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La renuncia de Guzmán abre el debate sobre la cultura tucumana

El fin de una era

Referentes locales analizaron lo que dejó la gestión del ex presidente del Ente Cultural y opinaron sobre el futuro de nuestra cultura. “Es más lo que no se hizo que eso que se hizo”, dijo el secretario de los músicos. Más diversidad y espacio para los artistas tucumanos entre los reclamos.

Guzmán y un adiós inesperado. Foto tomada de http://www.tucumanhoy.com.





“¿Y ahora qué pasa, eh?”, la pregunta que abre la novela La naranja mecánica, la famosa obra del escritor británico Anthony Burgess, es la misma que se hacen en estos momentos artistas y referentes del ámbito de la cultura tucumana. Es que la inesperada renuncia del presidente del Ente Cultural, Mauricio Guzmán, tras 15 años en el cargo, abrió el debate sobre el estado actual de la cultura en la provincia y cuál será su futuro. Luces y sombras de una gestión que a muchos les dejó gusto a poco y la posibilidad de un nuevo panorama.

“Es más lo que no se hizo que eso que se hizo, hay que tener una política cultural de base que parta desde los barrios”, dice sin pelos en la lengua Julián Morel, Secretario General del Sindicato Argentino de Músicos en Tucumán. Para el artista, una de las grandes deudas de la era Guzmán fue el poco lugar que tuvieron los músicos de la provincia. “Me parece muy bien que se hagan grandes festivales y que tengan trascendencias nacional e internacional, pero la participación de los artistas locales en esos festivales es escasa, sobretodo, de artistas mujeres. Los músicos tucumanos también son artistas y viven de eso. Hay que cuidar primero el trabajo de los de acá”, comentó. Para Morel, hubo muchos que se beneficiaron durante la pasada gestión, pero no precisamente los artistas: “Siempre hubo productores que estuvieron vinculados al ente y eso generó beneficios para pocos y no para los músicos de Tucumán”.

“Siento que no se hicieron cargo de algunas necesidades que tienen que ver con las comunidades y las diversidades de la provincia. Hay algo en la gestión del gobierno que impide escuchar a nuevas voces. Es una situación como colonizada que apunta a la cultura de elite y no a las culturas minoritarias. Predomina una espectacularidad, muchas veces muy colorida, pero que no es genuina”, explica Antonella Aparicio, artista e investigadora de historia cultural. En ese sentido, recalcó que hay artistas procedentes de las comunidades originarias y propuestas locales que apuntan a la interculturalidad que, hasta ahora,  no han tenido su lugar en las carteleras.

Apenas se conoció la renuncia de Guzmán se desató un tsunami de especulaciones respecto a quién será su sucesor en el cargo. Aparicio enfatizó que, más allá de cualquier nombre propio, es necesario que se produzca una ampliación de los derechos de los productores culturales y que se generen nuevos y más diversos espacios. “Yo esperaría que quien asuma el cargo sea una persona con más predisposición a escuchar a las minorías. Tiene que ser alguien que sepa construir y no se dedique sólo al marketing cultural. Sería bueno que no se genere una cultura reducida al gestor siempre rodeado de un espíritu de cámara y un séquito de obsecuentes. Quisiera que el representante inspire cosas genuinas”, destacó.

Al respecto, la artista no duda de que en la provincia actualmente hay muchas personas calificadas para asumir la gestión, entre ellos, artistas, productores, intelectuales procedentes del ámbito académico e incluso de la política. Sea quien sea quién afronte esta nueva etapa del Ente Cultural, debería propiciar una apertura del espacio cultural. “Tenemos un mundo contracultural e independiente que es muchísimo más grande de lo que se ve reflejado en los espacios culturales”, aclaró.

Por su parte, el gestor cultural Juan Grande resaltó aspectos positivos de la gestión de Guzmán: “Rescato que se han mantenido a lo largo de los años festivales de música y de cine que han crecido exponencialmente y se han convertido en eventos internacionales. A su vez, la producción que circula en los mismos es de máxima calidad. La apertura y conservación de los museos que cuentan con personal idóneo también es para destacar”. Sin embargo, analizó que Guzmán pertenece a una generación en la cual la reflexión y profesionalización del rol de un gestor o gestora cultural ni siquiera se pensaba. “Hoy estamos en ese momento, pensando y repensando la transversalidad de la cultura en todas las áreas de la vida”, remarcó.

“Necesitamos gente nueva que tengas muchas pilas, con formación y habilidades técnicas, que además sean sensibles a las creaciones artísticas, que tenga la capacidad de entender las necesidades culturales de nuestra provincia y trabajar para solucionarlas. Que además pueda dialogar abiertamente con todos los artistas y entender cuál es el rol de los mismos”, destacó a la hora de reflexionar acerca de cuál sería el perfil esperable de quien venga a suceder a Guzmán en el cargo: “Me parece que el perfil del próximo gestor o gestora tiene que ser el de una persona con habilidades técnicas en gestión, una persona que se haya formado y que generacionalmente tenga la capacidad de entender y dialogar con varias generaciones de tucumanos, desde los centenialls hasta los baby boomers, artistas, productores, gestores y comunidad en general”.

Para el gestor, que además es director académico y docente universitario de la diplomatura en gestión cultural, es fundamental diseñar políticas culturales que consideren a la cultura como un derecho: “Entender a la cultura como un derecho humano le otorga un rol preponderante al Estado en la promoción, desarrollo, difusión y diseño de políticas culturales. Necesitamos programas de fomento a la producción de artistas y proyectos independientes en territorio urgentemente, como los hay en muchas provincias en las cuales se destinan fondos para favorecer la creación libre son el Estado no interviene, simplemente, garantiza que esos proyectos puedan llevarse a cabo”.

“Ojalá que tengamos un excelente gestor cultural liderando el organismo que piense además en el público. Que esté preparado para trabajar en diálogo con la comunidad LGBT+, los pueblos originarios, los sectores más marginados de la sociedad. Que se conviertan en espacios de contención y producción de conocimiento amplios y diversos”, anhela Juan Grande.

La renuncia de Guzmán le abre las puertas a un futuro acaso más próspero para nuestra cultura, hasta tanto, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Y ahora qué pasa?