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Vivir por y para San Martín: La Colo Miranda

DÍA DE LA FUTBOLISTA

Soledad es arquera, capitana y fanática de San Martín. Además, es una de las pioneras del fútbol femenino en la provincia. "Había chicas que tenían que ir a escondidas a entrenar", recuerda hoy, en el Día de la Futbolista.





Cuando en el año 1997 San Martín incorporó el fútbol femenino como disciplina, ella estaba ahí. Más de dos décadas después, en agosto de 2019, cuando San Martín definió la final del campeonato de la Liga Tucumana con Atlético, también estuvo ahí.


Soledad Miranda Villagra tiene 39 años y una pasión por los colores que la desborda: "Es mi segunda casa", dice cuando habla del club de Ciudadela.





Este miércoles 21 de agosto se celebra en todo el país el "Día de la Futbolista", en honor al seleccionado argentino de mujeres que en 1971 derrotó 4 a 1 a Inglaterra en el primer mundial en el que participaba. Elba Selva fue la autora de las cuatro conquistas de un día histórico para la disciplina. Aquel certamen no era organizado por FIFA y se conoce como "Mundial invisible".


Más de 40 años después, aquel partido se recuerda en Tucumán, de donde es la "Colo", la arquera y capitana del primer equipo de las Santas, con una trayectoria extensa y cargada de momentos imborrables. "Me acuerdo que jugaba al tenis en el club cuando surgió la idea de armar un equipo de fútbol femenino. Yo estuve en aquel primer entrenamiento, y al poco tiempo ya jugamos el primer clásico. Comencé jugando de número 7, por esa época hice algunos goles y salí en el diario", cuenta con una sonrisa.





Allí comenzó su historia con el fútbol. Un camino lleno de adversidades, pero también de conquistas. "La tuvimos que pelear mucho en el club, para tener nuestro propio lugar. Fue muy difícil y de a poco fuimos ganando y ocupando espacios. Además era una época en la que la gente te gritaba cosas, te menospreciaba. Había chicas que tenían que ir a escondidas a entrenar, o que hacían goles en los partidos pero nos pedían que su nombre no aparezca en el diario, para que la familia no se entere".


Por suerte, esos problemas parecen ser parte del pasado. "La cosa cambió mucho, y a mi me da orgullo haber sido parte de la generación que peleó para que hoy estemos como estamos", dice con el pecho inflado. Y agrega, "la lucha de la mujer en los otros ámbitos de la sociedad nos ayudó mucho a las mujeres del deporte, se fueron ocupando espacios que antes ni ahí podíamos ocupar. Está costando, pero la sociedad está aceptando de a poco que la mujer puede hacer cosas que antes parecían destinadas solamente para hombres".





Además de defender el arco Santo, Soledad es profesora de Educación Física en el Instituto Pellegrini, y una apasionada por el deporte. "Sigo siempre a San Martín, en la cancha tengo butaca y si juega afuera estoy prendida a la tele. Pero también veo a los otros equipos, y a los otros deportes, veo todo lo que puedo, es algo que me encanta, e intento siempre mejorar. En este momento estoy haciendo un curso online que dicta el Barcelona, sobre entrenamientos de deportes en equipo, pero enfocado en fútbol".


Y lo hace, dice, porque sabe muy bien lo que quiere. "Yo ya estoy un poco grande, no creo poder cumplir el sueño que tuvimos todas las de mi generación que fue jugar profesionalmente. Así que ahora mi mayor anhelo es que mis compañeras lo puedan cumplir, poder ver en ellas el resultado de la lucha de todas las mujeres que han dejado la vida en estos años, para que tengamos estas posibilidades".