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César Carrizo, el artista tucubano más cerca de la revolución

HISTORIETAS DE ACÁ

Viajó a La Habana para una operación en el ojo izquierdo, se quedó 72 días y cambió su forma de mirar el mundo. Docente, historiador, investigador e historietista tucumano, siguió viajando y reunió la historia menos conocida de la Revolución Cubana. La presenta en el Virla. Imperdible.

César Carrizo hace escuela.





Esta es la historia, la historieta, de un viaje fundacional en la vida de un hombre. César Carrizo nunca más volvió a ver el mundo de la misma manera, literalmente, después de aquella travesía del 99 cuando fue a Cuba. Un trasplante de córnea fue el motivo. Como guiño cómplice, el ojo izquierdo fue el operado: “El ojo izquierdo que es el punto de vista socialista, de ahí que soy un tucubano”, sonríe el docente, investigador e historietista que expone la Muestra “Patria Grande - Homenaje a los 60 Años de la Revolución Cubana en Historietas”, su mirada en las paredes del Centro Cultural Eugenio Flavio Virla hasta el domingo 8 de Diciembre.

“Es un homenaje a la Revolución Cubana, el 1° de enero de 1959, después de años de lucha en la Sierra Maestra con el apoyo de las ciudades y mucha lucha en el mismo Oriente cuando Castro y sus seguidores derrocan a Batista. "Más allá del hecho histórico que significa, siempre lo he visto como una parte de nuestra historia latinoamericana que no se cuenta en las escuelas, no se habla en las familias. Uno las descubre. Lo mismo pasa con la guerra de La Triple Alianza, la Guerra de Malvinas, o Tupac Amaru. Son hechos que han marcado a nuestra Latinoamérica y deberían ser objetos de estudio como una forma de entender los procesos que nos llevan a ser lo que somos hoy: un continente con tantas cosas en común, pero que lamentablemente conocemos muy poco uno del otro”, traza Carrizo la línea temporal que empezó en 1999 con el primero de los cuatro viajes que realizó a Cuba, 72 días y 72 noches con el fin principal de una búsqueda de historias paralelas de los héroes anónimos de una de las mayores revoluciones que ha visto el mundo contemporáneo.

“Desde mi rol como docente, como investigador, hago un proceso de investigación muy amplio: "Conocí al general Enrique Acevedo y a su hermano Rogelio, quienes ya en el año 58, en plena guerra, eran apenas dos jóvenes de 14 y 15 años que pelearon junto al Che. Aparecen en la película de Soderbergh que protagoniza Benicio del Toro. En el año 97 Enrique Acevedo escribe el libro Descamisado: para uno que es argentino y peronista, desde el nombre te llama la atención. Ellos aparecieron en mi búsqueda de historias paralelas que explican la Revolución: El Che, Camilo, Fidel, Raúl… son los popes, pero no podrían haber hecho nada si no fuera por mucha gente que ha ofrendado su vida”, sostiene el compañero Carrizo, y profundiza: “Uno hace un paralelo de esta historia con otras posibles: te encontrás un diario de 1813 de un granadero de San Martín contando cómo fue el Combate de San Lorenzo, y eso es otra forma de contar la historia. Uno busca ese tipo de relatos. O la de otro granadero que haya cruzado Los Andes. O de un soldado que haya combatido en Malvinas. Son otros puntos de vista. Esas son las historias que me interesan”.


Durante esa búsqueda, hay un libro maravilloso, mágico, todo marcado, anotado, garabateado, arrugado por las manos que dibujan y por la lluvia de La Habana: “Me impactó Descamisado:  Enrique Acevedo, quien me ha proporcionado material muy valioso que me ha permitido conocer profundamente lo que fue la Revolución Cubana. Insisto: es una materia pendiente, no solamente la Revolución Cubana, la Revolución Mexicana, la Revolución Sandinista, todos procesos que permitieron la liberación de los Pueblos, procesos que para muchos sectores que son los que manejan los sistemas, representan un mal ejemplo, pero que pueden despertar ideales en mucha gente. Por eso hay que acercarlos de todas las maneras posibles y esta muestra de Historietas es una forma de hacerlo”.

