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El Santo y Perón, una sola pasión

OPINIÓN

Por Juan Pablo Páez*

El escudo del Partido Justicialista flamea en el corazón de la hinchada. La foto de es de Esto es San Martín.


Cuando empecé a escribir estas líneas terminaba el 17 de octubre. Horas antes había recibido la propuesta para escribir sobre San Martín y Perón, en ese instante me vi sorprendido y me generó una consulta a mí mismo: ¿qué une al Club San Martín con el Peronismo? ¿Qué hace que sea Ciruja y Peronista a la vez y me genere un enorme orgullo serlo?

Luego de pensar un rato agarré mi anotador, y comencé a intentar descifrar el porqué: ¿será porque me gustan las gestas históricas? Como aquel 17 de octubre en el que hombres y mujeres decididos a luchar por Perón y la felicidad de Pueblo viajaron desde distintos puntos del país a pedir por su líder. O como en 1812 cuando el gran Gral. Belgrano en la zona de lo que hoy llamamos Ciudadela juntó a su grupo de “decididos” para luego librar y ganar la Batalla de Tucumán.

¿Será porque queremos estar siempre? Por este motivo es que podemos viajar kilómetros y kilómetros solo para participar de un acto de una hora escuchando a quien es nuestro referente político o ver dos tiempos de 45 minutos a nuestro equipo adentro de una cancha y volvernos a casa como si nada, como si estuviésemos a una cuadra.

¿Será porque nos gusta la liturgia? Saber que cuando hay acto, vas a encontrarte unas cuadras antes con los compañeros para salir de ahí con bandera en mano para ir a amontonarte en lugar de la concentración mientras al ritmo de los bombos y los redoblantes te desgargantás cantando la marcha peronista, como cuando vas a la cancha y la juntada ineludible es en la Pellegrini y Roca para refrescarse con algo antes de entrar al estadio más caliente del país, donde también dejás la garganta en la tribuna pero en esta ocasión prometiendo dar la vida por los colores. El infaltable “Chori” de la salida se repite en ambas ocasiones.

¿Será porque somos populares? ¿Por tener entre nuestros afiliados y masa societaria el mayor porcentaje de laburantes y gente perteneciente a las clases populares? Esas que forman la columna vertebral del Peronismo, que son capaces de dar hasta lo que no tienen por la felicidad de un compañero, o aquellas que formaron la identidad del club, en el ya desaparecido Mercado de Abasto, donde se rompían el alma toda la semana hombreando bolsa y cajones de verdura para llegar al fin de semana con unos mangos en los bolsillos y dejarlos en la boletería del club, guardando cuidadosamente lo justo para pagar el boleto del colectivo y comprar esa bolsa de mandarinas, que las degustabas al sol, como un manjar gourmet, mientras esperaban el comienzo del partido.

¿Será porque se nos meten en el corazón los dirigentes que dejan obras? Como las que dejó el General, diseminando por todos los rincones de la Patria, escuelas, hospitales y viviendas, o el Complejo que nos dejó EL GRAN Natalio Mirkin, complejo que muy merecidamente hoy lleva su nombre.

Luego de escribir estas preguntas y respuestas sin estar tan convencido si esas eran  verdaderamente las razones que los asemejaba, recordé una frase dicha en una película argentina: “Una pasión es una pasión”. Ahí me di cuenta qué era lo que los unía.

Al Peronismo y al Santo tucumano los une la pasión, saber que más allá de que las cosas vayan mal y que puedan ir peor, sin importar nada, se las sigue, se las persigue, se las sufre sin dejar nunca de disfrutarlas y que no se las puede dejar nunca de lado ni cambiarlas, porque: “El tipo puede cambiar de todo… pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión”.

*Afiliado peronista y socio de San Martín.