Karma estamos cerrando un año que ha sido muy bueno. Un año de muchas tocadas, muchas giras. A pesar de todo, de la crisis que vive el país,  agachamos la cabeza y le metimos para adelante. Ha sido un gran año para nosotros, nos ha encontrado más únicos que nunca, más fuertes que nunca”. Además de los shows, los Karma no han parado de componer canciones de cara a lo que será un nuevo disco a editarse el año que viene. Según explica Tony, la idea es que el disco se vaya construyendo canción a canción, como los discos simples con un par de canciones que sacaban las bandas antes en vinilo. 

Pero lo que sigue para Karma, en lo inmediato, es su participación mañana en el Atahualpa Rock. Y así invita Tony al público: “Va a ser un show al palo donde vamos a dejar el alma arriba de ese escenario que lleva el nombre de Facu Pereyra  y que fue un gran amigo nuestro. Vamos a pasear por las canciones de todos nuestros discos. Siempre nos gusta sorprender a la gente con algo. Va a ser una linda comunión”.

Además de Karma Sudaca, de la primera edición del festival Atahualpa Rock  participarán las bandas Divididos, Cielo Razzo, Karamelo Santo, la banda salteña Perro Ciego y la local El Faro. A partir de las 20 en el Club Central Córdoba (Av. Alem 790) para vivir una jornada a puro rock.