Además de Ilustraciones originales, bocetos, fotos, se presenta en el Virla por primera vez, una reliquia histórica como el Álbum de Figuritas original de la Revolución Cubana del año 1959. Esta Muestra viene viajando y presentándose desde Cuba hasta Tucumán, desde la Vitrina de Valonia en La Habana Vieja hasta el Congreso de Educación en la Facultad de Filosofía y Letras, desde la Casa Museo del Che Guevara en Alta Gracia hasta la Embajada de la República de Cuba en Buenos Aires. “Es una muestra que ha generado interés, preguntas. Una de ellas es por qué no se conoce este tipo de relatos, por qué como latinoamericanos no conocemos nuestra historia latinoamericana. El relato del libro Descamisado comienza cuando estos hermanos Acevedo escapan de su ciudad  Remedios, realiza una descripción mágica de los paisajes, de las personas que aparecen en el camino, lejos de la narrativa militar histórica. De hecho, Descamisado es el primer relato que tiene este tinte, ahí radica la riqueza del diario. Y he agregado experiencias personales como cuando voy a leer el libro por primera vez al Malecón. La idiosincrasia del cubano es muy parecida a la del tucumano: habla mucho con las manos en movimiento, le preguntás una calle y no es capaz de decirte no sé, y también son capaces de acompañarte tres cuadras para certificar que llegués. El cubano es muy metido, muy curioso, pero muy solidario, muy amable, un pueblo con el que uno se identifica mucho. Dentro de este proceso de contar la Revolución Cubana hago pantallazos al contar los hechos, como cuando en el relato entran Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, los músicos más conocidos por Buena Vista Social Club, quienes son atemporales, o cuando en El Padrino Michael Corleone va a Cuba, vuelan un auto y un joven grita: ‘¡Viva Fidel!’. Tiene esos condimentos tomados del cine”.


Es un viaje el emprendido por César Carrizo, cargado de momentos propios de una película en la cual él mismo es el protagonista: “En un jeep Land Rover azul doble tracción del 56 recorrimos toda La Sierra Maestra hasta El Jíbaro, que es como San Javier, una punta del cerro, donde están los bohíos, las típicas casas cubanas, donde están todavía los agujeros diagonales de las balas de los aviones de la guerra. Desde El Jíbaro partió la columna invasora del Che que luego toma Santa Clara. Acevedo destaca sobre El Che algo que aplica a su libro: les exigía a los combatientes que contaran la verdad sobre un hecho puntual, reuniendo varios testigos de ser posible. El mismo Che cuenta que dos veces tuvo miedo y salió corriendo porque no le andaba el fusil. Hay historias fantásticas. Uno que admira los ideales del Che, todo me llega mucho, estar trabajando con personas que estuvieron con él y le siguen llamando: ‘Mi jefe El Che’. A Enrique Acevedo, el Che le decía Enriquito, y así lo menciona en el libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria, era el rebelde entre los rebeldes. Y antes de irse a Bolivia había pedido por él y por el hermano para que lo acompañaran. Cuando se descubre que el Che estaba en Bolivia, muchos rebeldes se preguntaban: ‘¿Qué hice yo para no estar convocado?’ Se sentían mal por no haber ido a dar su vida por la Patria Grande. Y a los hermanos Acevedo les dijo el propio Fidel por qué no fueron a Bolivia: ‘Ustedes eran muy jóvenes para ir’. Así concluye el libro Descamisado, que tiene el prólogo de Raúl Castro y que pueden ver hecho Historietas en el Virla”.

Una película en la vida de César Carrizo que continuó en sus viajes sucesivos, siempre bajo el sol de La Habana, escribiendo historias, datos, escuchando relatos entre comidas, música, una cerveza con, Faty, Mayra y Calixto, un viaje de un docente que cambió su forma de ver las cosas en el lugar de los hechos, dispuesto a llegar a dedo, consciente de que ninguna muestra es capaz de llevarte a ese lugar: “Si querés saber sobre Cuba tenés que ir a Cuba”, sentencia César Carrizo, quien siempre que puede viajará a Cuba, pero no puede dejar Tucumán: “Eso lo aprendí allá: hay que ser coherente y volver a tu tierra”. Es por eso que desde aquí se prepara para el gobierno que asumirá el 10 de diciembre, el de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner: “La política de Estado es fundamental. Para volver al principio de lo que hablábamos, para contar las historias que atraviesan a Latinoamérica, para narrar y dibujar las historias de los pueblos de la Patria Grande, necesitamos espacios con los docentes en las aulas que las comprendan y divulguen a esas historia, pero todo parte de una política de Estado. Es una muestra que tiene como fin convertirse en un libro de autor que cuente la Revolución Cubana a través de una historieta, que luego pueda ser leída en la Patria Grande. Eso”.