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Un gran retroceso

opinión

El músico tucumano Juan Falú reflexiona sobre la degradación de la cartera de Cultura de ministerio a secretaría.

"Manifestación" de Antonio Berni.


Toda esta reforma planteada supone una gran degradación institucional. Es coherente con la idea de achicar, reducir gastos, pero siempre a un precio altísimo. Y si el precio del achicamiento macrista ha sido el encarecimieno de la vida para las mayorías populares, ahora se comprueba dramáticamente que es también el de la degradación institucional en este caso. En particular, pensando en la Cultura reducida a secretaría, “rebajada” de un lugar que había alcanzado, después de mucha lucha de por medio, supone un gran retroceso. Es desandar un paso histórico que habíamos aplaudido con entusiasmo, muy poco tiempo atrás, todos los actores directos o indirectos de la cultura. Por eso en este caso la degradación se siente más. Y es coherente con la miopía de un gobierno con mentalidad empresaria, y por tanto incapaz de comprender y abarcar los sentidos estratégicos y trascendentes del quehacer cultural en una sociedad.

Pero, volviendo a lo que significa en general esta reforma, lo que pienso es que la excusa de la crisis vino de perillas: calzó justo en una concepción preexistente. Es decir, para una concepción empresaria, para la idea de administrar un país como una empresa, la búsqueda del achicamiento estuvo presente desde el primer día. No es una consecuencia, es un objetivo. El neoliberalismo busca un Estado pequeño, no le interesa cuidarlo como regulador de todo el accionar económico privado, no le interesa sostenerlo como un proveedor de servicios que no tiene por qué dar ganancias, no cree que ese sea su rol. Y avanza achicando hasta donde puede, hasta donde lo dejan. La crisis, entonces, resulta una excusa perfecta.

Por supuesto que la cultura y la educación deben ir de la mano, siempre, y no es posible concebir políticas culturales separadas de lo educativo. Pero lo que necesitamos es que se potencien, no que se fundan para que una y otra se achiquen. Al mismo tiempo, vivimos todos esos embates con una gran movilización. En la Unsam, por ejemplo, la movilización histórica de todos los claustros logró frenar el intento de expropiación de parte de los terrenos que son de la universidad. Y venimos de la contundente marcha universitaria de la semana pasada, con tanta fuerza. El país está movilizado, la resistencia en las calles se hace más intensa. Y vamos a tener que anotar para el futuro que todo lo que se logre de aquí en más, será en gran parte mérito de la movilización popular. Algo que no hay que subestimar, jamás.

* Artista popular y director de la Licenciatura de Música Argentina de la Unsam.

Columna publicada en Página 12