Al ritmo de cumbia y el folclore, un domingo de carnaval en Lastenia

El humo de las parrillas, la cumbia sonando desde los parlantes en la vereda y el olor a espuma perfumada en los alrededores del Club  Social Lastenia componen el paisaje de un domingo de carnaval. Niños y adultos van temprano para el club para no perderse el espectáculo infantil mientras en la vereda los jóvenes se juntan a tomar un par de vinos para apaciguar el calor antes de entrar.

Dentro del club hay juegos para niños, sillas y mesas en la zona más lejana del escenario. En la zona techada se encuentra el escenario armado arriba del techo de la cantina y los vestuarios del club. Por ese techo pasarán en un par de horas Chiquino, Chili Fernández, Tito y la Liga, Los del Fuego, Los Iracundos y Tambó Tambó. 

“Nosotros siempre buscamos que haya una banda tucumana, un artista de folclore y un espectáculo para niños porque queremos que este sea un carnaval para toda la familia”, explica Luciana Moyano, una de las organizadoras del evento.  Esa intención se ve en lo heterogéneo del público que apenas pasado el mediodía va llegando al club.

Mientras la gente circula entre las barras de las diferentes cantinas, el presentador anuncia el show de “el bohemio soñador: Chiquino”. Pocos minutos después el público se agolpa lo más cerca posible del escenario y empieza cantar los éxitos románticos del santiagueño.

El público baila, salta, se tira espuma y emociona durante un poco más de media hora de show. Los artistas se bajan del escenario entre aplausos y comienza una maratón que se repetirá en todos los intermedios de bandas de la jornada. Un enjambre de técnicos desconecta las cosas rápido, guardan todo en los ambiles y lo suben a las combis que trasladan a los artistas de carnaval en carnaval.

Con más de cuatro mil personas dentro del club se sube al escenario el Chili Fernández en medio de un largo solo de guitarra. Con celular en mano canta mientras transmite en vivo para sus redes sociales. A las tres canciones suelta el móvil y se coloca el bandoneón para comenzar con una serie de enganchados románticos que hacen delirar a la popular femenina. “Si en una rosa estás tú, Si en cada respirar estás tú, Cómo te voy a olvidar”, entona el himno de Los Ángeles Azules mientras las chicas revolean su remera. 

Un matiz diferente presentó el show de Tito y Liga: Un público mucho más exacerbado y con ganas de agitar. “La primera vez que vine a este escenario me saludó un grande, Leo Mattioli”, recuerda Tito y empieza a cantar. Vestido totalmente de negro y con una remera que le tapaba la cara a modo de pasamontañas el cantante enganchó una cumbia atrás de otra mientras bailaba. Cuando empezaba a cantar la última canción vio como la policía sacaba con vehemencia a un joven. “Para para, son dos grandotes contra un pibe así no vale. Yo los vi, le están pegando”, denunció Tito y se retiró del escenario entre el aplauso de la gente. 

A un costado esperaban su turno con ansias los chicos de La Bancada. “Es difícil tocar para un público tan tropical como este pero armamos un repertorio para mantener la gente arriba”, comenta Rodrigo Paz, guitarrista y cantante del conjunto folclórico. Su plan no falló. En base a carnavalitos y huaynos se ganaron al público para ponerlo a bailar.

Cuando se hacía de noche, la gente seguía ingresando al club y todavía quedaban tres conjuntos para que finalice el carnaval. La cerveza circulaba entre los concurrentes y las ganas de bailar se hacían más fuertes pese a que el calor no dio tregua.

Juan Carlos "Banana" Mascheroni, cantante de Los Del Fuego, desentona “Persiana Americana” desde el escenario para luego seguir con “Suavemente” y “De Música Ligera”. Mascheroni canta quieto, mirando al cielo y con un chupín de jean celeste más acorde con el estilo de El Chili Fernández. 

Las dos bandas restantes prometían un show para los amantes de la cumbia del recuerdo. En impecables trajes oscuros subieron a escena Tambo Tambo y Los Iracundos. Haciendo un repaso por los hits de todas sus épocas las bandas fueron dándole el cierre a un domingo carnavalero.

Afuera, en Lastenia la ciudad despedía a los visitantes con un puesto de choris en cada esquina. La gente se fue con la alegría de haber pasado una jornada a pura alegría y con la idea que el domingo deben volver porque es el último domingo de carnaval.