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"Todo el día decía 'Meeeeee'": la oveja inquilina de barrio Norte

HISTORIAS DE ACÁ

"Estábamos con mi vieja un día y escuchamos el ruido: pensábamos que era un bebé, pero no", relata el vecino del animal que puso patas para arriba al consorcio y cuya historia se volvió viral en las redes sociales. ¿Cómo llegó ahí?





“Dame dos segundos que me prendo un pucho”, dice el vecino del vecino de la oveja cuando recibe el llamado de eltucumano.com. Son dos segundos que necesita para hacer la primera seca, soltar el humo y meterle una carcajada. Es la primera carcajada de muchas que tendrá el diálogo, una risa que explota cuando se cuenta algo que no se puede creer, que hasta en el momento en el que se lo cuenta parece increíble que haya pasado. Pero pasó.

El vecino del vecino de la oveja cuenta que todo empezó una siesta: “Estaba durmiendo la siesta cuando de repente sentimos con mi vieja un ruido: ‘Meeeeee’. Nos miramos y le pregunto: ‘¿Qué es eso? ¿Un bebé?’”. La madre del vecino del vecino de la oveja abrió grande los ojos cuando volvió a escucharse un balido: “Meeeeee”. Y le dijo a su hijo que mirara lo que estaba pasando: “El vecino de la oveja es un pierna que tiene una finca. Criaba varios animales en esa finca y un día una oveja se enfermó. Para que no contagiara al resto de las ovejas, el vecino la trajo al edificio. La ató a un árbol un día y ahí empezó el calvario”.

Así como los ladridos de los perros forman parte de la banda sonora de los barrios, quizás el maullido de los gatos, o una cata, en esta historia de los vecinos de barrio Norte empezaron sus días con los balidos de una oveja. “Cuando miramos con mi vieja que había una oveja, nos empezamos a cagar de risa. No entendíamos nada. Para colmo, el pierna la había atado con una cuerda muy corta. Entonces la oveja se quería mover y la cuerda no la dejaba, la frenaba. Entonces la oveja tiraba un ‘Meeeeee’. Arrancaba a las 4 de la mañana la oveja. Y daba a la ventana de mi cuarto”.

Dos semanas estuvo la oveja como parte del paisaje del protagonista de esta nota, el que vuelve a estallar en una carcajada cuando cuenta qué hacía el dueño de la oveja con la oveja. Porque mientras niños y grandes se paraban en la calle para ver a la oveja, el dueño de la oveja pensó en la oveja y tomó una decisión: “Mientras empezaban las quejas con el consorcio, el vecino agarró a la oveja blanca y adulta y con la misma cuerda la sacaba a pasear a la calle. La hacía dar una vuelta a la manzana como si fuera un perro. Ya se fue del edificio el vecino y se llevó a la oveja, pero no nos olvidamos más. Justo por una oveja, no podíamos pegar un ojo”, explica el autor de una historia que se ha vuelto viral en las redes sociales.

Dice el texto:

“Quiero expresar mi profundo malestar hacia un verdadero hijo de mil p… que vive en mi edificio, que al parecer, no enterado de la putez que emana de dicho establecimiento de manera habitual (ascensores meados, ladrones que queman puertas, entre otros actos de innegables putez), colaboró con ella teniendo de mascota una oveja. Sí, sí sí, una oveja. No contento con posser dicho animal de mierda, a las 6 de la mañana de cada día saca la oveja de su departamento y la ata a un árbol con una piola de aproximadamente de 10 centímetros de largo.

Este p… animal, como es de esperarse, no se queda quieto, y cada vez que intenta moverse y se ve imposibilitado por su atadura, emite el particular 'meee' propio de su especie, lo cual genera aproximadamente 25 mil meees por minuto, haciendo que me despierte y no dejándome otra opción que putear a este animal, a su propietario, a su familia y a su putísima descendencia. A este punto, no me interesa ya ni la forma ni el motivo de muerte. Simplemente, morite hijo de mil p...”.

"Me ha re mil sorprendido que ahora se viralizara la historia. Un amigo mío entró a mi Facebook, comentó riéndose, un montón de gente empezó a reírse y acá estamos, hablando de la famosa oveja del edificio, cosas que en Tucumán solamente pueden pasar”.

La oveja del vecino.