Top

La demolición de la historia tucumana

Opinión

Ante la noticia de la demolición de la casa del ex gobernador Miguel Campero, el historiador Agustín Haro analiza la falta de conciencia sobre el valor patrimonial, histórico e identitario que tienen los edificios que narran parte de la historia de todos.

La imagen fue tomada por Ana Gabriela Sánchez (Facebook Monumentos Vivos)


v v



Una nueva demolición, "una más y van..." podríamos decir. La casa de una de las grandes figuras de la historia política tucumana, Miguel Mario Campero, ubicada en 25 de Mayo al 700, está siendo demolida para levantar en su lugar un gimnasio. Una casa con historia, con un valor más allá del arquitectónico, que tranquilamente podría haberse convertido en un pequeño museo. Este espacio podría haber ayudado a la difusión cultural e histórica de la provincia, pero no, en su lugar tendremos un gimnasio de alta gama.

Y no es denostar el emprendimiento comercial que tranquilamente podría haberse realizado en otro lado, pero ¿sabían a quién perteneció esa casa? ¿sabían de la importancia histórica de esa casa?. Los organismos encargados de la protección patrimonial, ¿conocían de este grave procedimiento que corrompe la memoria histórica de los tucumanos? ¿Interesa a los políticos estos sucesos?. A veces creo que las preguntas se responden por sí solas ante los hechos. Es necesario poner en funcionamiento una legislación firme en la provincia que busque evitar la pérdida patrimonial (tanto en la capital como en el interior), estamos perdiendo nuestra identidad histórica en favor de inmensos edificios, cocheras y gimnasios, que ante la falta de previsión traen consigo muchos inconvenientes en la vida diaria de la ciudad.

El rescate de la Casa Sucar, una muestra arquitectónica de avenida Salta al 500 significó un gran avance en esta lucha por el mantenimiento del patrimonio arquitectónico e histórico de la provincia. Podía significar un momento clave que le posibilite a todos los tucumanos poder conservar aquellos espacios que forman parte de una historia de la vida cotidiana. Sin embargo, desde aquel momento hasta hoy, numerosos terrenos fueron perdiendo sus ladrillos con los golpes de la piqueta: un frente de dos pisos antiguo en Santiago al 800, una casa antigua en Ayacucho al 300, casas pintorescas por calle Mendoza al 100 y 200, y recientemente se puede mencionar el abandono y cierre para demolición del antiguo edificio de la Acción Católica (San Martín al 200), el extraño estado del antiguo hotel La Vasca (Mendoza al 200) el cual estuvo en alquiler y parecieran haber podado (o derribado) los árboles que decoraban el patio de esa casona. Este último podría ser aprovechado por el municipio para mantenerlo, devolverle su esplendor y en base a su estilo, poder realizar algún emprendimiento turístico municipal que glorifique la arquitectura del ex-hotel, con sus techos altos y espacios frescos.

En fin, con este boom inmobiliario y la inacción de quienes tendrían que tomar cartas en el asunto todos estamos perdiendo nuestra memoria histórica y nuestro patrimonio arquitectónico, algo inadmisible. Con esto quiero dejar abiertas la pregunta, ¿qué esperan los responsables para cambiar ésto?

Mini bio del autor: Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Alumno admitido del Doctorado en Humanidades (UNT) y director de Revista Historia para Todos. 



v v

v