Top

Sin filtros: qué es lo que pasa en San Martín

CIUDADELA

El Santo se juega una parte fundamental de su futuro en Primera este viernes a la noche contra Belgrano en Ciudadela. Cuál es el clima que se vive puertas adentro del club y cómo se preparan los hinchas para 90 minutos a todo o nada. La carta abierta a todo el Pueblo Ciruja.

Los hinchas de San Martín darán el presente una vez más en Ciudadela. La foto es de Esteban del Santo.





Cómo arrancar con estas palabras, si me siento abandonado. El amor de mi vida está sufriendo por muchos motivos: la impericia, la improvisación, los caprichos, la falta de humildad, los intereses económicos. Sabido es que los que entran a la cancha lo hacen por plata, por un sueldo acordado previamente, y por su "amor", "respeto" y "sacrificio" por la camiseta son directamente proporcionales al cumplimiento de ese acuerdo - contrato. Y cuando digo los que entran a la cancha me refiero a todos: jugadores y cuerpo técnico. Pero hoy la situación es diferente, porque aún con ese acuerdo cumplido al pie de la letra, las cosas no están bien, el clima esta raro, por no decir malo, podrido, roto. 

Entendido está que también hay muchos otros factores: el anímico que va de la mano de los resultados que no se dieron, el orgullo de cada uno y su reputación, la que se consigue siendo rectos, profesionales, y consiguiendo resultados. Este viernes a la noche se juegan muchos partidos en Ciudadela:

El de los jugadores que debutan, que sólo les queda por ganar la gloria del triunfo impensado, y poco por perder, ya que en medio de este vendaval lucen cual músicos de la orquesta del Titanic, sin más que hacer que tocar hasta caer, o simplemente caer.


El del DT enemistado con parte del plantel por decisiones que nadie en la tribuna se atreve a explicar, y mucho menos a justificar, y que aferrado al timón que ya se le resbaló varias veces, pretenderá q funcione el volantazo, esquivemos el iceberg, y los únicos que caigan del barco sean sólo los rebeldes soldados que se quejaron del rumbo de la nave y fueron apartados del juego, del manejo y el salvataje.


El del presidente del club, quien nunca dejó de ser el primer foco o centro de acusaciones, ya definitivamente solo en el manejo, luego del ensayo de acompañante que, una vez conseguida la foto deseada, encontró más placer fuera de los compromisos serios que conllevan dirigir realmente a un club tan grande como es San Martín. Acusaciones fundadas en la decisión caprichosa de correr a un DT con 4 partidos jugados por los puntos, y responsable de la contratación del 80% del plantel, o por lo menos de sus puestos, o por lo menos de... 

Otro partido aparte es el de los jugadores del club, que son pocos, pero son hinchas, y "cobran" más fuerte que los foráneos, que vienen, cobran, a veces juegan, y se van, y se pintan de otro color, y todo vuelve a empezar. Estos pibes de acá la sienten y la sufren, y así como son envidiados por vivir de adentro la gloria, también son castigados por ser los que, seguro, quedarán en el cuarto de máquinas en el fondo del mar oscuro. 

Y por último se juega el partido de la gente, de los hinchas, de las tribunas. Esas que nunca más vieron un vacío desde aquella rebeldía contra un Salame que no quería dejar el club, y las tribunas fueron cambiadas por aquella plaza Independencia. Reclamando no se a quién, no sé qué tipo de justicia, tal vez divina, que libere al club de sus amores, de las oscuras manos que lo agarraban. Es el partido de la gente que seguramente se alegrará y enojará, en 90 minutos eternos y fugaces, pretendiendo meter la cabeza en el centro, y la "pata" en el último pase del rival.

Pero dejando las simbologías y metáforas, será el partido del aliento, de la fe, del amor. Como aquel ascenso, "el de la gente" como reza la frase de la camiseta alusiva, como aquella tarde entre semana contra el otro San Martín. Contra Belgrano es el partido del hincha, el único que ama los colores y al club, el que pretende con su aliento aturdir a los rivales, empujar a los propios, y amedrentar a los de negro, que vienen parejo en contra nuestra, tanto que ya casi no duele, porque se hizo común que lo hagan, sin importar el nombre o el rival, en esa siempre salimos perdiendo.

Este viernes San Martín sale a la cancha, y su jugador mas importante no estará pisando el césped, estará en el cemento, que moverá el otro suelo plano, que aturdirá a los rivales, que amedrentará a los jueces, y que soplará esa última bola para que entre, y comience una remontada histórica y de la mano de las tribunas, todos en Primera nos podremos quedar.

*Leonardo Dumit es fanático de San Martín y el autor de esta carta abierta dirigida a todo el Pueblo Ciruja.