Emilse Ruiz, la tucumana que sueña con llevar su tenis al mundo
joven promesa
Tiene 14 años y ya llegó a ser número 2 de Argentina. “Todos quieren llegar a ser alguien, pero a veces el entorno es difícil”, cuenta la oriunda de Bella Vista.
Fotos: gentileza Emilse Ruiz.
El tenis es uno de los deportes que menos alegrías dio a los tucumanos en los últimos tiempos. De Mercedes Paz hasta la fecha, son pocos los que lograron pegar el salto a nivel nacional. Hasta ahora, que apareció Emilse Ruiz: “A veces el entorno es difícil. Este deporte es muy caro, son muchas cosas en las que hay que gastar. Los padres a veces no apoyan a los chicos, los entrenadores solo buscan entrenar a chicos de escuelita y no de competición”, relata la joven promesa tucumana.
Emilse compitió en la categoría sub-14 hasta el año pasado, logrando grandes resultados en las competencias en las que estuvo y trepando al puedo 2 del ranking nacional. Ya en 2019, la oriunda en Bella Vista pasó a la categoría sub-16, donde comenzará la competencia en el puesto 15 del escalafón en Argentina.
La joven arrancó desde muy chica a jugar al tenis: “Mi primera raqueta la compraron a los dos años, pero empecé a jugar a los cuatro. Mi hermano comenzó a enseñarme allí, en Bella Vista. A los siete empecé a viajar a su facultad donde él iba a estudiar, allí empecé a practicar tenis”, cuenta Emilse en diálogo con eltucumano.com desde Córdoba, donde se encuentra haciendo la pretemporada. “Paralelamente vez hacía dos deportes más: hockey y gimnasia artística, y a la ves danzas”, agrega.
Poco a poco, fue abandonando las otras tareas para dedicarse de lleno a su gran pasión: “Me di cuenta cuando hacía todos esos deportes a la vez y yo decidí dedicarme al tenis porque el tenis fue el que me eligió a mí y nadie me presionó a hacerlo”.
Llegar lejos en el tenis es una tarea complicada en Argentina y mucho más en Tucumán, donde no se cuenta con los recursos necesarios para la proyección de jugadores: “Todos los tenistas tienen un sueño, todos quieren llegar a ser alguien, pero a veces el entorno es difícil: este deporte es muy caro, son muchas cosas qué hay que gastar. Los padres a veces no apoyan a los chicos, los entrenadores solo buscan entrenar a chicos de escuelita y no de competición. Yo tuve que bajar a Córdoba para trabajar con un buen entrenador y eso le doy gracias a mi mamá, porque ella se dio cuenta de todo eso. Ella y mi familia están evadiendo muchos obstáculos para que yo siga mi sueño”.