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El taxista que devolvió la billetera: "Había mucha plata, pero no la conté, no correspondía"

Trabajadores

La historia del chofer tucumano que se volvió viral en el país: "Me llamaron para felicitarme". En la nota su número de teléfono.





El lunes a las 14, Ana María Delgado de Rosello se tomó un taxi con una amiga para un viaje corto desde calle Laprida hasta Junín al 600. Las dos pasajeras fueron protagonistas de un gran gesto de honestidad y entereza por parte de Roberto Juárez Pedraza, el chofer del auto.  

Una vez que se bajaron del coche, Roberto siguió su camino para buscar nuevos clientes. En el semáforo de la esquina un bulto en el asiento trasero llamó la atención del chofer. Volteó para mirar y se encontró con un monedero. “Abrí para ver si tenía alguna identificación y me di con que tenía mucha plata, no la conté porque no corresponde”, recuerda.

Apenas vio esto, dio la vuelta a la manzana y se encontró a las dos señoras en la vereda revolviendo sus carteras. Les hizo juego de luces pero no lo vieron, por lo que se bajó a entregar el objeto perdido. Una vez que Ana recuperó su monedero le dio una abrazó, lo llenó de bendiciones y le quiso dar una recompensa.  

“No hacía falta que me dé nada, es un gesto que lo hice de corazón y para mí con sus bendiciones ya era suficiente”, remarca el taxista. Después que Ana insistiera mucho terminó aceptando el dinero. La pasajera le pidió el número de teléfono y le tomó una foto que luego usaría para compartir en Facebook.


“Hoy dejé mi billetera en el auto de este señor. Un descuido mío. Esperé que volviera y se diera cuenta. A menos de 10 minutos volvió a devolvérmela. Lo abracé y le dí gracias infinitas. Un orgullo tucumano. Quiero que se haga viral y que este señor sea reconocido por su noble gesto”, escribió Ana en sus redes sociales. La publicación tuvo más 16 compartidas.

“Cuando empezó a circular la foto mis hijos me empezaron a llamar y a felicitarme, me decían que estaban orgullosos del padre que tienen”, comenta con alegría Roberto. El taxista es viudo,  padre de cinco hijos.

El chofer se sube al auto a las siete de la mañana y lo entrega a las siete de la tarde. La situación económica general hace que su trabajo sea cada vez más duro, la gente utiliza el taxi solo cuando es fundamental. “Yo trabajó, lo mío es mío y lo de los otros tiene dueño”, afirma el taxista del barrio Santa Teresita.

La historia entre Ana y Roberto no terminó con la devolución de la billetera. El martes, ella se puso en contacto con el taxista porque quería que su marido conozca al chofer, un hombre de bien. Después de ese encuentro  la pasajera le pidió permiso para poder difundir su número de teléfono, 381 568-8666, para que lo llamen sus familiares.

Roberto no se considera un héroe, ni alguien que haya hecho algo extraordinario. “A mi desde chico me enseñaron a hacer el bien, eso es lo que hice y espero que sirva como ejemplo para los que me rodean”, concluye.