Top

La bodega Los Amaichas, destacada en el mundo

EJEMPLO

El diario País de España destacó el modelo de producción sustentable de las comunidades calchaquíes.

Bodega Los Amaichas. Foto El País.





Una botella de Sumaj Kawsay y Kusilla Kusilla, los vinos de origen aymará producidos por las comunidades indígenas en Tucumán, esconden secretos milenarios y simbolizan uno de los ejemplos a nivel mundial de lo que significa el turismo comunitario real autogestionado como una herramienta poderosa capaz de generar ingresos justamente a las comunidades locales sin renunciar a su estilo de vida y su cultura. El diario El País, de España, lo ha destacado entre sus cuatro ejemplos a nivel mundial retratados en la última edición de FITUR.

“El turismo no tiene por qué arruinar las culturas indígenas: aquí, cuatro ejemplos”, se titula el artículo escrito por Paco Nadal, quien destacó el caso de los quilmes en Tucumán junto al de los mayas en Chiapas, México, la comunidad bri bri de Talamaca, en Costa Rica, y la banda colombiana de Baranoa. En lo que respecta puntualmente a Tucumán, el autor cita: “Hasta este rincón del país llegaron hace siglos procedentes del sur del Perú diversos pueblos en lo que algún historiador ha creído ver un éxodo o huida para no ser sometidos al imperio inca”.

“Eran los quilmes o kilmes, que crearon uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de la región. Se cree que en el siglo XVII su número pudo superar los 13.000 individuos. Sus descendientes siguen viviendo en los valles Calchaquíes de Tucumán y protagonizan uno de los mejores proyectos de turismo vivencial de Argentina, basado en el alojamiento rural con la comunidad, la vitivinicultura, la gastronomía y las experiencias”, indica.

El artículo descubre y destaca la experiencia del vino que se produce en “una de las tres únicas bodegas conocidas del mundo regentadas por comunidades indígenas. Se llama Los Amaichas”. Y destaca: “El cultivo de la vid en esta zona se remonta a cédulas reales de la época colonial en las que se cedía tierra a las comunidades para trabajarla. Desde entonces los quilmes trabajan en familia sus viñas y tras la vendimia llevan la uva a la bodega, construida a semejanza de la arquitectura prehispánica. Es la que enseñan a los turistas y donde estos pueden degustar los dos vinos que producen: Sumaj Kawsay y Kusilla Kusilla, que en aymara significa El buen vivir y Ayúdame, sé generosa”.

El Ente Turismo Tucumán ya había destacado el modelo de economía solidaria que genera empleo para 40 familias que viven en distintas localidades de los Valles Calchaquíes. La capacidad de producción de la bodega, que administra la comunidad indígena Los Amaicha, es de 50.000 litros. Y los emprendedores recibieron la Marca Tucumán, que otorga el Instituto de Desarrollo Productivo. ¡Salud!