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"Me perdí el gol por ella": la mágica historia de amor en Ciudadela

HISTORIAS DE ACÁ

Federico entró sobre la hora a la cancha de San Martín y quedó cerca del alambrado, donde una alcanzapelotas le hizo olvidarse del partido y del mundo: "Cuando la vi ya no pude dejar de mirarla". Qué hizo y qué hará.

Fede se enamoró en Ciudadela y ya tiene un plan para la conquista.





“Cuando la vi me enamoré, me enamoré como por vez primera /
Con ella sí mi amor sembré, e iluminé con luz de primavera”.

“Era tan linda…”, suspira Federico el día después del triunfo de San Martín. Es el día lunes, este día donde no puede dejar de pensar en ella, y hasta puede cambiarle una partecita a la canción que tanto canta: “Conocí en Ciudadela al amor de mi vida”. Un amor a primera vista, el primer capítulo de la historia de un amor que empezó ayer domingo cuando el hincha que anda con el corazón expectante salió de su casa en Los Pocitos con su hermana Noelia y ya en la Pellegrini se encontró con los amigos para hacer la previa. “Siempre voy arriba en la Pellegrini, abajo del cartel de San Iginio, pero ayer entramos tarde, sobre la hora y ya no se podía subir. Así que me quedé abajo, no pegado al alambrado, pero en los primeros escalones. Ahí la vi y ya no pude dejar de mirarla”.

A quien no pudo dejar de mirar es a la alcanzapelotas que estaba ahí, a metros de Fede, tan cerca, tan inalcanzable, con todo el sol que revienta y pega de frente sobre la Pellegrini, ahí, ella con la pechera amarilla, el pantalón negro con el escudo de San Martín, con una pelota siempre cerca y los botines pisando el verde césped de Ciudadela, dándole la espalda a los hinchas, escuchándolos cantar, incapaz de saber que entre toda esa marea de varones y mujeres estaba Fede, llamándola con la mirada, queriéndole decir algo que atraiga su atención, imaginando hasta la primera cita cuando Noelia, la hermana de nuestro enamorado, le pegó un codazo y le dijo: “¿Qué te pasa? ¿Adónde estás?” Lo relata él: “Nunca me había pasado. Desde chiquito voy a la cancha y siempre me gusta ver el partido. Pero no podía dejar de mirarla. Mi hermana se dio cuenta y se la señalo: ‘Ella es, mirá qué linda es’, le cuento. Y mi hermana me cargaba: ‘Qué te va a dar bola esa’”.

Mientras San Martín iba sin ideas a buscar el gol del triunfo, Fede seguía deslumbrado por la chica que alcanza la pelota: “Cuando terminara el partido iba a bajar a pegarme al alambrado para decirle algo, preguntarle el feis, pero cuando llegué a bajar los escalones ya no estaba, se me estaba yendo y si le gritaba algo no me hubiera escuchado. En eso me quedé pensando: era alta, medio cuerpuda, blanquita, pelo negro, estaba para el lado de la Bolívar. Canchereaba con la pelota, hacía jueguito, era hermosa”, suspira el Ciruja de 25 años que hasta se perdió el gol de Pons por la mujer que lo enamoró.

“Me perdí el gol por ella, pero no importa. La estaba mirando cuando un amigo me empuja y me abraza: ‘¿Gol? ¿Quién lo hizo?’ Te juro, chango, no caía. Hay muchas hinchas lindas en la cancha. Mi amigo me decía: ‘Mirá qué linda esa’. Y yo le decía: ‘Es más linda la alcanzapelotas, mirala’. Así que no me pude quedar con los brazos cruzados”, relata Fede, quien hoy empapeló los muros de las páginas partidarias del club blanqueando su amor que solo el tiempo dirá si es correspondido o no. Escribió: “Ayer me enamoré de la alcanzapelota que estaba debajo de la tribuna Pellegrini para el lado de la Bolívar. Por su culpa me perdí el gol de San Martín”.

Los hinchas empezaron a comentar la publicación y sugirieron que se trataba de Iris Delgado, también alcanzapelotas y jugadora de San Martín B. “Ella no es. Me dijeron que se llama Juliana. Así que el próximo partido voy a ir pegado al alambrado, cerca de ella, con un papel escrito con mi teléfono: ‘Tomá, mi número’, le voy a decir. Si a ella le gusta, me va a mandar un whatsapp. Y si no, no, ¿qué se le va a hacer?”