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El triste adiós a Roque Chávez, el hincha fotógrafo de San Martín

HISTORIAS DE ACÁ

Llegó a entrenarse con la Primera del Santo, pero un problema de salud lo llevó a las tribunas. Volvió a pisar el césped como fotógrafo en el debut del ciclo Forestello, con gol de Bieler a Los Andes. Así lo despiden Esteban del Santo y el Mocho Sánchez, colegas y amigos.

Roque y el Mocho, juntos en el banco de suplentes de San Martín. Los retrata Esteban del Santo.





San Martín se despide esta noche ante sus hinchas y recordará a uno que lo acompañó bajo sol y sombra a todas partes. Y lo hizo en una pierna, apoyado en sus muletas, estoico al lado de sus colegas, siempre con el flash listo para disparar y retratar las alegrías y las tristezas del fútbol, de su Santo querido, amado, y después de los partidos, salga como salga, unos tangazos junto a su compadre Pedro Akim, el prócer del dos por cuatro y conductor de Lejos de Buenos Aires. “Me llamó mi hijo y me dio la noticia: ‘Ha fallecido el tío Roque’. Todavía no lo puedo creer. El miércoles a la mañana había tomado un café con él en el Paseo Alem. Fuimos amigos 35 años”.

La historia de Roque Chávez con San Martín empezó, tal como lo contaba una nota de el tucumano en febrero del año pasado, con él lejos de las cámaras todavía, jugando en las Inferiores y hasta entrenándose con el plantel superior: “Fue en la época de Carol. Era cinco. Compartí ese tiempo con el Patón Guillén, el Chivo Acuña, Roque Martínez, Marchesse, todos los grandes. Después dejé el fútbol y empecé como fotógrafo en el 78, pero nunca se me había dado la posibilidad de hacer campo de juego”, contaba en aquel entonces.

Un problema de salud terminó postergando sus sueños de jugador, pero siguió de cerca a San Martín en las tribunas ya con la cámara en mano. Cuando perdió la pierna derecha, en 2015, siguió con su pasión: “Sí, ya había ido a la popular con la cámara a sacar fotos, pero me costaba mucho subir los escalones”. Ya en cancha, cuando se olvidaba de llevar un banquito como el resto de los colegas, El Mocho Sánchez lo retaba y esta noche sólo piensa en despedirlo: “Tenemos un grupo y esta noche vamos a rendirle un homenaje. Tengo en la mochila la bandera que me dio su hija Lourdes y esperamos poder desplegarla en el entretiempo”.

Un colega del gran Roque es Esteban del Santo, el Tortu, quien desde hace unos meses trabaja en una crónica sobre el amigo que se fue: “Lo empecé a conocer en la cancha. Me llamó la atención un fotógrafo con muletas en el campo de juego. Construimos una amistad. Terminé yendo a su casa porque estoy trabajando en una crónica. Era un buen tipo. En el velorio me encontré con un montón de gente conocida, gente buena, de buen corazón. Yo lo apreciaba personalmente porque tenía una buena energía. Estaba trabajando en la crónica para contar su historia de vida y esta noticia cambió todo”.

El Mocho Sánchez también es el amigo y colega que posa al lado de Roque en el banco de suplentes, como si esperaran que un técnico imaginario los llamara para entrar faltando cinco minutos y convirtieran el gol del triunfo de San Martín en una clásico bajo la lluvia: “Roque era un tipo que colaboraba. Fue fotógrafo de los jugadores que vienen y se van en seis meses, y de la gente, que está siempre. Somos nosotros los que plasmamos cómo lo está viviendo el hincha”. Y remata: “Tuve la suerte de conocerlo, fue una gran persona que, a pesar de su discapacidad, le ponía mucho entusiasmo y amor a su formar de retratar lo que significa San Martín”.

Los vecinos de Ciudadela, de Floresta, de la cancha, de la calle, del tango, despidieron a Roque Chávez este jueves y sus colegas fotógrafos (los que todos saben) se acordarán de él, justo de él que había debutado en el triunfo de San Martín contra Los Andes, gol de Bieler, cuando se había iniciado el ciclo Forestello que terminaría en el ascenso a Primera y Roque ahí para retratarlo a través de su lente, pero primero el triunfo contra Los Andes para que Roque en ese entonces declare: “El domingo dí el primer paso y también cumplí un sueño: mi primer partido en el estadio más caliente del país”.