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"Todo sirve": Un herrero hace de la chatarra obras de arte

historias de acá

Un vecino de Alderetes fabrica pequeñas motos, aviones y helicópteros con motores fundidos, cadenas y tornillos.





“Todo sirve”,  dice Ramón Alberto Varvaro (39), un vecino de Alderetes que fabrica obras de arte con chatarra reciclada. Desde hace un año comenzó a ver potencialidad en los deshechos que descartaban en el colegio en el que trabaja realizando mantenimiento de equipos. Ventiladores fundidos, máquinas de coser y cadenas son la base de sus pequeñas obras de arte.


“Empecé a ver que con la chatarra también se pueden hacer cosas. Todo sirve, nada se tira. Hace un año me entró ese bichito del artesano y empecé a ver un montón de cachivaches para tirar en el colegio en el que trabajo. Y ya, cuando lo veía me imaginaba para qué podía servir ‘me lo llevo a la casa’”, relata entre risas a eltucumano.com. 

El artista autodidacta que ya lleva alrededor de 20 obras realizadas, se dedica a realizar trabajos de herrería, por lo que en su taller cuenta con los elementos necesarios para soldar y fundir metal. Cuando mostró sus primeras obras despertó el interés de sus familiares y amigos que comenzaron a pedirle que los venda. Sin embargo, Varvaro no quiere saber nada con despegarse de sus creaciones. “Hay que tener imaginación, a veces tengo la idea de hacer una cosa pero sale otra cosa. Depende de los materiales que tenga sobre la mesa. Tengo más satisfacción haciendo esto que al armar una reja o una ventana. Algo he vendido a gente allegada. Pero son cositas muy personales porque además lo hago como un pasatiempo”, señala.


“La basura de otro para mí es un tesoro”, añade. Cadenas de bicicleta que se transforman en las ruedas de una pequeña moto, máquinas de coser fundidas que se reacomodan en una locomotora, una bujía que le da forma a un avión, un helicóptero con una amoladora: La creatividad no tiene límites en su taller. “Tengo una mente de loco, medio infantil. Siempre me gustó la parte artística pero nunca se me dio. Es todo original, son únicas piezas”, relata. 


La pieza más difícil y la más preciada le llevó tres días de elaboración. “Soy muy fanático del personaje de ‘Depredador’. Entonces quería hacerlo. Es la obra más difícil porque tenía que intentar sacarlo parecido. Y es un trabajo más refinado. Me llevó tres días terminarlo porque no encontraba con qué darle forma a la cabeza. Al último usé una cuchara vieja que había en mi casa”, comenta.

El tiempo de elaboración varía según la disposición de las piezas y no siempre se concreta el proyecto original. “A veces quiero hacer un avión y no encuentro las piezas y me sale un tractor. Haces volar tu cabeza y tu imaginación.  Si tengo todos los materiales lo puedo terminar en medio día porque te aparecen todas las piezas juntas. Pero por ahí podes estar dos o tres días colocándole las piecitas, es como un rompe cabezas, a veces  no encontrás lo que estás buscando”.