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Todos por el Cambio

Opinión

El abogado Julio Picabea (h) sostiene que una de las conclusiones que se desprenden de las PASO es que "la cuestión económica prima sobre el big data y el marketing político: cuando llega la hora, la gente vota con el bolsillo"

Los números de la economía, más que el Big Data y el marketing político, definen el voto de los argentinos.


La semana comenzó convulsionada. Las elecciones primarias del domingo, donde no se decidía nada, pareciera que decidieron casi todo. El triunfo del Frente de Todos por 15 puntos de diferencia sobre Juntos por el Cambio, modificó el escenario político de cara a las elecciones generales de octubre y agitó las aguas del mercado finaciero. Con una depreciación del peso de un 25% y un resultado electoral muy difícil de revertir para el gobierno nacional, la cuestión transcendental debe ser garantizar la gobernabilidad y mantener la estabilidad financiera durante los próximos meses.

La materia electoral para el gobierno nacional debe pasar a segundo plano para piorizarse el abordaje urgente de la cuestión económica. En todo contexto de crisis debe asumirse rápidamente la anormalidad de la situación y comunicar certezas a la población. Las decisiones que se tomen en pos de calmar la crisis no deben descuidar el mediano y largo plazo. Debe primar la madurez política y el diálogo para afrontar el camino, primero hasta octubre, y después hasta diciembre. La mirada debe estar puesta en los argentinos.

El condimento principal de estas PASO fue haber actuado como una elección general; han definido prácticamente quién será el próximo presidente aún sin haberse desarrollado formalmente la elección presidencial. Esto abre aún más interrogantes sobre las virtudes de esta herramienta electoral, que en situaciones como esta, generan contextos de díficil gobernabilidad y un proceso demasiado amplio de transición.

Además, las primarias nos dejan algunas cuestiones interesantes para analizar: 1) Es díficil medir certeramente la intención de voto. Ninguna encuesta reflejó el resultado arrojado por las PASO; 2) Pareciera que la cuestión económica prima sobre el big data y el marketing político. Cuando llega la hora, la gente vota con el bolsillo; 3) El escenario político argentino es bipolar: se encuentra acentado sobre el eje peronismo-antiperonismo. Desde 1945 hasta la fecha, son las dos grandes ficciones orientadoras.

Una cuestión que será interesante analizar en los próximos días será la estrategia que llevará adelante el Frente de Todos, en pos de mantener y aumentar su base de sustentación de cara a una elección de octubre que aparenta polarizarse aún más. Seguramente irá en busca del electorado lavagnista. Por su parte, Juntos por el Cambio, buscará hacer lo mismo intentando atraer al votante de Espert, Gómez Centurión y a la porción del electorado que no asistió a votar en las PASO. La búsqueda del votante de Roberto Lavagna entrará también en la estrategia. El objetivo será acercarse lo máximo posible al Frente de Todos.

Ante un resultado que parece sumamente díficil de revertir para el gobierno, lo importante debe ser garantizar una transición ordenada y pacífica, primero hasta las elecciones generales de octubre, y después hasta el 10 de diciembre. En ese camino, en caso de que se reafirmen los resultados de las primarias, lograr romper con la denominada “alternancia imperfecta” de gobiernos no peronistas a peronistas, que impera en la arena política argentina desde 1983, sería un gran logro para nuestra democracia.

Julio Picabea (h) es Abogado, Magister en Políticas Públicas y Presidente de la Fundación Proponer.