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Con pedacitos de mosaico crean arte sobre la identidad tucumana

TRABAJO COLECTIVO

Un grupo, encabezado por una madre y sus dos hijas, genera piezas únicas y duraderas que sintetizan buena parte de nuestro ser como tucumanos. Las intervenciones están en distintos puntos de la ciudad y la más ambiciosa de ellas, por su dimensión, está en uno de los ingresos a la Ciudad y finalizará en algunos meses. Mirá las fotos de las coloridas creaciones.

Uno de los diseños que embellecen el ingreso a la ciudad . Foto: Gentileza de Soledad Bestani





Hay, en algunos espacios de la ciudad, pedacitos de mosaico pegados cuidadosamente. Organizados por colores y tamaños, forman imágenes íntimamente relacionadas con la tucumanidad. Por estos días, el equipo que ya dejó huella en el parque Avellaneda, en la Plaza Alberdi o en el barrio Alejandro Heredia, entre otros espacios, lleva adelante en uno de los ingresos a San Miguel de Tucumán su proyecto más grande hasta el momento.  

Patricia Nader con Soledad y "Mili"Bestani son familia. La primera, es madre de la segunda y la tercera. Y son un equipo que, a su vez, forma parte de un grupo más grande que se dedica a crear murales con mosaicos en espacios públicos. "No es fácil trabajar con la familia, pero hemos logrado trabajar juntas, somos totalmente distintas, pero nos llevamos bastante bien", destacó Soledad, que estudió y se especializó en Administración de Empreasas.  "Trabajamos muy bien, son 4 años que venimos con este proyecto", celebró.  Emocionada, comentó a eltucumano.com que es "mucho amor al arte" lo que hacen en los espacios públicos, aunque de vez en cuando hacen trabajos por encargo de particulares. "Esto surge de la idea de hacer un aporte, de salir del lugar de quejarnos solamente", explicó. 

El equipo completo, cabe destacar, se fue formando con el paso de los años. Con cada actividad que emprendieron, se fue sumando más gente, recordó Patricia. Actualmente, quienes forman parte del proyecto actual son Laura Lucia MacLeod; Ana María Roldán; Alejandra Gutiérrez; Daniel Gamboa; Alejandra Pellegrini; Laura Zelada y Adrián Tanoni.

Desde hace algunos meses, el grupo encabezado por Patricia y sus hijas avanza en las instalación de una obra de 1700 metros cuadrados en uno de los ingresos a San Miguel de Tucumán. Antes, ya dejaron huella en la entrada a la capital por avenida Roca; en el barrio Alejandro Heredia y en el Modelo; en la plaza Miguel Lillo, en avenida Alem al 200; en el parque Avellaneda y en la plaza Alberdi.

Patricia Nader, al centro, junto con dos amigas y colaboradoras.


Actualmente, están trabajando en el puente que está en el ingreso norte de la ciudad, sobre la Ruta Nacional 9. El mismo, está bajo la órbita de Vialidad Nacional, por lo que la Municipalidad capitalina, a través de su secretario de gobernación Walter Berarducci, gestionó los permisos pertinentes para la instalación de los murales, según señaló Soledad, que también recordó que para obtener el visto bueno, presentaron un minucioso informa del proyecto "para garantizar que los trabajos no afectaran la parte estructural del puente".

En ese sentido, Patricia destacó que desde el organismo que está bajo la órbita de Nación "tiene un equipo de vialidad que supervisa las estructuras". "Por ejemplo, con el estribo anterior (un área del puente), antes de intervenirlo, fue uno de los ingenieros, cubrió los hierros y vio que no hubiera ninguna fisura", ejemplifico. 

Sobre el trabajo, la docente de Artes destaca que, además del tamaño, la forma de las estructuras hacen que el desafío sea mayor. "Si fuera vertical, con andamios, o grúa podés manejarte; pero como la superficie está inclinada a 45 grados aproximadamente, es muy difícil la colocación y realización del mosaico", comentó. "Esto se trabaja de forma indirecta sobre mallla y luego se coloca sobre la superficie", agregó la especialista, que señaló que la única máquina que utilizan es una hidrolavadora potente para la limpieza y una motoniveladora.

Los diseños fueron creados por Patricia, que tras jubilarse de la Escuela de Artes, emprendió una nueva etapa artística al frente de este grupo que encontró, a través del muralismo, la manera de aportar su "granito de arena" a la comunidad.  "Así como habíamos trabajado con cultura en los pórticos de ingreso de la Roca, nos sugirieron trabajar sobre la temática de la industria y la producción tucumana. Surge entonces la temática del cañero, el limonero, la frutilla y los arándanos sostenidos por dos manos, que son para mi un simbolo de la tierra y la entrega de los tucumanos de su producción", explicó la artista.  "El cuarto cono es el de las naranjas; si bien Tucumán no es una zona productora, lo que nos caracteriza son las naranjas agrias de las calles y los azahares", recordó.

