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El fin del Fondo Soja, otro golpe a la Argentina profunda

Opinión

El exdiputado nacional y actual referente de Unidad Ciudadana Tucumán, José Vitar, analiza el impacto de la derogación de fondos a las provincias ejecutada por Mauricio Macri a la luz de la historia marcada por el centralismo porteño.


La derogación del Fondo Federal Solidario Soja (FFS), revela la insensibilidad y voracidad del ajuste que ejecuta el gobierno de Mauricio Macri por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se entregó. Pero, al mismo tiempo, actualiza el debate sobre la relación financiera Nación-Provincias, que desde la dictadura militar en adelante, viene degradando el federalismo. 

Al expoliar los recursos provinciales, los gobiernos neoliberales promueven un país cada vez mas desigual. No sólo nos arrebatan nuestro dinero, también las grandes obras e inversiones públicas se concentran en el puerto y la pampa húmeda, en desmedro de la Argentina profunda. 

Es falaz el cínico discurso macrista que sostiene que el Fondo Sojero es una "dádiva" para compensar el 15% de la masa de impuestos coparticipables que la Nación retenía a las provincias ilegalmente desde el  menemismo, cuya devolución dispuso la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) en diciembre del 2015. 

La Nación debiera pagar a las provincias decenas de "fondos sojeros" para compensar lo que les arrebató.  

La agresión al federalismo comienza en 1978, cuando José Alfredo Martínez de Hoz transfirió a las provincias, sin los correspondientes recursos, servicios sanitarios, escuelas y hospitales, contribuyendo a desfinanciar los estados provinciales.   

En el caso de nuestra provincia, esa agresión fué mayor, porque fue de la mano del cierre de ingenios y el levantamiento de ramales y fábricas ferroviarias, a lo que se suma la desregulación azucarera en los 90 que, al pulverizar el precio del azúcar, nos privó del ingreso de miles de millones de dólares. 

Recuperada la democracia, en 1988 (Alfonsín), se sancionó la Ley de Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos que dispuso que para las provincias se destinara el 56,7% y para la Nación el 43,7% del total recaudado. 

Luego Carlos Menem y Domingo Cavallo, privatizaron el sistema jubilatorio, y para cubrir el enorme déficit fiscal que provocó desviar los ingresos a las AFJP, diseñaron los Pactos Fiscales Federales I y II, apropiándose de los recursos de los estados provinciales.

Dichos "Pactos" les permitieron detractar a los mismos mucho más que el 15% que la Corte devolvió a las provincias

Además nos despojaron del 11% de la recaudación específica de IVA y el 30% de la del Impuesto a las Ganancias. Una masa formidable de recursos, que profundizó la división del país en dos: la Argentina suculenta del puerto y la Pampa Húmeda por un lado. Y otra del interior pobre y raquítico.

Ese despojo tornó letra muerta la ley de 1988, asi como el mandato de la Constitución de 1994 de dictar una nueva ley, lo que nunca se cumplió. Hoy la Nación se queda con el 57% y las provincias con el 43% restante, invirtiendo la relación.

El Fondo Federal Solidario, nos corresponde de pleno derecho; derogarlo afectará aún más a la calidad de vida de los tucumanos, que venimos ya soportando brutales tarifazos y una inflación galopante que destruye el salario, y amenaza la continuidad de las pequeñas y medianas empresas. 

Nuestros diputados y senadores nacionales deben impulsar en el Congreso la derogación de este infame DNU por el cual el gobierno de Cambiemos acaba de asestar este nuevo y cruel zarpazo a las provincias argentinas, como así también modificar el Presupuesto de la Nación para el año 2019.