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El sueño de Romina: fútbol femenino, profesional y tucumano

Fútbol para todas

El anuncio que hizo la AFA de profesionalizar el fútbol femenino por ahora sólo incluye a los equipos de Buenos Aires. Referentes de la disciplina aseguran que los equipos tucumanos están al nivel de los mejores del país.

Romina levantando la copa del Torneo Nacional 2018





Romina lo venía soñando desde los cinco años cuando los reyes magos le trajeron su primera pelota de fútbol. Lo soñó de nuevo a los doce cuando le regalaron su primer par de botines, unos Loto de 13 tapones. Y ese sueño se volvió casi palpable cuando jugó la Copa Libertadores con San Lorenzo. Y de nuevo cuando la convocaron a la selección nacional. Pero aún faltaba. Y todavía falta un poco más. Romina es RR7 y junto al “Pulga” más famoso de la provincia, han sido los únicos (el único y la única) futbolistas tucumanos de nuestra era en vestir la casaca de la selección. Los dos Rodríguez, los dos cracks, pero mientras él cobra sus goles en dólares, ella tiene que trabajar para poder ir a entrenar tres veces por semana con las chicas de San Martín. 

El último sábado, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia, hizo un anuncio que podría ser el puntapié inicial para zanjar esa inequidad histórica entre los y las futbolistas: la profesionalización del fútbol femenino en el país. Esa medida, celebrada con bombos y platillos, por ahora sólo incluye a los 16 equipos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Valga la irónica contradicción: los equipos del interior, se quedan afuera. Por estas latitudes todos lo saben: Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires. Y el fútbol no es ajeno a esa lógica.

“Estoy muy contenta porque esto lo veníamos peleando desde hace mucho, pero sería muy importante que en Tucumán también se profesionalice. Creo que nosotras deberíamos tener esa oportunidad”, dice Romina Rodríguez, la goleadora del Santo y capitana de la Selección Tucumana de Fútbol Femenino. A los 32 años, la futbolista confiesa que le hubiese encantado recibir esta noticia años atrás, pero la pone muy contenta que las próximas generaciones de jugadoras tucumanas puedan desempeñarse en un fútbol femenino profesional. Para eso todavía falta, Romina es consciente de que es muy difícil que ella pueda llegar a convertirse en profesional, pero sus palabras suenan honestas y generosas; con la misma generosidad con la que el año pasado, tras coronarse campeona del Torneo Nacional con la selección tucumana, cedió su trofeo de goleadora del certamen a dos jugadoras de la selección de Paraná que habían convertido la misma cantidad de goles que ella. 


“Los equipos femeninos tucumanos estamos al nivel de los mejores del país. Creo que San Martín y Atlético pueden jugar en primera como profesionales ¿Por qué no?”, se pregunta Romina que empezó su carrera en el equipo decano, pero hace 19 años que juega con la camiseta del Santo. A mediados de 2008, se instaló en Buenos Aires y jugó para San Lorenzo de Almagro la primera Copa Libertadores de fútbol femenino. Su desempeño en la primera del cuervo le valió la convocatoria al seleccionado nacional. De haberse quedado allá tal vez ahora tendría la posibilidad de profesionalizarse, pero no se arrepiente de la decisión que tomó entonces, como tampoco de lo que decidió hace unos meses cuando volvieron a llamarla desde Boedo: “Tengo sensaciones encontradas. Me llamaron para volver a San Lorenzo, pero siento que tengo todo acá: mi familia, mi trabajo y mi club. Quiero jugar hasta el último día en el club donde jugué toda mi vida”. 

A Florencio Robles, el Director Técnico del seleccionado tucumano de fútbol femenino, la decisión de AFA lo tomó por sorpresa: “Sinceramente, me sorprendió, pensaba que esto se iba a dar más adelante, cuando la selección nacional se encuentre en otro nivel, ya que actualmente está en el puesto 36 a nivel mundial. Tapia va a quedar en la historia por darle lugar al fútbol femenino. Antes, era visto como un hobby, no le daban bola”. “El Mocho”, como lo conocen el ambiente del fútbol femenino, celebró la medida, pero insistió en la necesidad de una perspectiva federal que incluya a los equipos de las provincias: “Acá en Tucumán el principal problema es económico, las chicas se pagan los traslados, la indumentaria y los árbitros. Es todo a pulmón y muchas tienen que dejar de entrenarse porque no pueden afrontar los gastos. Tenemos calidad de sobra en la provincia, si los dirigentes de San Martín y Atlético acompañan esta movida nacional creo que el profesionalismo puede llegar a Tucumán”. Robles es Director Técnico de fútbol femenino desde 2004 y siempre se ha desempeñado ad honorem, tanto en San Martín como en la Selección Tucumana de Fútbol Femenino. 

El fútbol femenino arrancó en Tucumán en 1996 por iniciativa de un grupo de jóvenes de la Escuela Sarmiento que comenzó a reunirse todas las semanas en el Complejo Natalio Mirkin del club San Martín para jugar a la pelota. En poco tiempo se sumaron nuevas jugadoras, armaron equipos, surgieron rivalidades y empezaron a jugarse pequeños torneos. Por iniciativa de las chicas que formaban los planteles de Atlético y San Martín, a mediados de 1999, se realizó el primer campeonato oficial de fútbol femenino organizado por la Liga Tucumana de Fútbol. Desde entonces, las jugadoras tucumanas empezaron a soñar con la profesionalización de la disciplina, como Romina que lo considera un paso esencial para que este deporte abandone el machismo que lo ha caracterizado históricamente en nuestro país: “El fútbol fue siempre ha sido considerado sólo para los varones, pero no es así. Hay muchas chicas que juegan mejor que los varones. Este es un deporte liberal que debería ser para todos, tanto hombres como mujeres, pero la realidad es que estamos en un mundo machista”

Romina, RR7, la goleadora, la capitana, la crack que no ha dejado de soñar ni de luchar para que su sueño se haga realidad. Pero falta, todavía falta un poco más.