Estas intervenciones se hacen con la técnica de mosaiquismo porque es perdurable, resistente y en caso de que se rompa una parte de la imagen, las piezas se pueden reemplazar. "Además, mantienen el brillo, el color y los productos que se usan, como por ejemplo pegamentos y pastinas, son justamente para trabajar en el exterior", explicó Soledad. 



Una experiencia inspiradora, la semilla

Hace algunos, años, recuerda Soledad, "la acompaño a mi mamá a un encuentro de muralismo público en Sudáfrica". Ese viaje está íntimamente relacionado con el trabajo que ellas realizan por estos días en la ciudad. "Nunca había participado en algo así, ha sido una experiencia transformadora, cuando volví le preguntaba a mi mamá por qué estas cosas no se hacían acá", agregó Soledad. Entonces, comenzaron.

En septiembre de 2016, realizaron el primer encuentro de muralismo en el parque Avellaneda, en coincidencia con el Bicentenario. En esa edición participaron 65 artistas de distintos lugares del país y del mundo. Pero no fue un encuentro cerrado, sino que por día se sumaron unas 250 personas que contribuyeron de distintas maneras: desde pegar mosaicos hasta cebar mates para los demás participantes. 

"Eso es lo que buscamos, que lo que hacemos nos pertenezca a todos y que nos sintamos identificados; creemos que lo que es propio, uno lo cuida", reflexionó Soledad. "Yo creo que hemos logrado con esto que la gente se apropie de esos lugares, que la gente sienta que las obras son de ellos", agregó la joven sobre las obras que se pueden observar en distintos puntos de la ciudad. 

El camino que emprendieron les llena el alma. "Que una persona se acerque sólo para agradecerte porque estás haciendo algo para todos, no tiene precio, no tengo palabras para explicar lo que sentía en ese momento", recordó. Además, agregó que en todo este proceso de creación colectiva, los niños siempre ocuparon un lugar importante.  Por ejemplo, trabajaron junto con Conin para hacer un mural con manitos de alumnos en la plaza Miguel Lillo. Y escucharlos cuando encontraban sus manitos en el mural era una caricia al corazón. "No podían creer de que ellos son parte de ese mural", agregó Soledad.

"Nos gusta mucho que los chicos participen, por eso siempre intentamos generar actividades para los más chicos, en ellos podemos plantar una semilla para que las cosas mejoren", sostiene la emprendedora, que recordó que con los niños trabajan técnicas de reciclado y otras formas de cuidado del medioambiente. "Han hecho una huerta en la plaza Alberdi; en el avellaneda hemos trabajado con separación de residuos", ejemplificó. 


La voluntad política, fundamental

Durante la charla, Patricia y Soledad destacaron que se necesita del acompañamiento del Estado en sus distintos niveles. "No tenemos bandera política, tenemos mucho amor al arte y a nuestra provincia; hemos hecho muchas intervenciones en la ciudad porque hemos tenido el acompañamiento del municipio y se han ido dando las cosas así", comentó sobre algunos trabajos realizados. "En el primer Encuentros de Muralista que se hizo para el Bicentenario nos apoyó la Provincia y la Nación también", recordó.

Patricia señaló que en el caso del puente "tenemos dos aportes, uno en este caso la Municipalidad y por otro lado las empresas privadas que nos están auspiciando, como Weber, por ejemplo, que siempre nos ayuda con la colaboración de los materiales y Bercovich, que también nos colabora. Lo mismo sucede en cada uno de los encuentros que hemos hecho". "Sin el apoyo del Gobierno, este tipo de actividades no se pueden hacer", remarcó.

Por otra parte, indicó que "sería muy bueno colaborar con los entornos de estas obras, tanto los ciudadanos y el estado colaboren para que ese entorno también sea algo lindo". "Que tucumán vuelva a ser el Jardin de la República, por eso estoy apostando al arte público", agregó


El arte, herramienta transformadora
Para el grupo, el muralismo cambio el espacio público, lo enriquece y modifica la relación de los vecinos con el entorno público. Hace algún tiempo, recordó Soledad, los chicos que están al frente del Circo Social, una iniciativa del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, se contactaron para hace un mural en el barrio Alejandro Heredia, cerca del Mercofrut. 
"Ese mural fue distinto, porque los dibujos son de los chicos, hicieron los bocetos, dibujaron lo que es el Circo Social para ellos y nosotros seleccionamos algunas imágenes, las hicimos en grande. Después, ellos las hicieron con cerámicos", explicó Soledad. La obra, contó, está en una esquina muy representantiva para ellos e implicó un trabajó que involucró a muchos vecinos. "Los padres hicieron el revoque de la pared, hubo una participación bastante activa del barrio", comentó. "Eso tienen estas actividades, son muy integradores, más allá de que te guste o no la estética, el arte es transformadora", reflexionó.  

Por su parte, Patricia valoró especialmente la cercanía que genera este tipo de arte con los vecinos."Hay una diferencia entre el arte de galeria y museo y esto, que es arte público, que llega directamente a las personas", reflexionó.  Además, señaló que "lo bueno es que ese están recuperando espacios que estaban olvidados o que no estabn en buenas condiciones".