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El recuerdo de Natalio Mirkin sigue grabado en el corazón ciruja

Pope santo

Al cumplirse 25 años del fallecimiento de quien fue presidente de San Martín durante 18 años, su hijo y uno de sus compañeros en la dirigencia del club rememoraron su gestión y sus disputas con Julio Grondona y con Domingo Antonio Bussi. Fue el único dirigente del fútbol que llevó al titular de la AFA ante la justicia.





El primer ascenso del Santo a primera división, el complejo deportivo del club, la remodelación del estadio y la iniciativa de crear la Unión de Clubes del Interior para romper con el centralismo y el poder de la Asociación del Fútbol Argentino, fueron algunos de los hitos de la gestión de Natalio Mirkin al frente de San Martín durante nada menos que 18 años. Quienes lo recuerdan hoy, al cumplirse 25 de su muerte, coinciden en un punto: Natalio vivió y se desvivió por el club. 

“Era un tipo muy sencillo y de mucha palabra que le dedicó toda la vida al club porque ese era su gran amor. Le dedicó su tiempo y también su patrimonio, muchas veces, descuidando a su familia y a su empresa. Realmente llevaba a San Martín en el alma”, recuerda con palabras emocionadas Gerardo Svetliza, gran amigo y compañero en la dirigencia de la institución. “El Payo”, como lo conocen, no duda: para él Natalio fue el dirigente más importante de la historia del fútbol del interior del país. Eran otros tiempos y era otro el fútbol también: “Salimos de la liga de origen y terminamos jugando en primera. En esa época, buscábamos jugadores del interior. El 90% del plantel era de las provincias, como El Coya Gutiérrez que era de Salta o Héctor Cejas que llegó de Añatuya. Todos grandísimos jugadores”. 

A comienzos de la década del 80, cansado de la hegemonía de los clubes porteños dentro de la AFA, Natalio Mirkin se propuso crear la Unión de Clubes del Interior (UCI) para que los principales equipos de las provincias jugaran su propio torneo, ya que habían sido históricamente relegados de la primera división. El proyecto contaba con el apoyo de muchos dirigentes, pero, sobre la marcha, el entonces presidente de Talleres de Córdoba Amadeo Nuccetelli terminó acordando con el titular de la AFA, Julio Grondona. “Nos habíamos reunido en Mendoza y estaba todo acordado, pero llegando a Chepes (La Rioja) nos enteremos que nos habían traicionado”, recuerda “El Payo”. 

“Mi viejo era un tipo de convicciones importantes. Te escuchaba, pero tenías que tener muy buenos argumentos para convencerlo de que él estaba equivocado. Se ponía un norte y hasta que conseguía su objetivo no paraba”, lo recuerda Oscar Mirkin, uno de sus hijos quien también fue presidente del club de La Ciudadela. Una de esas metas que se había impuesto Natalio fue la de crear un complejo deportivo. Según recuerda su hijo, muchos creían que su sueño del complejo deportivo era una locura y que no lo iba a lograr: “Para él San Martín tenía que ser no sólo un club de fútbol, sino un club con fútbol. El club tenía que cumplir con una función social. Él tenía esa sensibilidad con la gente y mucho empeño, era un gran hacedor de cosas”. Porfiado en su objetivo, Natalio emprendió la construcción del complejo en momentos en que el país se encontraba en una crisis económica y tuvo que soportar las presiones del entonces gobernador de facto Domingo Antonio Bussi. El militar había sido tajante: o terminaba el complejo en el plazo que él le imponía o les quitaban el predio con todo lo que tenía hasta entonces ahí construido. Desafiando los plazos y el ultimátum del genocida, el 17 de diciembre de 1978 Natalio Mirkin inauguró el complejo que hoy lleva su nombre.
 

A Natalio lo recuerdan como un hombre de carácter fuerte y de armas llevar. Un episodio lo pinta de cuerpo entero: fue el único dirigente que logró llevar al ex presidente de la AFA Julio Grondona a la justicia. En marzo de 1983, la AFA había suspendido por siete fechas al estadio de La Ciudadela luego de la famosa agresión contra el árbitro Juan Carlos Lousteau cuando este se dirigía al aeropuerto de Tucumán, después de dirigir un partido entre el Santo y Argentinos Juniors. Mirkin había presentado un amparo en la justicia federal porque consideraba excesiva la sanción. La justicia terminó dándole la razón, pero los árbitros se negaron a dirigir el partido que San Martín debía jugar contra Chaco For Ever en la provincia. El juez Manlio Martínez procesó a Grondona por desobediencia judicial. Grondona tuvo que tomarse un avión desde Buenos Aires a Tucumán y del aeropuerto fue directo a tribunales. Fue la primera y única vez que Don Julio se vio obligado a rendirle cuentas a la justicia.