Doncan, el perro de el tucumano y las noticias del tiempo

Por más que parezca insólito, en la redacción tenemos un perro de colaborador. Entra corriendo, saluda feliz con saltos y pasa al fondo, a tomar agua. Se llama Doncan y siempre está de buen humor. Lo quieren -casi- todos.

Desde hace unos dos años, las noticias del tiempo están acompañadas por imágenes de animales. Hacía poco que estaba trabajando en el diario y la mayoría de las veces era yo la encargada de hacer las notas con los pronósticos meteorológicos. "Usá fotos de animalitos", fue el encargo de mi amigo Pedro Noli a raíz de una idea de Rody Gerez, otro de los periodistas del diario.

¿Animalitos? La idea no me convencía, pero comencé a buscar imágenes en ese mar infinito de imágenes que hay en Internet. Y así transcurrieron los meses, con perros, gatos, pájaros y hasta chanchitos que comen helado en los pronósticos. La vuelta que encontré fue buscar fotos que tuvieran que ver con las condiciones climáticas pronosticadas, o con empezar la dieta de los lunes, o con la felicidad que da que llegue el viernes. La idea es poner un granito de arena que ayude a arrancar una sonrisa, causar gracia, generar ternura; en definitiva, que ayude a comenzar el día.

Por supuesto que las imágenes del tiempo nos dan tema para hablar. Y en la redacción, nuestra línea editorial incluye entre sus ejes temáticos a la ecología, los animales y el medioambiente. En muchas oportunidades hablamos de invitar a los lectores a mandar fotos divertidas, graciosas, tiernas o llamativas de sus mascotas. Y la llegada de Doncan a la redacción reavivó la idea.

Alfredo Aráoz, también compañero de eltucumano y amigo de la vida, fue a visitarme un día al departamento donde vivo. Yo no quería salir porque había sufrido un asalto y tenía miedo. Entonces, me ofreció que fuéramos al kiosco. Por esos días, Doncan también estaba encerrado y privado de sus paseos diarios.

Ese día, salimos los tres. Y ya de vuelta, con algo para tomar, surgió la charla sobre Doncan. ¿Por qué se llama así? Curiosamente, por Guillermo Cano, "don Cano", el jefe de redacción más joven de la historia del diario colombiano El Espectador, el que tuvo a Gabriel García Márquez bajo sus órdenes y al que casi obligó a profundizar sobre la historia que desembocó en el libro Relato de un naúfrago.

Me acordé de él mientras miraba la serie El Patrón del Mal. Yo ya había leído una columna de "Gabo" sobre su exjefe y por entonces amigo que me generó una profunda admiración por ese hombre al que el nobel colombiano le rendía homenaje. Y la serie que muestra cómo Pablo Escobar hizo volar esa redacción me recordó a ese periodista. Por eso, Doncan en realidad y pese a sus múltiples apodos (Doncansancio, Don can-can, Doncanuto y otras ocurrencias), se llama Don Cano.

Como es un perro razonablemente educado, independiente y tiene el nombre de un periodista, al joven Aráoz -al que le leí la historia de Guillermo Cano- se le ocurrió que Doncan necesitaba una redacción y que nosotros necesitábamos una mascota. Lo que vino, fue simple: mandó una foto al grupo de Whatsapp y propuso incorporarlo a eltucumano. Se votó -yo no, porque me habían robado el teléfono-. Y así se sumó al equipo.

Ahora, los invitamos a que ustedes también compartan con nosotros fotos de esos perros que juegan en la lluvia o de los gatos que se adueñan de los teclados de computadora o simplemente, de esos que se echan a contemplar la siesta. Acompañen con una breve descripción -de entre tres y cinco renglores de Word- para que las notas del clima se llenen con historias de mascotas como la de Doncan, que como nosotros, es bien de acá. 

A partir de este miércoles a las 8 de la mañana podés comenzar a mandar tus fotos a [email protected] . Para publicarlas, necesitamos que estén en buena resolución y nítidas.

Como comentaba, la primera vez que supe fue a raíz de un texto de García Márquez que leí en "Por la libre", una recopilación de textos del escritor editada por Clarín hace ya algunos -varios- años. 

Comparto un fragmento, pero el artículo completo -creo- se puede leer con un CLICK ACÁ. "Mi primera sorpresa al entrar por primera vez en la luminosa sala de redacción del nuevo edificio de El Espectador, fue comprobar que Guillermo Cano era de veras el director, con autoridad y mando, cuando muchos pensábamos desde afuera que no era más que un hijo obediente. Lo que más me llamó la atención desde el primer día fue la rapidez con que reconocía la noticia. A veces tenía que enfrentarse a todos, aún sin muchos argumentos, hasta que lograba convencerlos de su verdad. Una tarde, minutos antes de que el periódico entrara en las máquinas, se desplomó sobre la ciudad un aguacero torrencial como recuerdo muy pocos. La sensación de fracaso fue completa para quienes acabábamos de meter en el horno nuestro pan de cada día. Nada había que hacer, salvo contemplar el agua por la ventana, hasta que Guillermo Cano se volvió a decirnos:

Este aguacero es noticia.

Empezó a dar órdenes, mandó a los fotógrafos para la calle, encomendó a cada redactor una investigación relacionada con su especialidad. Al fin él mismo se sentó a la máquina, e hizo en una cuartilla simple una síntesis magistral del desastre de tres horas que acababa de ocurrir. Cuando escampó, a las seis de la tarde, la edición completa del aguacero había reemplazado a la del día, y salió al encuentro de los lectores empapados que aún no lograban regresar a sus casas en una ciudad desordenada por la tormenta".